BECAS
MARTOS Federico Exequiel
congresos y reuniones científicas
Título:
EVOLUCIÓN TECTÓNICA DEL SEGMENTO NORTE DE LA FAJA PLEGADA Y CORRIDA DE MALARGÜE (34° 30’S)
Autor/es:
MARTOS, FEDERICO EXEQUIEL; FENNELL, LUCAS MARTIN; NAIPAUER, MAXIMILIANO; FOLGUERA, ANDRES
Lugar:
Puerto Madryn
Reunión:
Congreso; XXI Congreso Geológico Argentino; 2022
Resumen:
La faja plegada y corrida de Malargüe posee una compleja historia tectónica influenciada por la dinámica de la zona de subducción a lo largo del tiempo y por su desarrollo sobre una corteza debilitada por eventos tectónicos previos al inicio del orógeno andino (Giambiagi et al., 2008). En particular, durante el Mesozoico, esta región estuvo sometida a un importante evento de extensión que dio origen a una serie de depocentros aislados que posteriormente integraron el sector norte de la Cuenca Neuquina (Giambiagi et al., 2008). El inicio de la compresión generó un complejo arreglo estructural donde convivieron inversión tectónica y generación de nuevos corrimientos dando lugar a una faja plegada y corrida de tipo híbrida (Fuentes et al. 2016). Se cree que hubo al menos dos etapas principales de deformación, la primera durante el Cretácico Tardío y la segunda durante el Mioceno. En la actualidad, es posible encontrar expuestos el relleno inicial de los depocentros extensionales mesozoicos y los depósitos sinorogénicos que conforman la cuenca de antepaís, lo que permite reconstruir, al menos parcialmente, la historia geológica de esta región de los Andes. El sector frontal del norte de la faja plegada y corrida (34°30’S) (Fig. 1A) ha sido ampliamente estudiado desde distintos enfoques debido al interés económico en los depocentros mesozoicos, potenciales generadores de hidrocarburos. Por el contrario, el sector interno a los ha sido postergado debido al difícil acceso ocasionado por el caudaloso río Atuel, que a estas latitudes drena la cordillera en sentido N-S y complica el acceso hacia el cordón limítrofe (Fig. 1A). En este trabajo presentaremos una actualización de la evolución tectónica de esta región integrando trabajos previos, nuevas observaciones geológicas los sectores interno y frontal de la faja plegada y corrida, y edades U-Pb en circones detríticos.En el sector interno, al oeste del río Atuel, es posible observar un gran anticlinorio que expone rocas del Jurásico Temprano en el arroyo Fiero (Fig. 1A). El anticlinorio se encuentra exhumado por un corrimiento que aflora en el río Atuel repitiendo las secuencias jurásicas. Estas unidades están compuestas por secuencias volcano-sedimentarias, posiblemente depositadas en un ambiente marino marginal, donde se intercalan bancos calcáreos, pelitas, areniscas volcaniclásticas, flujos lávicos y potentes niveles piroclásticos. La presencia de estas unidades permite inferir que este sector corresponde a un pequeño depocentro extensional jurásico que registra los primeros estadios de actividad del arco volcánico Andino. Hacia el este del río Atuel, en el arroyo Colorado (Fig. 1A), se observaron potentes afloramientos de rocas sedimentarias rojizas, donde es posible reconocer estratos de crecimientos (Figs. 1B y 1C). Estos afloramientos, previamente asignados a la Formación Tordillo del Jurásico Tardío (Mescua et al., 2008), se encuentran en discordancia angular sobre una secuencia calcárea portadora de amonites del Cretácico Temprano que permiten asignarla a la Formación Agrio (Fig. 1B). Por lo tanto, la unidad rojiza es más joven que lo previamente establecido. Nuevas edades U-Pb en circones detríticos permitieron estimar una edad máxima de sedimentación en el Cretácico Tardío, por lo que corresponde reasignar esta unidad a la Formación Diamante. Los estratos de crecimiento reconocidos en esta unidad fueron asociados a estructuras contraccionales que, sumado al hiatus erosivo que la separa de la Formación Agrio, permitieron reconocer la fase de deformación cretácica en este sector de la faja plegada y corrida de Malargüe (Figs. 1B y 1C).El sector frontal de la faja plegada y corrida presenta un complejo arreglo estructural asociado a la inversión del Depocentro Atuel (Fig. 1A), a la generación de nuevos corrimientos y al levantamiento de la Cordillera Frontal hacia el norte (Fig. 1A). En este sector fue posible reconocer ambas fases de deformación. En Vega Grande se reconoció una disminución progresiva de inclinación de base a techo en la Formación Diamante asociado a una estructura contraccional que fue interpretado como estratos de crecimiento. Estudios petrográficos ratifican el carácter sinorogénico de esta unidad al presentar clastos calcáreos que indicarían la exhumación de los depósitos de la Cuenca Neuquina hacia el oeste (Martos et al., 2020). Observaciones realizadas en el arroyo Las Aucas permitieron reconocer la aparición de clastos calcáreos en niveles conglomerádicos de la Formación Agua de la Piedra (Mioceno temprano-medio) y, a su vez, fue posible medir cambios de inclinación dentro de la secuencia, lo que permitió interpretarlos como estratos de crecimiento asociados a la estructuración del frente de corrimientos de la faja plegada y corrida de Malargüe (Martos et al., 2020).