INVESTIGADORES
CASTELLO DUBRA Julio Antonio
capítulos de libros
Título:
Para una historia de la causalidad eficiente: Aristóteles, Avicena y Tomás de Aquino
Autor/es:
CASTELLO DUBRA, JULIO ANTONIO
Libro:
Cristianismo y helenismo en la filosofía tardo-antigua y medieval.
Editorial:
Paideia
Referencias:
Lugar: Rosario; Año: 2009; p. 303 - 317
Resumen:
En un artículo clásico sobre los orígenes de la noción de causa eficiente, Gilson sugiere que Aristóteles, en verdad, no dispuso de un auténtico concepto de causalidad eficiente, sino en todo caso, de mera causalidad motriz. La especificación del significado de aquel sentido de causa al que Aristóteles alude con las fórmulas “principio del movimiento”, “aquello de donde procede el movimiento” o simplemente el “motor” o el “agente” ciertamente plantea algunas ambigüedades. Sin embargo, es significativo que Tomás de Aquino tome como términos prácticamente intercambiables los de causa efficiens, causa agens y causa movens. Ocurre que la recepción de la doctrina aristotélica de los cuatro sentidos de causa en el plano de la física y en un primer plano de la metafísica por parte de Tomás de Aquino se mueve cómodamente en el nivel de una causalidad natural de tipo “horizontal” e inmanente. Este nivel se trasciende gracias a la distinción aviceniana entre un agens naturale, que obra por mutación y movimiento, y un agens divinum que es dador del ser. Esa transformación o ampliación del concepto aristotélico de causa eficiente aplicado al primer motor es reforzado por una larga tradición interpretativa que se remonta los comentadores neoplatónicos tardíos como Simplicio. La reconstrucción o, más bien, construcción de un argumento de la potencia infinita aplicado al nivel de la existencia hace entendible que a Tomás le llegue la información cierta de que el primer motor inmóvil no es meramente causa del movimiento, sino también de la existencia. Ello permite entender mejor la aparentemente extraña atribución de la noción de creación a Platón y Aristóteles, que tantos dolores de cabeza ha dado a comentadores e intérpretes tomistas. En tal sentido, puede decirse que la metafísica de Tomás de Aquino está mucho más arraigada en la ontología antigua de lo que a primera vista parece, o de lo que se ha pretendido.