INVESTIGADORES
RENOLDI Brigida
capítulos de libros
Título:
La salud como atributo moral: usuarios de drogas y tratamientos de atención
Autor/es:
BRÍGIDA RENOLDI
Libro:
Padecer, cuidar y tratar. Estudios socio-antropológicos sobre el consumo problemático de drogas
Editorial:
Antropofagia
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2012; p. 47 - 63
Resumen:
Desde mediados del siglo pasado diversas substancias amparadas bajo el término drogas vienen siendo objeto de adoración y controversia. Por un lado, el impacto que significó la expansión del mercado farmacológico para el control de las llamadas "enfermedades" físicas y mentales, llevó a valorizar los "remedios" como la fuente de solución de cuadros psicofísicos variados, afianzando un tipo de confianza ciega en ellos. Por otro, cierta incomodidad tímida también se fue haciendo evidente en las consecuencias que acarrearon los usos no prescriptos de las drogas legales. Debemos sumar a estos fenómenos el carácter de ilegalidad que adoptaron las substancias estupefacientes y psicotrópicas contempladas por las convenciones internacionales de las Naciones Unidas, con el objetivo de controlar su producción y comercio. Este encuadramiento que diferenció substancias legales e ilegales bajo las categorías de remedios y drogas, compartido por los gobiernos que adhieren a dichas convenciones, imprimió a su vez un juicio moral sobre los usuarios de las substancias prohibidas, en el que prevaleció el énfasis en la enfermedad y en la ilegalidad de sus hábitos. Como consecuencia, diferentes iniciativas fueron tomando lugar en el ámbito de las políticas públicas, creando dos universos radicalmente separados, marcados por la enfermedad y la salud, el primero de los cuales se asocia directamente a la ilegalidad y es tratado en consecuencia. Las políticas de salud siempre han sido correctivas, especialmente aquellas referenciadas al modelo sanitarista que caracterizó a los estados nacionales a comienzos del siglo pasado. Las iniciativas estatales y de organizaciones no gubernamentales, basadas en ideales de salud que toman por centro los valores de racionalidad y autonomía atribuidos al individuo moderno, fueron buscando revertir la realidad de los usuarios. En el marco de las instituciones de salud, dejar las drogas se transformó en un gran desafío. Se trata de un tipo de "problema" que, a diferencia de otros, tal vez no pueda ser resuelto con el simple suministro de remedios. En este contexto, la distancia entre el estado de enfermedad y el de salud tiene que ser traspuesta para alcanzar el objetivo de la cura. Sin embargo, para los prevalecientes modelos sanitarios del cuerpo y de la psiquis, sólo un tránsito de un estado hacia el otro, pareciera resolver el problema de la dependencia. No existe la opción del uso controlado, porque cualquier uso se inscribe en la ilegalidad. Para curar hay que intervenir en la vida y en los hábitos de la persona. Para curar hay que interrumpir, disciplinar, pautar el uso del tiempo y del espacio. Para curar hay que pasar por etapas que demuestren al final que se ha alcanzado otro estatus. Es en este sentido que, apelando a un concepto clásico de la antropología, podemos pensar el proceso de atención en el caso de los usuarios de drogas ilegales como un rito de pasaje entre la enfermedad y la salud. A continuación desarrollaré la idea en el análisis de un caso específico.