Testimonio encarnado: la poética afectiva de Alberto Szpunberg

TRAVELA M. LUJÁN

San Salvador de Jujuy

Congreso; XXI Congreso Nacional de Literaturas argentinas; 2022

Cuando el poeta argentino Alberto Szpunberg partió a París el 9 de mayo 1977, tenía la convicción de retornar al país y reanudar sus actividades de militancia una vez que lograra instalar a su esposa y su hija en Europa. Sin embargo, una semana después de su partida, el ejército había ya requisado la casa de sus padres y familiares en su búsqueda (Boccanera 1999). Comenzó, entonces, el exilio del poeta que, tras sobrevivir a lo que él mismo denominó “un cataclismo histórico” (Freidemberg 2008), asumió la labor de testimoniar no sólo la clandestinidad, la persecución que había vivido y su experiencia diaspórica, sino las prácticas genocidas de la dictadura cívico-militar instaurada en 1976. A partir de la publicación de Su fuego en la tibieza (1981), la poética de Szpunberg fija la mirada en lo inenarrable, en términos de Agamben (2019), para dar testimonio, inscribir y reinscribir la barbarie dictatorial a partir de una huella testimonial (Jelin 2002), un interrogante que no deja de reformular: ¿qué nos ocurre con los cuerpos arrojados desde un avión? ¿Qué transformaciones en el mundo material es capaz de realizar la presencia de un cuerpo torturado hasta morir?