INVESTIGADORES
BAEZ Jesica Mariana
capítulos de libros
Título:
Algunas pistas
Autor/es:
G, MORGADE; J. BAEZ; G, DIAZ VILLA; S, ZATTARA
Libro:
Toda educación es sexual
Editorial:
Crujía
Referencias:
Año: 2011; p. 185 - 207
Resumen:
La sanción de la Ley de Educación Sexual Integral en 2006 y los proyectos que fueron sus antecedentes fueron el marco de producción muchos manuales y textos orientadores de las diferentes tradiciones en el campo. Con anterioridad, también habían sido publicados algunos materiales desde la perspectiva de género y derechos; por ejemplo, el excelente manual de FEIM, Sexualidad y salud en la adolescencia. Partiendo de una crítica a las relaciones de género hegemónicas, el manual introduce al conocimiento del cuerpo y los modos de preservar su salud y desarrollar amplia- mente las nociones que, desde los derechos sexuales y reproductivos, asisten a los y las adolescentes para disfrutarlo y cuidarlo. Los materiales referidos al curso “Nuestros derechos, nuestras vidas” publicados por el Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes o el libro de Liliana Pauluzzi sostienen también esta visión. El discurso de los derechos aparece como la fundamentación válida para la educación sexual, resultando sin duda una superación del silencio, o del modelo biomédico imperante en la escuela, o del carácter descorporizado de la visión moralizante de la sexualidad. Se inscribe en una tradición política y pedagógica relativamente reciente que parte del aceptable supuesto de que conocer los derechos que nos asisten “es condición” para su ejercicio pero que se apoya también en otrahipótesis más discutible: conocer los derechos “es condición suficiente” para que se los ejerza en la práctica social. Sin embargo, así como es discutible que conocer los métodos anticonceptivos sea condición necesaria y suficiente para su empleo, la investigación muestra que tampoco parece suficiente con el trabajo sobre los derechos para que los/as estudiantes se los “apropien” y modifiquen los vínculos y las prácticas en sus vidas cotidianas. Entendemos que dejando afuera las emociones y sentimientos asociados a las diferentes dimensiones de ejercicio de los derechos, estas propuestas caen finalmente en otra forma de silenciamiento de la afectividad que deja afuera la experiencia y reduce la potencia de las transformaciones a las que aspiran a contribuir.