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En julio de 1965, el Consejo Superior de la Universidad Nacional del Sur designó una comisión integrada por los profesores Héctor Ciocchini, Antonio Camarero, Francisco Maffei, Nicolás Matijevic y Elva Pino para proponer un listado de posibles lemas destinados al escudo institucional. Cinco personas conformaban la comisión, y cinco fueron también los lemas recomendados: hac monstrante viam, lux indeficiens, hac stella duce, lux vitam, y ardua veritatem. A diferencia de los cuatro primeros, a los que se les puede adjudicar una fuente puntual, la acuñación del último, que fue el finalmente adoptado, le corresponde a Antonio Camarero. Según recuerdan sus antiguos estudiantes de Cultura Clásica, las dos posibles explicaciones que él daba para el sintagma eran: a través de lo difícil se llega a la verdad, y encontrar la verdad no es cosa fácil; aunque según refiere Ubaldo Pérez Paoli (2002: 11), cuando alguien insistía demasiado en saber qué relación sintáctica había entre los dos términos, Camarero solía desentenderse respondiendo: ¡Ponle las preposiciones que quieras!. Transcurridos los años el origen del lema permanecía tan oscuro como su sintaxis, pero el proyecto de investigación titulado Recuperación y análisis del fondo bibliográfico antiguo de la Biblioteca del Departamento de Humanidades Arturo Marasso como revalorización del patrimonio cultural de la UNS aportaría una inesperada respuesta. Cuatro de los cinco lemas propuestos en 1965 aparecían en uno de nuestros antiguos libros, y en ese volumen estaba también el sintagma que probablemente inspiró a Camarero para acuñar el quinto: ardua virtutem. El propósito de este trabajo consistirá, entonces, en brindar información acerca del libro que custodiaba el misterio, en explicar el origen de los cuatro lemas descartados, y en proponer una hipótesis acerca de las razones por las que Camarero sustituyó virtus por veritas al acuñar el lema institucional de la UNS.

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