INVESTIGADORES
NAVARRETE GRANZOTTO CÉsar Rodrigo
congresos y reuniones científicas
Título:
GEOQUÍMICA DEL MAGMATISMO TRIÁSICO Y JURÁSICO DEL MACIZO DEL DESEADO
Autor/es:
CÉSAR NAVARRETE
Reunión:
Jornada; VI Jornadas de las Ciencias de la Tierra "Dr. Eduardo Mussacchio"; 2018
Resumen:
El magmatismo del Triásico Superior de la región patagónica sur se encuentra representado por cuerpos graníticos, granodioríticos y tonalíticos que integran la Fm. La Leona y que conforman la porción austral del Batolito de la Patagonia Central (Rapela y Pankhurst, 1996). Por su parte el magmatismo Jurásico se encuentra representado por un importante evento volcánico extensional que dió origen a un gran volumen de rocas volcánicas intermedias a ácidas que componen al Complejo Volcánico Bahía Laura, el que a su vez forma parte de la Provincia Ígnea Silícea Chon Aike (Pankhurst et al., 1998).Geoquímicamente la primera de estas unidades ha sido caracterizada como un magmatismo calco-alcalino de composiciones dioríticas a graníticas, con signatura mantélica y probablemente vinculada a un arco magmático; mientras que la segunda se caracteriza, a grandes rasgos, por poseer composiciones desde andesitas basálticas a riolítas, con afinidades calco-alcalinas y con signaturas isotópicas corticales.Nuevos análisis geoquímicos llevados a cabo en ambas unidades han permitido profundizar en aspectos petrogenéticos y geotectónicos, con el fin de llevar a cabo modelados petrotectónicos del ciclo Triásico-Jurásico de la Patagonia. En este sentido se ha confirmado en primer lugar la signatura geoquímica de arco magmático de la Fm. La Leona, basándose en un conjunto de características que incluyen la afinidad con series calco-alcalinas (diagramas AFM y K2O vs SiO2), enriquecimientos en Th y U, anomalías negativas de Nb y Ti, relaciones de Rb/Y+Nb, Nb/Y, Rb/Ta+Yb y Ta/Yb de arco y temperaturas de saturación de circonio inferiores a 800ºC, típicas de ambiente de subducción (Thompson et al., 1984; Pearce et al., 1984; Liu et al., 2014 respectivamente). Asimismo han permitido caracterizar a la Fm. La Leona como un magmatismo de tipo I con afinidades metaluminosas a peraluminosas, y con altas relaciones de La/Yb (25) y La/Yb(N) (18,23) que permiten sugerir un espesor cortical engrosado durante su emplazamiento, lo cual se ve reforzado por las relaciones La/Sm vs. Sm/Yb (rangos de 4,4-36,9 y 2,53-3,86 respectivamente) que indican la presencia de hornblenda y granate como minerales concentradores de tierras raras pesadas en la fuente. Por su parte, nuevos análisis de las volcanitas jurásicas confirman el rango composicional indicado previamente, desde andesita basáltica a riolita (Fig. 1 A), como así también las afinidades con series calco-alcalinas (Fig. 1 B) y metaluminosas a peraluminosas. Presentan una marcada signatura geoquímica de arco magmático evidenciada por anomalías negativas de Nb y Ta, relaciones de Ba/La>20 y La/Ta>25 (Kay et al., 2004), entre otros caracteres, la cual no es consistente con las temperaturas de saturación de circonio superiores a 800º, que sugieren un origen vinculado con anomalías térmicas (plumas) (Liu et al., 2014), ni con el ambiente tectónico extensional jurásico de la región. Asimismo los análisis indican una evolución magmática dominada por cristalización fraccionada, con fraccionamiento de plagioclasas y piroxenos en primer término, y de biotita y feldespato potásico en segundo, la cual debe sumarse como proceso evolutivo a la mezcla de magmas y asimilación, determinadas petrográficamente. En tanto que la relaciones La/Yb y La/Yb(N) (15 y 10,21 respectivamente) sugieren un espesor cortical normal a levemente atenuado, el cual se encuentra en concordancia con la estabilidad de piroxeno y anfíbol como minerales concentradores de tierras raras pesadas, indicado por las relaciones La/Sm vs Sm/Yb y Dy/Yb vs SiO2. El adelgazamiento cortical evidenciado geoquímicamente aquí desde el Triásico al Jurásico Medio, se encuentra en correspondencia con el episodio de extensión cortical Jurásico que afectó a toda la Patagonia, el cual produjo el atenuamiento cortical ya sugerido por Uliana et al. (1985), entre otros.