INVESTIGADORES
ROJKIND Ines Carolina
capítulos de libros
Título:
"Una explosión ruidosa de la indignación pública". Deuda, honor nacional y protesta política en Buenos Aires del novecientos
Autor/es:
INÉS ROJKIND
Libro:
Buenos Aires. Manifestaciones, fiestas y rituales en el siglo XX
Editorial:
Biblos
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2011; p. 27 - 41
Resumen:
Una inusitada protesta popular alteró la vida cotidiana de la ciudad de Buenos Aires a comienzos del mes de julio de 1901. Los disturbios se prolongaron durante varios días, hasta que finalmente el gobierno impuso el estado de sitio en la ciudad. Los enfrentamientos dejaron numerosos detenidos, unos cuantos heridos y un número indeterminado de muertos. En el marco de la conmoción creada por los sucesos de aquellos días, circularon múltiples rumores y se efectuaron declaraciones inquietantes. Se habló de una revolución que los enemigos del gobierno preparaban en secreto con el objetivo de derrocarlo. Otras voces se alzaron para denunciar la acción perturbadora de agitadores anarquistas y socialistas que pretendían provocar una revuelta social. Tales afirmaciones nos advierten sobre las particularidades de la una sociedad, como era la porteña a principios del novecientos, en la que el recuerdo de la violencia política decimonónica coexistía con las dudas y los temores que generaban las transformaciones sociales que la Argentina experimentaba en torno al cambio de siglo. Sin embargo, desde el punto de vista de los orígenes, los contenidos y la dinámica de las manifestantes de julio de 1901, otros son los aspectos que corresponde analizar y ése es, precisamente, el objetivo principal de este trabajo. Las demostraciones se iniciaron en el contexto del repudio generalizado que suscitó un proyecto para la reestructuración de la deuda externa que impulsaba el gobierno de Roca. El proyecto se convirtió en motivo de una virulenta campaña opositora llevada adelante por la prensa. Se censuraba, en particular, la cláusula de garantía del contrato suscrito con los acreedores extranjeros, puesto que, se aseguraba, la misma constituía una grave afrenta a la soberanía nacional. Las denuncias periodísticas alertaron a los estudiantes universitarios y fueron ellos quienes organizaron el movimiento en contra de la iniciativa gubernamental. La protesta nació en nombre del honor nacional supuestamente ultrajado, pero adquirió rápidamente fuertes connotaciones políticas. Las editoriales periodísticas y el lenguaje de la acción que los manifestantes desplegaron en las calles expresaban la profunda contrariedad que causaba el proceder de un gobierno al que constantemente se tildaba de corrupto, arbitrario y desdeñoso de la voluntad popular. En el marco de un régimen político que se sustentaba en el fraude electoral y en el monopolio que del poder poseía el partido gobernante, la ocupación del espacio público, el uso de las calles para la protesta, se tornaba especialmente relevante. La multitud manifestante podía articular allí sus reclamos y agravios de manera directa, podía hacerse ver y escuchar.