INVESTIGADORES
MARTEL Alvaro Rodrigo
artículos
Título:
Notas marginales desde el sitio incaico Nevados del Aconquija (Tucumán, Argentina)
Autor/es:
VÍCTOR H. ATALIVA , ÁLVARO R. MARTEL , CAROLINA SOMONTE Y SARA M. L. LÓPEZ CAMPENY
Revista:
ANDES
Editorial:
CENTRO PROMOCIONAL DE LAS INVESTIGACIONES EN HISTORIA Y ANTROPOLOGÍA. UNIVERSIDAD NAC- DE SALTA. SALTA
Referencias:
Lugar: Salta; Año: 2010 p. 161 - 186
ISSN:
0327-1676
Resumen:
Al menos desde mediados de siglo XIX hasta nuestros días, el sitio arqueológico conocido como “Pueblo Viejo del Aconquija”, “La Ciudad Legendaria”, “Ruinas de los Nevados”, “Pucará de Las Pavas”, “Nevados del Aconquija” o, su denominación más extendida, “La Ciudacita”, ha sido mencionado, visitado y reportado por viajeros e investigadores tanto en artículos e informes periodísticos y científicos[1], como así también en realizaciones audiovisuales[2]. Tales contribuciones han generado una serie de discursos y representaciones que permiten percibir la complejidad no sólo de la materialidad inca -en particular, la arquitectónica- en este sector del NOA, sino también posibilitan vislumbrar ciertas estrategias que habría implementado el Estado en los confines orientales de su expansión. Sin embargo, y a pesar de la importancia atribuida al asentamiento, son escasas las investigaciones sistemáticas realizadas en Nevados del Aconquija. En octubre de 2002, y a partir de un requerimiento de la Administración de Parques Nacionales (APN), realizamos una evaluación del estado de conservación del sitio Nevados del Aconquija (Martel et al., 2002)[3]. Para ello, efectuamos -de manera expeditiva, dado el escaso tiempo con el que disponíamos- prospecciones y relevamientos de las estructuras que conforman el sitio. Destacamos que tal instancia de evaluación era requerida, por una parte, como paso previo a cualquier propuesta de investigación sistemática; por otra, los resultados de dicha intervención permitirían elaborar un plan de manejo de los recursos culturales (sensu Molinari, 1998, 2000) en esta porción del Parque Nacional Campo de Los Alisos (PNCLA)[4]. Conforme a los objetivos de nuestro trabajo en este sector de la Sierra -estrictamente apuntados a la evaluación del estado de los recursos-, debemos advertir que no se encontrarán aquí respuestas a las variadas problemáticas que, desde Nevados, los distintos investigadores plantearon. Antes bien, exponemos hipótesis y algunas sugerencias en relación a distintos aspectos vinculados con la apropiación material y simbólica de este sector de la Sierra del Aconquija por parte del Estado incaico; tales sugerencias parten del análisis de las contribuciones que abordaron este sitio y de nuestra corta estadía, por lo que dichas consideraciones serán planteadas a manera de apuntes, las que podrían ser retomadas en el futuro por quienes realicen investigaciones a largo plazo. A la vez, este escrito es doblemente marginal: por un lado, se trata de la primera aproximación de los autores a la problemática incaica en la región; y, por otro, lo hacemos desde la periferia, en el margen, en los límites mismos de la expansión oriental del Estado en lo que actualmente constituye el NOA. El sitio Nevados del Aconquija se encuentra sobre un filo de las altas cumbres de la Sierra de Aconquija[5], Departamento Chicligasta, entre los 4200 y 4300 msnm, dentro de los límites del PNCLA y se accede al asentamiento tanto desde la localidad de Alpachiri (ladera oriental de la sierra, es decir, ascenso por Tucumán), como desde El Tesoro (ladera occidental, ascenso por Catamarca). La Sierra forma parte del extremo meridional de la Cordillera Oriental (Turner y Mon, 1979)[6] la que, en un sentido transversal O-E, presenta diversos ambientes. Si trazamos una transecta uniendo El Tesoro y Alpachiri, recorreríamos los siguientes ambientes: Prepuna (2000 a 3400 msnm), Altoandino (sobre los 3400 msnm), Pastizales de neblina (3400-3200 msnm y 2800-2500 msnm), Bosques montanos (2500 a 1500 msnm), Selva subtropical montana (1500 a 600 msnm) y la Selva pedemontana o de transición (600 a 400-300 msnm), la cual limita con los bosques de la Llanura chaqueña (Cabrera, 1976; Scattolín y Korstanje, 1994; Ventura y Ortiz, 2003; entre otros)[7]. Es relevante destacar que tal variabilidad altitudinal y ecológica está comprendida en sólo ca. 70km, redundando en una oferta de recursos, diferentes y/o complementarios, significativamente importante.