INVESTIGADORES
OLIVERA Daniel Enzo
capítulos de libros
Título:
INTRODUCCIÓN A LA ARQUEOLOGÍA DE CATAMARCA: PUEBLOS, PAISAJES E HISTORIA
Autor/es:
OLIVERA, DANIEL
Libro:
Arqueología y Paleontología de la Provincia de Catamarca
Editorial:
Fundación de Historia Natural Félix de Azara
Referencias:
Lugar: CABA; Año: 2015; p. 15 - 16
Resumen:
            La Provincia de Catamarca (Argentina) es un maravillosoconjunto de paisajes contrastantes. Desde el cerrado monte al oriente, pasandopor los valles centrales semiáridos, atravesando luego el desierto de alturapuneño hasta alcanzar los sobrecogedores picos eternamente nevados de laCordillera de los Andes, los diferentes ambientes nos impactan con su agreste ypolícroma belleza.            Sin embargo, existe un elemento unificador a estavariabilidad: la permanente presencia de la sociedad humana integradainexorablemente al paisaje. Hombres y mujeres conviviendo con la geografíacatamarqueña, ya sea habitando ciudades y aldeas o aislados puestos campesinosque parecen fundirse con la naturaleza circundante. Perolo más impactante es que esta integración hombre-naturaleza no es nueva, sinoque tiene más de 10.000 años de historia. Esta historia solo dejó testimoniosescritos desde el s. XVI, con la llegada del conquistador europeo, pero en sumayor parte permanece enterrada bajo las arenas, suelos y rocas del territoriocatamarqueño. Una historia oculta, misteriosa y apasionante que merece y debeser rescatada. Ese es el trabajo de la Arqueología: rescatar, interpretar yayudar a conservar ese patrimonio cultural del pasado para las actuales yfuturas generaciones.Nose trata solamente de un mero ejercicio intelectual de curiosidad académica,sino que implica comprender y aprender de las antiguas sociedades sus manerasde relacionarse con el ambiente, sus tecnologías, sus comportamientos sociales,sus concepciones simbólicas e, incluso, sus organizaciones políticas. Estoayuda a preservar el patrimonio identitario de nuestros pueblos americanos,pero también significa aprender de ellos muchos elementos útiles para nuestra propiarelación actual con el paisaje.Losdiferentes aportes que integran esta publicación apuntan en el sentidomencionado en el párrafo anterior, intentando constituir un aporte para llevaral público no especializado un panorama general de la actualidad de nuestrosconocimientos sobre la arqueología catamarqueña. Cada uno de ellos fue escritopor los diferentes equipos de investigación que, con la aprobación y control dela Dirección Provincial de Antropología de Catamarca, trabajan desde hace largotiempo explorando la arqueología de la Provincia. Estosequipos están integrados por numerosos profesionales de diversas disciplinas(arqueólogos, biólogos, geólogos, etc.) que pertenecen a institucionesuniversitarias y científicas, tanto provinciales como nacionales, pero a los queune un elemento esencial: su intensa pasión por investigar las sociedades delpasado catamarqueño. Son la culminación de una larga trayectoria deinvestigaciones que sería muy extensa para detallar aquí, pero de la quemerecen destacarse algunos puntos particulares.Desdefines del s. XIX y comienzos del XX, la riqueza arqueológica de Catamarca llamóla atención de viajeros y exploradores ligados a la arqueología,convirtiéndose, junto a otras como la Quebrada de Humahuaca o los VallesCalchaquíes, en una región emblemática para la Arqueología Argentina. Poraquella época, figuras fundacionales de la arqueología argentina como Ambrosetti,Lafone Quevedo o Lehmann-Nitsche, entre otros, trajeron a la luz pública lasprimeras evidencias materiales del importante pasado catamarqueño. Perofueron quizás las expediciones al Noroeste Argentino financiadas por BenjamínMuñiz Barreto, las que daría la real dimensión de la arqueología del área. Lasonce campañas, realizadas entre 1922 y 1930, encabezadas por el ingeniero austríacoVladimiro Weiser, descubrieron una centena de yacimientos arqueológicos, muchosde ellos en el actual territorio de Catamarca. La minuciosidad de Weiser en susexcavaciones y relevamientos topográficos, se tradujo en  un valioso tesoro de información representadoen sus diarios de viaje y unos 11.000 objetos, hoy depositados en el Museo deLa Plata, que aún utilizan y exploran los modernos arqueólogos para susinvestigaciones.Sinembargo, podríamos decir que la moderna investigación arqueológica científicaen la Provincia comienza en la década de 1950 y tiene un disparador con nombrey apellido: Alberto Rex González. Las investigaciones del Dr. Gonzálezsistematizaron y ordenaron cronológicamente las evidencias de las sociedadesagropastoriles, desde las más tempranas hasta la llegada de los Inkas. Nombresde estilos cerámicos como Ciénaga, Belén y, especialmente, Aguada, con ladestacada belleza de su alfarería, comenzaron a hacerse populares aún más alláde la comunidad científica. González realizó los primeros fechados por C14 quellevaron los inicios de las sociedades con agricultura, pastoreo y cerámica avarios cientos de años antes de la Era. Luego,las investigaciones de Eduardo M. Cigliano en las terrazas del valle de SantaMaría mostraron que los artefactos líticos hallados podían llevar esa historiaa miles de años antes, lo que confirmarían las investigaciones de CarlosAschero décadas después.Apartir de ese momento las investigaciones se aceleraron en la década de 1970con el aporte de Víctor Núñez Regueiro, Myriam Tarragó, Rodolfo Raffino ymuchos otros reconocidos arqueólogos. A partir de la década de 1980 y,especialmente, de 1990 la incorporación masiva de numerosos investigadores,producto del desarrollo de las carreras universitarias de arqueología (incluidala Escuela de Arqueología de la misma Universidad Nacional de Catamarca),originaron un avance notable que aún continúa.Sinembargo, puedo decir que esto recién comienza y que aún resta muchísimo porinvestigar. El avance producido a develado interrogantes importantes, pero haabierto numerosos interrogantes nuevos. Así ocurre en la historia de lainvestigación científica en general y esta no será una excepción, tal vez allíresida su mayor atractivo.Lostrabajos que integran este volumen intentan contar con sencillez y rigorcientífico el estado actual de nuestros conocimientos sobre la historia noescrita de las sociedades del pasado catamarqueño. Intentan mostrar, aunque seaen mínima medida, no solo una descripción formal de las sociedades y suscaracterísticas culturales, sino llegar hasta la esencia vital de los hombres ymujeres que las integraron. Ellos son quienes nos precedieron en el actualterritorio catamarqueño y merecen, además de nuestro respeto y reconocimiento,ocupar el lugar que merecen en la historia de nuestro país y de América.Creo,humildemente, que los autores han logrado el cometido propuesto y espero,sinceramente,  que aquellos que explorenestas páginas puedan disfrutarlas y no sentirse decepcionados.