"Uniendo las partes rotas del gran espejo interior": humor, ciencia e historia reciente del CONICET

MAURO GRECO

Congreso; 2do Congreso Internacional en Estudios del Humor; 2021

UBA, UNA

Esta ponencia se propone reunir, tal vez, dos extremos rotos de un mismo "espejo interior" (Abuelo, 1994): por un lado, febrero de 2015, un email que nos llegó a l s integrantes de CONICET -becaries o investigadores- proponiendo un curso de stand up científico a cargo de Diego Wanstein. Este curso, leímos en la gacetilla, se proponía "comunicar ciencia" de un modo agradable al espectador. Interesado en el fenómeno social del humor, esto me condujo a introducirme en los estudios del stand-up en general y científico en particular, que descubrí un fértil campo de alcance internacional (Adenot, 2016; Pinto y Marcal, 2013; Quemener, 2013; Scarpetta y Spagnolli, 2013; Adetunji, 2013; Franklin Jr y Adams JR, 2011; Scharwz, 2010; Greco, 2019), con ensayos de diversos tipos y geografías intentando comunicar de un modo divertido algo serio: la ciencia. Sin embargo, lo que en febrero de 2015 era la propuesta de comunicar ciencia a través del humor, en diciembre de 2016 (sólo poco más de año y medio después) era el primer gran ajuste (Farji Neer, González, Greco y Le Borgne de Boisriou, 2019) del gobierno anterior en ciencia (cabe recordar, por fuera de cualquier humorada, que la categoría de "ajuste" fue y sigue siendo discutida por algunas voces no necesariamente pertenecientes al gobierno saliente). Como fuere, más de 400 (cuatrocientos) investigadores, recomendados por todas las instancias de evaluación (cuatro), quedaron afuera del ingreso a la carrera del investigador científico. Esto suscitó un activismo en ciencia como quizá no haya habido parangón anteriormente, y de seguro no lo hubo después. La consagración pública de estas movilizaciones fue una asamblea masiva en el Polo Científico en diciembre de 2016, que contó con la presencia de "El Cadete", personaje humorístico de Pedro Rosemblat ("El pibe trosko", "Esta semana en Springfield", etc.). La resolución del conflicto fue relativamente feliz, con lo que se dio en llamar PRIDIUN (Programa de Incorporación de Docentes Investigadores a las Universidades Nacionales), que resolvió la situación puntual de los docentes-investigadores recomendados-expulsados, pero también -y esto es una hipótesis de trabajo- sentó las bases de la desmovilización posterior en el sector. Cuando, un año después, la historia se repitiera, con nuevos 500 "doble recomendadxs" expulsadxs organizándose e intentando apelar al humor (performances, stand-up de Nadia Chiaramoni, etc.) para visibilizar el ajuste, ya el humor, lejos de una herramienta, se convertirá en un recurso fuera de lugar, desubicado, una actividad que hay que suspender porque los resultados de las movilizaciones y negociaciones no acompañan. ¿Cómo, de qué manera, a través de qué modos puede cambiar tanto un sentido social en tan poco tiempo, menos de un par de años?