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El proceso de reestructuración del Estado nacional supuso la aplicación de políticas de ajuste y de reforma en los espacios provinciales; sin embargo, el impacto de esas transformaciones no fue homogéneo. En el marco de las reformas macro económicas, el Ejecutivo Nacional inició un proceso de reestructuración administrativa cuya consecuencia más visible fue la redefinición de su relación con los Estados provinciales. Como lo señaláramos antes, uno de los ejes de esta reforma consistió en la descentralización, es decir, en la transferencia de responsabilidades de la gestión pública hacia las provincias, siendo los sistemas de salud y educación los más afectados. Esta política derivó en el crecimiento de la importancia relativa del empleo público provincial. Aunque Córdoba a fines de los ?90 no había concretado muchos de los objetivos de la reestructuración estipulados desde la Nación, lo cierto es que fue una de las provincias que tempranamente diseñó su propio modelo de reformas. Pero a mediados de esa década, el denominado «modelo cordobés» entró en crisis, pautando la agenda gubernamental mental de los sucesivos gobiernos provinciales. En este marco, Ramón Mestre efectivizó ?a lo largo de su gobierno, entre 1995 y 1999? buena parte del ajuste y la reestructuración del Estado provincial postergados y/ o bloqueados hasta entonces. Creemos que el análisis de tales dimensiones nos permitirá elaborar conclusiones respecto de cómo se produjo el proceso local de reformas, qué aspectos de la dinámica política acompañaron estas transformaciones y de qué modo esto impactó en la movilización social de los sectores populares. A modo de hipótesis resta decir que las características y articulaciones entre las dimensiones mencionadas impusieron en cada período de gobierno sus particulares marcas, perfilando los proyectos de reforma del Estado impulsados en cada uno de ellos. En función de esa perspectiva se organiza el contenido de este capítulo.

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