INVESTIGADORES
AYROLO Valentina
congresos y reuniones científicas
Título:
Cuando el gato no está. Instancias de articulación diocesana de Córdoba, 1809 y 1860
Autor/es:
AYROLO, VALENTINA
Lugar:
Mar del Plata
Reunión:
Jornada; XVI Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia; 2017
Resumen:
Según las decretales de la iglesia católica romana al interior de una jurisdicción diocesana existen diversas jerarquías que articulan la estructura administrativa dando cuenta de una gradación de funciones y de poder. Así en un obispado al Obispo, máxima autoridad, lo acompañaba un cabildo o capítulo catedral compuesto por un numero variable de presbíteros quienes, además de tener a su cargo todo lo referente a las funciones religiosas de la catedral lo aconsejaba y resolvía las cuestiones de orden diverso. También ayudaba al prelado un provisor que se ocupaba de algunas funciones que sobre cargaban su trabajo como por ejemplo cumplir con las visitas al obispado. Por ultimo en esa estructura estaban los párrocos que sostenían cotidianamente la trama diocesana. Pero además hay que considerar que el obispo para atender territorios alejados que le estaban sujetos y sobre los que tenía potestad, las Vicarias foráneas, se valía de Vicarios foráneos que reunían entre sus potestades todas aquellas que se hacían necesarias para la administración del espacio eclesiástico local. En la diócesis de Córdoba eran cuatro las Vicarias foráneas: La Rioja, San Luis, Mendoza y San Juan. Este era el esquema administrativo. Tomándolo en cuenta me propongo analizar cómo se articulaban y relacionaban las autoridades diocesanas de Córdoba, entre 1809 y 1860, haciendo foco, especialmente, en los momentos en los que la sede esta vacía y luego cuando vuelve a llenarse. Me interesa observar varias cuestiones. Primero, quienes ocupan la función de Provisor del Obispado y de Vicario foráneo y el porqué de su elección. Luego, ver cómo funcionan estos delegados del poder del obispo cuando hay obispo y cuando no lo hay y cómo se adaptan y articulan con el resto de los gestores diocesanos (cabildo y párrocos) En los momentos de vacancia de la diócesis los Cabildos diocesanos aumentaban su cuota de poder negociándola con los Provisores. Esta ecuación se complicó cuando con posterioridad a 1816 los provisores fueron elegidos por los gobiernos dentro de los eclesiásticos locales, ante este escenario la negociación para llegar a la estabilidad fue permanente. Por eso el período elegido contempla situaciones muy variadas y una gran cantidad de años de vacancia diocesana. Por otro lado los tres obispos que hubo en ese periodo fueron uno elegido por la monarquía en 1806, otro obispo nombrado luego de la independencia y el tercero designado durante la gestión del primer gobierno nacional en 1858.