INVESTIGADORES
SEMAN Pablo Federico
capítulos de libros
Título:
Diversidad y recurrencia en las culturas populares actuales: hacia un concepto de cultura popular
Autor/es:
SEMÁN, PABLO; MIGUEZ, DANIEL
Libro:
Entre Santos Cumbias y Piquetes
Editorial:
Biblos
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2006; p. 20 - 37
Resumen:
Los problemas que han acosado a la producción de una definición adecuada de la cultura popular radican, como decíamos, en la presencia de paradigmas contrapuestos que han llevado a percibir el defecto en el adversario, más que las debilidades en el propio modelo; lo que no ha permitido ninguna síntesis satisfactoria. En esta controversia han existido, por un lado, una variedad de definiciones que suponían una esencia estática (totalmente homogénea y ahistórica) de la cultura popular. Ya sea que se concibiera como la producción ?grotesca? de un sector de la población pobremente instruido, o fuera el resultado de una concepción apriorística de los ?verdaderos intereses? de las clases subalternas, o de una selección ad hoc de rasgos tradicionales y folclóricos, en estas perspectivas lo popular podía ser fácilmente (pre)identificado y no tenía un carácter vincular dependiente de los sistemas de relaciones sociales particulares de los que se tratase. Si bien estas nociones esencialistas de la cultura popular tienen la virtud de delimitar con precisión un objeto, fracasan por guiarnos hacia una falsa homogeneización de una producción cultural cuyas diferencias no son anecdóticas y por suponer ingenuamente una visión no relacional de los conjuntos subculturales que operarían sin establecer vasos comunicantes entre ellos. Por otro lado, la reacción frente a estas dificultades, ya muchas veces señaladas, fue la de componer nuevas perspectivas que acentuaron el carácter relacional de las culturas, incluidas las populares. En estas aproximaciones, aquello que constituye la cultura de los sectores populares (o, para el caso, de cualquier otro sector social) no puede ser preestablecido. Por el contrario, emerge de la observación de los procesos de identificación reciproca en los que se involucran los distintos sectores de la sociedad. El problema es que cuando esta perspectiva se lleva al extremo peca de un particularismo y de un empirismo que dificulta arribar a niveles adecuados de generalización. Cada grupo se transforma en el portador exclusivo de un rasgo cultural que lo caracteriza, pero el énfasis en el componente contextual del mismo impide observar sus posibles formas de recurrencia intergrupal o intercontextual. Porque esta claro que existe una indexicalidad que produce una dependencia ineludible entre significado y contexto, por lo cual es difícil identificar las representaciones que componen una cultura más allá de las interacciones particulares en las que se ponen en juego. Pero el respeto por el carácter situado de los significados y representaciones no debería hacernos perder de vista su recursividad relativa. Así como podemos abstraer una noción común de ?mesa? sin dejar de reconocer la variedad de sus formas y usos, tampoco debería resultar tan escandalosa la pretensión de captar la producción simbólica de los sectores populares en su concurrencia y en su diversidad. O, mejor, en aquella reiteración que se inscribe en la propia heterogeneidad.