Estrategias organizativas en tiempos de pandemia: el caso del noroeste argentino

LUCAS EMANUEL TORRES; EUGENIA FLORENCIA BRAVO

Ciudad de Mexico

Congreso; 9° Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales; 2022

Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales

Argentina constituye uno de los países que más clara y abiertamente ha emprendido avances legislativos en cuanto al reconocimiento de derechos y garantías legales de la población LGBTIQ+. Sin embargo, resulta necesario la adopción de políticas dirigidas a garantizar la igualdad real de las personas trans en particular, fundamentalmente en lo referido a inclusión laboral, previsional y en el derecho a la salud. Esta dificultad en el acceso a sus derechos se vio agravada en el contexto de emergencia sanitaria por la pandemia de COVID 19 y las consecuentes medidas de aislamiento obligatorio adoptadas en Argentina. Aquellas medidas obstaculizaron las acciones que las organizaciones feministas y de la diversidad LGBTIQ+ venían realizando en sus diferentes espacios. A partir de esto, se presentaron desafíos para sostener el trabajo organizativo y de participación en procesos de deliberación y toma de decisiones. Asimismo, con la profundización de la crisis económica, que revela desigualdades estructurales persistentes en relación a la emergencia habitacional, laboral, sanitaria, y alimentaria, las organizaciones LGBTIQ+ tuvieron que implementar diferentes estrategias dirigidas a cubrir de alguna manera necesidades básicas frente a la situación adversa y compleja de gran parte del colectivo en Santiago del Estero.Ésta, es una provincia del noroeste argentino, con una población de aproximadamente 874.006 habitantes según el último censo nacional de población (INDEC, 2010), caracterizada por sus elevados índices de precariedad e informalidad laboral, que están por encima de la media nacional, por lo que la emergencia económica se vio acentuada en este espacio.El presente trabajo pretende identificar las estrategias implementadas en el marco de la pandemia COVID-19, por parte de las organizaciones Diversidad Valiente Santiagueña (DIVAS), y Asociación de Travestis, Transexuales y Transgénero de Argentina (ATTTA), filial Santiago del Estero, durante el año 2020. Ambas organizaciones surgen en el año 2004 en la mencionada provincia: DIVAS es una asociación civil que, si bien reúne a gays, lesbianas, trans, intersex y personas no binarias, quienes permanecen históricamente al frente de la organización son las personas trans feminizadas, que supieron forjar redes tanto hacia el interior como hacia el exterior de DIVAS y así permanecer a lo largo del tiempo. Por su parte, ATTTA que se desprende de la Red Nacional, está integrada exclusivamente por personas trans feminizadas y constituye un espacio para canalizar las demandas del colectivo. Las dos organizaciones comparten el mismo espacio físico: la casa de la diversidad santiagueña, donde realizan diversas actividades tanto en la sede como fuera de ella, llevando a cabo jornadas, encuentros, congresos, capacitaciones, talleres de escritura creativa, marchas, entre otros. Si bien la defensa de los derechos del colectivo LGBTIQ+ permanece como objetivo del activismo, durante el 2020 se modificaron las prioridades y las estrategias implementadas con el fin de brindar contención y prevención hacia la comunidad.En este sentido, en el marco de los proyectos COVID 19 del Ministerio de Ciencia y Tecnología (MINCyT) y de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación , se implementó una metodología de tipo cualitativa, basada en fuentes primarias y secundarias para la obtención de los datos, combinando las técnicas de relevamiento documental y entrevistas en profundidad a tres personas trans feminizadas referentes de las organizaciones mencionadas, quienes mantuvieron contacto con integrantes del colectivo. Estas entrevistas se realizaron de manera telefónica y a través de diferentes plataformas virtuales como Zoom y Meet. Teniendo en cuenta el objetivo de esta ponencia, se abordarán las siguientes dimensiones: las respuestas de la organización ante la demanda de la comunidad, articulación con actores político institucionales y organizaciones de la sociedad civil, y las prácticas de cuidado de las activistas.