INVESTIGADORES
DELRIO Walter Mario
artículos
Título:
?Paralaje: perspectivas en ?la? historia de origen.?
Autor/es:
RAMOS, ANA; DELRIO, WALTER
Revista:
VOCES RECOBRADAS
Editorial:
INSTITUTO HISTÓRICO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2001 vol. 12 p. 26 - 34
ISSN:
1515-1573
Resumen:
En el proceso creador de contar una historia subyacen proyectos políticos, posicionamientos ideológicos, reclamos económicos e intertextualidad y disputa con otras historias. El discurso histórico permite dirimir en varios frentes sociales por su particularidad intrínseca: la evaluación metacomunicativa de lo dicho como ?verdad?, la organización de los eventos en unidades completas y reconocibles, la posibilidad de argumentar narrando y la referencia -presupuesta o creativa- a contextos y posicionamientos sociales Resumiremos brevemente cada uno de estos mecanismos subyacentes a la acción de narrar una historia. En primer lugar, las historias representan ?realidades del pasado? como ?aquello que verdaderamente sucedió.? Quien inicia la lectura de un relato definido como legítimamente histórico actualiza el marco interpretativo sobre ?la verdad? y se posiciona a sí mismo como enunciador competente y conocedor de ?la realidad.? En segundo lugar, las historias constituyen entextualizaciones (Bauman y Briggs 1990) o puestas-en-intriga (Ricoeur 2000), es decir, resultan del proceso de selección y organización realizado por el enunciador, de ?una colección ? de eventos del pasado. De este modo, la historia deviene una unidad discreta posible de ser nombrada antes de ser actualizada. Tercero, la operación de entextualización simultáneamente supone la construcción de una tesis o argumento (Carranza 1997). El enunciador sostiene y fundamenta a través de la historia puesta-en-intriga un punto de vista determinado. En cuarto, y último lugar, la historia constituye también una interacción, por lo tanto, el enunciador que presupone sus destinatarios, constantemente negocia los presupuestos contextuales. La historia involucra un ?yo? en relación con ?otros,? pero estas relaciones son concretas y materiales. El proceso de contextualización (Gumpertz 1982) a través del cual el enunciador identifica algunos rasgos de los escenarios usados para producir contexto-marco, permite el análisis de la historia en su devenir sociohistórico. El presente trabajo es una nueva mirada sobre investigaciones precedentes (Ramos 1999, Ramos y Delrio 1997) en torno a los usos que los miembros de la comunidad mapuche Cushamen (pcia. del Chubut) dan a sus interpretaciones sobre el pasado. El trabajo de campo realizado desde el año 1995 nos ha facilitado la conformación de un corpus extenso de ?historias? del origen y los sentidos de pertenencia de la comunidad (Brow 1990). Algunas historias se ?oficializan?, ocupando el espacio prestigioso de ?la historia de la comunidad?, otras se deslizan ocultas entre portavoces todavía no autorizados; algunas polemizan y se contradicen pero todas se reconocen entre sí; unas crean comunidades imaginadas ampliadas y tiempos de larga duración, otras fundamentan la legitimidad de un ?nosotros? restringido y abarcan una temporalidad cercana. El estatuto jurídico de la comunidad como ?Colonia indígena agrícola pastoril? implica procesos identitarios yuxtapuestos: autodefiniciones como aborígenes, como argentinos y como pequeños productores. Cada uno de estos posicionamientos construyen de modo diferente ?la historia de la comunidad?, y en sus yuxtaposiciones y contradicciones es posible inferir ciertas regularidades. En un nivel de mayor sistematización y abstracción reconocemos tres tipos de narrativas: la narrativa aborigen de las injusticias, la narrativa nacional fundacional y la narrativa clasista del pequeño productor. La metáfora de la paralaje nos permite hacer alusión a la dinámica social conflictiva que subyace en el aparente estatismo de una historia entextualizada. Calificar una historia desde el punto de vista de la paralaje implica poner el acento en la existencia de otras historias y sus diferencias. Las posiciones aparentes de un astro en la bóveda celeste difieren entre sí según el punto de observación, del mismo modo, la identidad y el origen comunitarios se ubican de modo diferente en el tiempo y en los contextos sociales según el lugar desde el que se cuenta la historia. El carácter perspectivo (Foucault 1995) de la práctica histórica se torna comprensible a la luz de cierta relación estratégica en la que el agente social está situado (Costa y Mozejko 2000). Las huellas de las opciones realizadas -dentro de los márgenes impuestos por las coacciones- se encuentran objetivadas en el texto de la historia. El énfasis en la paralaje nos permite, primero, hacer foco en las versiones dispares de cada enunciador, pero principalmente en el posicionamiento político inferido del peso relativo que cada una de las narrativas adquieren en su ?historia? particular; segundo, reemplazar los enfoques monolíticos sobre la historia de comunidad y hacer nuevos énfasis sobre la construcción de ambigüedades, desplazamientos y aparentes contradicciones como estrategia política en la construcción de identidades simultáneamente incluidas y excluidas en el estado nación; finalmente, relacionar las representaciones discursivas con sus agentes sociales, y las construcciones culturales con las políticas efectivas y concretas.