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Buena parte de las iniciativas de economía circular en curso, se proponen incrementar la eficiencia de los sistemas de gestión de reciclables actualmente existentes, incluyendo la mejora de las condiciones de trabajo e inclusión de las cooperativas de recicladoras/es de base. En su amplia mayoría, focalizan sus acciones en aquellas corrientes de materiales que ya cuentan con mercados consolidados (p.e PET, PEAD, PEBD, papel y cartón). Sin embargo, más de un tercio de los materiales plásticos, textiles y celulósicos descartados en forma cotidiana (p.e multilaminados plásticos, EPS, fibras sintéticas) no pueden comercializarse, y por tanto, siguen su ruta hacia la disposición final. Esto no sólo aumenta los costos de gestión para gobiernos locales y aumenta el riesgo ambiental vinculado a la saturación de los sitios de disposición, sino que además supone perder la oportunidad de recuperar materiales que podrían ser reutilizados y valorizados por el sector. Partiendo de experiencias en curso de codiseño de tecnologías para transformar estos materiales sin mercado, evidenciamos la importancia del rol de las cooperativas de recicladoras/es de base, no sólo en la operación de un sistema integral de gestión de residuos, sino también en el diseño e implementación estrategias de innovación tecnológica y desarrollo local que articulen objetivos económicos, sociales y ambientales. En tal sentido, sostenemos que las políticas tendientes a la inclusión y formalización del sector de recicladores se verían ampliamente beneficiadas al reconocer y fortalecer la amplia experticia tecno-cognitiva desarrollada desde el sector a partir de su práctica cotidiana

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