INVESTIGADORES
OTTONELLO Rodrigo Oscar
capítulos de libros
Título:
Ciencia social, ciencia-ficción y choque entre mundos
Autor/es:
RODRIGO OTTONELLO
Libro:
Viviendo la catástrofe. Inseguridad, capitalismo y política
Editorial:
Ediciones Universidad Nacional de Tierra del Fuego
Referencias:
Lugar: Ushuaia; Año: 2016; p. 73 - 91
Resumen:
CAPÍTULO: La ciencia social y la ciencia ficción se consolidaron, respectivamente, como disciplina científica y como género literario en la segunda mitad del siglo XIX, pero esta coincidencia, a pesar de ser sugerente, prácticamente no ha merecido atención. En este trabajo propondremos que una y otra emergen en una situación en la que las disciplinas de conocimiento de lo humano, trastornadas por las revoluciones políticas y por los nuevos desarrollos tecnológicos ligados al industrialismo, renunciaron a la descripción del futuro, considerándolo un proceso siempre incierto cuya obediencia a ciertas leyes históricas no garantiza resultados predecibles. Marx, Durkheim y Weber, a pesar de sus reconocidas diferencias, coinciden en esa renuencia a ofrecer imágenes claras del porvenir, abandonando una de las tareas centrales de la filosofía política clásica y de la temprana modernidad. La descripción del futuro, entendida como ejercicio artístico antes que como producto científico verificable, fue abandonada a la literatura. Nuestra indagación, partiendo de ese diagnóstico inicial, será por cuáles son las posibilidades teórico-políticas que depara un nuevo encuentro entre los dominios hoy escindidos de la ciencia social y la ciencia-ficción.LIBRO: Desde la Antigüedad hasta nuestros días, la historia nos brinda un claro testimonio: la humanidad nunca se ha considerado a salvo de verse afectada por desastres naturales, epidemias, guerras e incluso intervenciones divinas que desencadenarían el fin de los tiempos. En otros términos, el hombre ha intentado garantizar su bienestar teniendo en cuenta el hecho de que tanto su subsistencia como la de sus descendientes dependía de un conjunto de circunstancias que escapaban a su voluntad y a su poder. A pesar de esto, en nuestros días parece insistirse en un aspecto de nuestra realidad aparente- mente novedoso, que la humanidad se encuentra bajo un estado de amenaza permanente, el cual, identificado como una suerte de mal que hay que erradicar, es combatido por gran parte del poder político que se ha propuesto ?y así lo ha anunciado? erradicar la amenaza, el peligro, la catástrofe, la inseguridad no ya en el nivel nacional o regional, sino a escala planetaria.