INVESTIGADORES
RODRIGO Lucrecia
congresos y reuniones científicas
Título:
El enfoque socioemocional en la agenda educativa internacional. Entre la regulación de las prácticas y la construcción de subjetividades
Autor/es:
MYRIAM FELDFEBER; LUCRECIA RODRIGO ; INÉS RODRÍGUEZ MOYANO
Reunión:
Congreso; IV Congreso Latinoamericano de Teoría Social; 2023
Resumen:
A partir del siglo XXI, emergen discursos y propuestas a nivel global y regional que orientan una agenda educativa y se institucionalizan, progresivamente, en políticas educativas fundadas en los aportes de la psicología positiva, las neurociencias y los principios de la Nueva Gestión Pública. Se trata de políticas que promueven las denominadas “habilidades blandas”, entre las cuales destacan aquellas basadas en la educación emocional, orientadas a la configuración de un nuevo sentido común que estructura una forma particular de regulación de la cuestión social en el campo escolar. En este contexto, los procesos de enseñanza y aprendizaje de las habilidades socioemocionales se han vuelto uno de los ejes destacados de lo que Dale (2004) caracterizó como la agenda globalmente estructurada para la educación con diverso grado de incidencia en los países latinoamericanos. Los debates actuales sobre la importancia de aprender las habilidades socioemocionales en las escuelas se fundamentan en las perspectivas inspiradas en la noción de inteligencia emocional de Daniel Goleman (1997), que plantean como uno de sus principales fundamentos el conocimiento de uno mismo, la autorregulación, la motivación o el aprovechamiento productivo de las emociones, la empatía y las habilidades sociales. La base de estas propuestas es el pensamiento positivo que se expresa en el denominado “imperativo de la alegría” que caracteriza a la felicidad como el objeto del deseo humano, aquello que da propósito, sentido y orden a la vida en términos de Ahmed (2019). Desde estos discursos, alcanzar y lograr el bienestar depende de la “actitud” y de la disposición de los sujetos por construir una “vida feliz”. De acuerdo con la OCDE (2016), las habilidades sociales y emocionales han demostrado tener influencia sobre numerosas mediciones de logros sociales, incluyendo una mejor salud, un mejor bienestar subjetivo y menores posibilidades de tener problemas de conducta. Estas habilidades interactúan y se estimulan con las destrezas cognitivas y “dan a los niños la capacidad de tener éxito dentro y fuera de la escuela” (OCDE, 2016: 5). En los sistemas educativos latinoamericanos, la tendencia hacia el desarrollo del aprendizaje emocional ha sido promovida a través de una serie de estudios e informes realizados por organismos internacionales que, desde una perspectiva económica sustentada en la Teoría del capital Humano “aggiornada”, han sostenido que las escuelas de la región presentan serias dificultades para preparar a los jóvenes para el trabajo y para enfrentar las cambiantes demandas sociales (al respecto, se destaca el informe “Desconectados” del Banco Interamericano de Desarrollo publicado en 2012 y el estudio “Más habilidades para el trabajo y la vida” realizado por el Banco de Desarrollo de América Latina en 2016). Estos documentos han advertido sobre el déficit de los estudiantes en el aprendizaje de las habilidades socioemocionales consideradas fundamentales para alcanzar el éxito en el trabajo y en la vida en general. Se sostiene así, que la perseverancia, la sociabilidad, el autocontrol, la autoestima, la motivación, la creatividad, el trabajo en equipo, la resolución de problemas, el pensamiento crítico, la capacidad de liderazgo, el optimismo, son destrezas que no han sido adquiridas por los alumnos en sus trayectorias escolares a pesar de su valor para el éxito en la vida individual y social. En tanto actores claves implicados en la configuración de un discurso hegemónico orientado al despliegue de procesos de individualización del bienestar social a partir de la promoción de los valores afines a la subjetividad neoliberal, los estudios e informes elaborados por los organismos internacionales constituyen referencias ineludibles a la hora de analizar las discusiones sobre la relevancia del aprendizaje y de la enseñanza de las habilidades socioemocionales que se han vuelto temas recurrentes en las agendas gubernamentales de los países latinoamericanos. Específicamente, en esta ponencia nos proponemos analizar las propuestas asociadas a la educación emocional producidas a partir del año 2000 por el Banco Mundial, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Banco Interamericano de Desarrollo. Para tal fin, en primer lugar, se presenta una breve descripción de estos organismos para luego analizar sus propuestas de política y las lógicas que las sustentan. Al respecto, se pondrá atención en la incidencia que los organismos internacionales identificados le asignan a las habilidades socioemocionales en el bienestar social y subjetivo, así como en la vida laboral y productiva de los sujetos. Se destacarán, en esta línea, los discursos que promueven el control, la regulación y la gestión de las emociones orientados a la formación de individuos con “estabilidad emocional” y con capacidad de “autocontrol” en su vida diaria. Se subrayará también el lugar clave que le asignan a las habilidades socioemocionales en el desarrollo y en la utilización de las destrezas cognitivas; de allí que, desde estas organizaciones, las habilidades socioemocionales sean percibidas como uno de los objetivos fundamentales de la educación. La ponencia dará cuenta, a su vez, de las principales propuestas e iniciativas destinadas a la enseñanza de las habilidades socioemocionales en los sistemas educativos de la región, así como de aquellas dirigidas específicamente a su evaluación consideradas instancias de información sobre la efectividad y mejora de su aprendizaje. Al respecto, se pondrá énfasis en los estudios de la OCDE que han contribuido a poner en primer plano la preocupación por el denominado “bienestar subjetivo” de los estudiantes en las escuelas. Cabe mencionar el Programa Internacional de Evaluación de los Alumnos (PISA) y el Programa Internacional de Evaluación de Competencias de Adultos (PIAAC) centrados en la medición de competencias cognitivas y emocionales, así como el Estudio Internacional de Competencias Socioemocionales (SSES) orientado al conocimiento específico de las habilidades socioemocionales en estudiantes de 10 y 15 años. En el caso del Banco Mundial, nos centraremos en el vínculo que se establece entre estas habilidades y la productividad económica. En sintonía con estas propuestas, daremos cuenta del valor que los organismos internacionales le asignan al desarrollo de las habilidades socioemocionales en los ámbitos educativos, en especial a partir de la pandemia, en tanto su desarrollo se vuelve no solo una oportunidad para “mitigar” los actuales efectos nocivos de la crisis sociosanitaria, sino también una posibilidad para afrontar próximas crisis y tornar “más resilientes” a los sistemas educativos. De este modo las propuestas y políticas basadas en la educación emocional se presentan como nuevas formas de regular la cuestión social.