INVESTIGADORES
SUAREZ Ana Lourdes
capítulos de libros
Título:
Religiosas, religiosos y sacerdotes del barrio Carlos Gardel. Agentes de esperanza y anuncio profético
Autor/es:
ANA LOURDES SUAREZ
Libro:
La comunidad Virgen de La Asunción. Signo de esperanza en el barrio Carlos Gardel
Editorial:
Guadalupe
Referencias:
Lugar: Ciudad Autónoma de Buenos Aires; Año: 2020; p. 27 - 56
Resumen:
Desde sus inicios el barrio Carlos Gardel tuvo religiosas, religiosos y sacerdotes diocesanos que desarrollaron toda o parte de su actividad pastoral allí. Los primeros fueron los religiosos Oblatos de María Inmaculada (OMI) quienes tenían su casa de formación a cinco cuadras del barrio. Su presencia y actividad pastoral regular en el barrio fue decisiva para que en los 80s se construyera un salón para las celebraciones litúrgicas dentro del territorio y para que se fuera conformando una comunidad eclesial.Las religiosas del Sagrado Corazón de Jesús (RSCJ) llegaron al barrio en 1993. Su arribo es paralelo al retiro de varios OMI del lugar, quienes cerraron una de sus casas dejándole el inmueble en comodato a las RSCJ. Estas religiosas inauguran una comunidad de inserción allí que mantuvieron hasta el 2010. Durante 17 años desplegaron la mayor parte de su actividad pastoral en el barrio Carlos Gardel.Los sacerdotes de la diócesis de Morón, especialmente luego que se retiraran los Oblatos, fueron crecientemente desarrollando actividades pastorales y celebraciones litúrgicas en el barrio. En el año 2005 uno de los sacerdotes decidió instalarse a vivir en el barrio en un departamento del monoblock 4, muy cercano al salón de la capilla. Asumió así la coordinación de la comunidad eclesial de la Asunción, que desde la presencia de los Oblatos se había ido consolidando, sostenida por catequistas, agentes pastorales del barrio y las religiosas y los religiosos.Las Hermanas Dominicas del Santísimo Nombre de Jesús (de fundación tucumana) también tienen una presencia importante en el barrio. Desde el año 1939, mucho antes de la conformación del barrio, la congregación tenía ya una comunidad de religiosas aproximadamente a 15 cuadras del barrio al lado del colegio Elmina Paz de Gallo, fundado por la congregación. El vínculo de la comunidad de las hermanas con el barrio Carlos Gardel fue desde su creación de diferentes maneras y en diferentes momentos, pero desde el año 2007 incrementaron fuertemente su actividad en el territorio, primero con la presencia de una hermana y luego con el compromiso de toda la comunidad religiosa. Desde fines del 2017, se sumó la hna. Clara Temporelli, de la Compañía de María. Su presencia junto a las hermanas dominicas marcó el territorio con la impronta del trabajo inter congregacional.En resumen, en el barrio desplegaron actividades socio-pastorales en forma regular sacerdotes de la diócesis de Morón, los religiosos Oblatos de María Inmaculada, las religiosas del Sagrado Corazón y las Hermanas Dominicas del Santísimo Nombre de Jesús (fundación tucumana) a quien se sumó en el 2017 una hermana de la Compañía de María.Este escrito tiene por finalidad desarrollar el tipo de presencia y la actividad desplegada en el barrio por estas comunidades religiosas y por el clero diocesano a lo largo de los últimos 40 años de vida del barrio. En cada caso adquieren modalidades y acentos distintos; diferencias que enriquecen una presencia que en todos los casos expresan compromiso que se nutre en la fe y redunda en reconocimiento y promoción. Presencia que se fue alternando en el territorio y que aun si parte ya no está físicamente más allí, se mantiene viva en la comunidad eclesial de Virgen de la Asunción, que si bien ha variado en diversos aspectos desde sus inicios, ha estado siempre enraizada en el territorio y lo expresa. Así, un barrio atravesado por dinámicas de vulnerabilidad social y exclusión, se va consolidando marcado también por corrientes de esperanza y de profetismo a la que los sacerdotes, religiosas y religiosos han fuertemente contribuido. Presencia que a su vez ha ayudado a sacralizar un espacio degradado y vulnerable en comparación a otros espacios de la metrópolis. Lo viene sacralizando porque su trabajo en el lugar ayudó a la construcción de espacios ?sagrados? como la capilla; por la cantidad de prácticas de sacralización que ayudan a sostener ?vinculadas a los sacramentos, a las procesiones en el territorio, a las múltiples expresiones de fe, etc.-; y sobre todo por su anuncio profético y esperanzador.