INVESTIGADORES
NUÑEZ Pedro Fernando
capítulos de libros
Título:
Cultura, política y mundo comunitario. Arreglos locales y principios de justicia en pugna. Estudio de caso en un asentamiento del sur del Gran Buenos Aires
Autor/es:
PEDRO NUÑEZ
Libro:
Reconfiguraciones del mundo popular. El Conurbano Bonaerense en la postconvertibilidad.
Editorial:
Prometeo/UNGS
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2010; p. 223 - 271
Resumen:
<!--
/* Font Definitions */
@font-face
{font-family:"Cambria Math";
panose-1:2 4 5 3 5 4 6 3 2 4;
mso-font-charset:0;
mso-generic-font-family:roman;
mso-font-pitch:variable;
mso-font-signature:-1610611985 1107304683 0 0 159 0;}
@font-face
{font-family:"Lucida Sans";
mso-font-alt:"Lucida Sans Unicode";
mso-font-charset:0;
mso-generic-font-family:swiss;
mso-font-pitch:variable;
mso-font-signature:3 0 0 0 1 0;}
/* Style Definitions */
p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal
{mso-style-unhide:no;
mso-style-qformat:yes;
mso-style-parent:"";
margin:0cm;
margin-bottom:.0001pt;
mso-pagination:widow-orphan;
font-size:12.0pt;
font-family:"Times New Roman","serif";
mso-fareast-font-family:"Times New Roman";
mso-ansi-language:ES;
mso-fareast-language:ES;}
p.MsoFootnoteText, li.MsoFootnoteText, div.MsoFootnoteText
{mso-style-noshow:yes;
mso-style-unhide:no;
mso-style-link:"Texto nota pie Car";
margin:0cm;
margin-bottom:.0001pt;
mso-pagination:widow-orphan;
font-size:10.0pt;
font-family:"Lucida Sans","sans-serif";
mso-fareast-font-family:"Times New Roman";
mso-bidi-font-family:"Times New Roman";
color:gray;
mso-fareast-language:ES;}
span.MsoFootnoteReference
{mso-style-noshow:yes;
mso-style-unhide:no;
font-family:"Times New Roman","serif";
mso-bidi-font-family:"Times New Roman";
vertical-align:super;}
span.TextonotapieCar
{mso-style-name:"Texto nota pie Car";
mso-style-noshow:yes;
mso-style-unhide:no;
mso-style-locked:yes;
mso-style-link:"Texto nota pie";
font-family:"Lucida Sans","sans-serif";
mso-ascii-font-family:"Lucida Sans";
mso-hansi-font-family:"Lucida Sans";
color:gray;
mso-fareast-language:ES;}
.MsoChpDefault
{mso-style-type:export-only;
mso-default-props:yes;
font-size:10.0pt;
mso-ansi-font-size:10.0pt;
mso-bidi-font-size:10.0pt;}
/* Page Definitions */
@page
{mso-footnote-separator:url("file:///C:/WINDOWS/Temp/msohtmlclip1/01/clip_header.htm") fs;
mso-footnote-continuation-separator:url("file:///C:/WINDOWS/Temp/msohtmlclip1/01/clip_header.htm") fcs;
mso-endnote-separator:url("file:///C:/WINDOWS/Temp/msohtmlclip1/01/clip_header.htm") es;
mso-endnote-continuation-separator:url("file:///C:/WINDOWS/Temp/msohtmlclip1/01/clip_header.htm") ecs;}
@page Section1
{size:612.0pt 792.0pt;
margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm;
mso-header-margin:36.0pt;
mso-footer-margin:36.0pt;
mso-paper-source:0;}
div.Section1
{page:Section1;}
-->
1. Introducción
Pocas dudas caben que el paisaje de los barrios populares
presenta hoy una fisonomía diferente a la de unos años atrás. La ausencia de
fábricas en sus cercanías, el deterioro de la infraestructura tanto como las
dificultades en el acceso al transporte público incrementó la sensación de
aislamiento. Pero también existen otros cambios de mayor trascendencia, que son
de una naturaleza distinta de la que solemos considerar. El espacio barrial ya
no funciona como refugio al regreso de una extenuante jornada laboral y lugar
de recreación durante el tiempo libre sino que la vida de las personas
transcurre en una sucesión de instantes que lo tienen como escenario principal.
La trama comunitaria articula los distintos momentos del día: ir a la
panadería, llevar a los chicos al comedor, acercarse hasta la iglesia y
desplazarse al local de una u otra de las organizaciones sociales; recorrer las
instituciones, encontrarse con amigos y vecinos. Las fronteras entre tiempo
libre y tiempo de trabajo en barrios afectados notablemente por la desocupación
se presentan borrosas, hasta tal punto que las horas parecieran transcurrir en
una temporalidad diferente, predominando los márgenes flexibles para organizar
la jornada.
Este artículo trata sobre cinco barrios ubicados en el sur
del Gran Buenos Aires, en el partido de Quilmas, a los que denominaremos el
Cedro, el Trébol, el Ceibo, Algarrobo y Naranjo[1]. Nuestro trabajo se
estructura en torno de la pregunta por la manera en que la justicia
distributiva se expresa en las prácticas cotidianas, para lo cual examinaremos
tres escenarios distributivos el Plan Jefes/as de Hogar, un comedor
comunitario y el Plan Techo y Trabajo-. A través de esta indagación buscamos
conocer cuáles son los principios considerados legítimos para distribuir los
bienes así como comprender el por qué de la utilización de cada uno en el
escenario respectivo.
El trabajo se organiza en tres apartados. En el primero de
ellos presentaremos brevemente la historia de la toma de los terrenos y del
proceso de conformación de los barrios para preguntarnos por los principios que
validaron la ocupación. Los terrenos donde se asientan fueron ocupados a
comienzos de la década de los ochenta, en la que fue una de las primeras
experiencias de toma de tierras. La conformación de un sustrato compartido por
sus habitantes, eficaz para establecer parámetros comunes y resolver las
diferentes situaciones que debieron enfrentar es una de las variables
explicativas que permiten comprender el éxito de la ocupación. En un segundo
momento analizaremos las tres instancias de la vida comunitaria que
mencionamos, las que cobraron importancia en el contexto posterior a la crisis
del 2001. Si bien en el ámbito barrial existe una multiplicidad de escenarios
donde se distribuyen planes sociales de diverso tipo haremos un énfasis
particular en el Plan Jefes/As de Hogar, en tanto la condición de beneficiario
o no del mismo determina las posibilidades de acceso a otros planes y el
estatus de la persona en el ámbito barrial. En el tercer apartado examinaremos
lo que ocurre en los otros dos escenarios señalados, lo que permitirá
establecer una comparación de los criterios de justicia que rigen los
diferentes momentos de la vida barrial. En cada una de estas situaciones
novedosas organizaciones, familias e individuos establecen prioridades entre los
principios en juego, las que instituyen comunidades de beneficiarios legítimos.
Como intentaremos mostrar, en el ámbito barrial se establecen una serie de
preferencias sobre qué dar a cada quién, basadas en arreglos y costumbres
locales, que pueden ser leídas tanto como intentos de reorientación de las
políticas públicas como también de la vigencia de criterios compartidos por los
pobladores para definir cuándo una distribución es justa que los trabajos
acerca de los planes sociales suelen desconsiderar.
Tal como señalábamos más arriba el panorama actual difiere
del propio de esa época. El día transcurre en un territorio acotado, dentro de
límites precisos que parecen trazados sobre un mapa restringido a los márgenes
del barrio. El epígrafe con el que comenzamos este artículo permite intuir la
existencia de nuevos escenarios donde se desarrolla la vida de las personas.
Los sujetos deben posicionarse ante nuevas realidades, habituarse a otras
situaciones, enfrentar problemas desconocidos, de allí la necesidad de
conocimiento de los criterios y significados presentes en dicha trama
socio-cultural. Si por un lado de entre las estrategias desplegadas para hacer
frente al debilitamiento de los mecanismos de integración ocurridos en los
últimos años el repliegue comunitario pareciera hallarse dentro de las más
exitosas, por otro lado pasar gran parte del tiempo en el barrio implica
regirse por coordenadas temporales y espaciales que, pese a las incertidumbres
habituales, resultan conocidas, ya que en su mayoría se vinculan a intentos por
alivianar las necesidades cotidianas: conseguir un remedio, organizar una
asamblea, incluir a alguien en el Plan.
[1] Los nombres de
los barrios fueron modificados por una decisión colectiva del proyecto.