INVESTIGADORES
LICHTMAJER Leandro Ary
capítulos de libros
Título:
Tradiciones en movimiento. Asociacionismo, política y formas de protesta en Bella Vista (1943-1968)
Autor/es:
LEANDRO ARY LICHTMAJER
Libro:
Los pueblos azucareros frente al colapso. Resistencias locales al cierre de ingenios en Tucumán
Editorial:
Teseo
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2022; p. 89 - 136
Resumen:
En Tucumán, la segunda mitad de la década del sesenta se caracterizó por una sostenida efervescencia social forjada al calor de la debacle de la agroindustria azucarera. El punto culmine del proceso de deterioro de la principal actividad económica provincial fue la intervención y clausura de once establecimientos llevada a cabo por el onganiato entre 1966 y 1968. Los efectos sociales de dichas medidas se plasmaron en la desocupación, pauperización y migración masiva de miles de tucumanos y tucumanas. Ante ese escenario, en los pueblos azucareros se fraguaron diversas formas de confrontación y articulación social entre las que se destacaron las Comisiones Pro-Defensa (CPD) formadas en 14 localidades. Estas experiencias antecedieron las protestas desarrolladas en San Miguel de Tucumán entre 1969 y 1972 (los “Tucumanazos”), cuyo carácter urbano y capitalino, así como su masividad y la centralidad del componente obrero-estudiantil, les otorgaron mayor visibilidad en las investigaciones sobre este período.En Bella Vista, sede del segundo establecimiento azucarero más importante de Tucumán, el “comisionismo defensivo” tuvo un hito clave a finales de 1968, cuando la CPD movilizó a amplios sectores de la comunidad y tendió lazos con un caleidoscopio de actores a escala provincial y nacional. La gravitación de dicha entidad se extendió hasta 1970 y, a contramano del resto de las CPD, logró salvar el ingenio. En un abordaje previo analizamos la trayectoria de la entidad bellavisteña, delimitando sus liderazgos, sus repertorios de protesta y sus alianzas. En las consideraciones sobre las “condiciones locales” que signaron la trayectoria de la CPD el estudio aludió –de manera tangencial– a la relevancia del denso entramado institucional, asociativo y político del colectivo bellavisteño, que modeló una “particular trama comunitaria que cobró relieve ante la coyuntura crítica de mediados de los sesenta.” Este texto recupera y profundiza esa idea. En efecto, propone una genealogía de las tramas asociativas locales y examina las formas de articulación que se observaron en la comunidad bellavisteña en el mediano plazo. Esto supone reconocer la centralidad de diferentes actores –tales como las organizaciones sindicales de obreros y empleados, el asociacionismo católico, las entidades comerciales, educativas y agrarias y las dirigencias partidarias– de fuerte relevancia a finales de los sesenta. El texto argumenta que la CPD fue tributaria de una tradición de articulaciones locales de largo aliento, cuyas implicancias en la movilización de los actores comunitarios, la construcción de liderazgos y el despliegue de una gimnasia organizativa forjada durante décadas se visibilizaron durante la crisis del ingenio.La perspectiva local de análisis busca entrecruzar las reflexiones sobre la vida asociativa, las configuraciones espaciales y las trayectorias de organizaciones y dirigentes comunitarios en interrelación con tramas más amplias. No propone, en efecto, “domesticar la especificidad” ni postular la “unicidad” de lo local, pensándolo tanto en su propia lógica como en su interrelación con experiencias construidas allende sus fronteras, “en una escala que va desde lo global hasta lo regional o nacional.” En un sentido complementario, nuestra perspectiva busca dialogar con la mirada de Doreen Massey sobre las percepciones del “lugar” y sus implicancias en las luchas políticas desarrolladas en una localidad determinada. Massey cuestionó las interpretaciones que postularon el carácter esencialista e internalista de la noción de “lugar”, recuperando su matriz dinámica y su apoyatura en un conjunto de relaciones sociales, que no son sólo internas a los locales sino que los conectan con lo global. Frente a quienes postularon que el “poder motivacional de la tradición” es sinónimo de reacción contra el cambio –desde un punto de vista conservador– Massey sostuvo que la tradición supone, ante todo, el reconocimiento del carácter histórico de un lugar, en un sentido dinámico y conflictivo, que busca establecer conexiones entre prácticas presentes y pretéritas. Como veremos, estas nociones pueden ponerse en juego a la hora de reflexionar sobre la trayectoria de la comunidad bellavisteña.