BECAS
BLANCO Pedro Samuel
congresos y reuniones científicas
Título:
Desertificación en Argentina: cambios espaciales de la aridez durante las últimas décadas (2000-2018)
Autor/es:
BLANCO PEDRO SAMUEL; DOYLE MOIRA EVELINA
Lugar:
Mendoza
Reunión:
Encuentro; 16° Encuentro del Centro Internacional de Ciencias de la Tierra; 2021
Institución organizadora:
Centro Internacional de Ciencias de la Tierra
Resumen:
Durante las últimas décadas, la desertificación ha provocado daños severos al medio natural, grandes pérdidas económicas y migraciones forzadas de la población. La aridez está estrechamente relacionada con la desertificación, dado que un déficit hídrico permanente en ambientes semiáridos y subhúmedos provocaría una expansión de las regiones áridas. En la investigación se pretende analizar los cambios de los patrones espaciales de la aridez en la República Argentina durante el período 2000-2018 e identificar las áreas del país que incrementaron su grado de aridez entre dichos períodos climáticos, a modo de obtener un diagnóstico de aquellos sectores más vulnerables a sufrir desertificación en el futuro. Por lo tanto, en este trabajo se utilizó el índice de aridez de De Martonne, que permite examinar el grado de aridez en base a datos de temperatura y precipitación, y se elaboró un conjunto de mapas temáticos que muestran los cambios y persistencia de este índice. En general, la aridez en Argentina muestra patrones espaciales que persisten a través del tiempo, pero las áreas limítrofes de las diferentes categorías avanzan (ganan) o retroceden (pierden) sobre regiones ocupadas por otras categorías. Desde mediados del siglo XX hasta la actualidad, un 5.6% del territorio nacional se ha vuelto más árido, siendo 155676 Km2 de superficie en términos absolutos. En efecto, las áreas del país más afectadas han sido las Sierras Subandinas, la Puna y el sur de los 30°S en los Andes. Estas conclusiones pueden ser útiles para generar estrategias de mitigación y adaptación a la desertificación en lugares que se han vuelto más áridos y, por lo tanto, son las más vulnerables a sufrir este fenómeno en el futuro.