INVESTIGADORES
DELRIO Walter Mario
artículos
Título:
“Del no-evento al genocidio. Pueblos originarios y políticas de estado en Argentina”
Autor/es:
DELRIO, WALTER
Revista:
Eadem Utraque Europa
Editorial:
Universidad Nacional de San Martin, Miño y Dávila
Referencias:
Año: 2011 vol. VI p. 219 - 254
ISSN:
1885-7221
Resumen:
En mis primeros trabajos de campo en comunidades mapuche-tehuelche en el área norte de Patagonia una de las preguntas centrales era con respecto a las campañas de conquista estatal que se habían desplegado en la región entre 1878 y 1885. Habiendo por entonces realizado un trabajo previo de búsqueda en archivos, bibliotecas y hemerotecas, había considerado que ya sería un buen momento para cotejar la información obtenida con la memoria oral y al mismo tiempo llevar a cabo un trabajo de devolución en dichas comunidades de aquel material obtenido. Esperando encontrar un relato significativo con respecto a las campañas militares, encontramos no obstante que estas se diluían, como tema, en otros relatos sobre los "sacrificios de los abuelos", las penurias y los itinerarios que éstos debieron padecer en un momento de suma confusión y para poder conseguir tierras en donde finalmente poder establecerse con los suyos. Las caras de los agentes causantes de dicha situación eran borrosas, así como la presencia de las fuerzas armadas estatales. Por el contrario, la identificación de los antepasados y de la comunidad actual como "argentina" parecía reproducir miradas y discursos ajenos, pero que, al mismo tiempo, claramente eran ejecutadas como discurso propio. No sería sino años después, cuando en conversaciones informales -y luego entrevistas- empecé a compartir otro tipo de historias. Estas, si bien también versan sobre el sacrificio de los antepasados, son historias tristes y se alejan de aquel relato fundacional de las comunidades actuales en su relación con la argentinidad. Expresan las experiencias de los abuelos trasmitidas en contextos de dolor, como un legado y enseñanza para las siguientes generaciones. Estos ngtram -historias verdaderas o género veritativo del mapuzugun- eran recordados cuando se juntaban los abuelos y aún hoy, como entonces, frecuentemente son contados entre lágrimas. Sus marcas de apertura y cierre suelen ser "sabía llorar la abuela cuando contaba", "cómo lloraban cuando se juntaban y contaban", entre otras. Estas historias tristes forman parte también de las memorias de quienes las recibieron y transmitieron y que las vuelven a enmarcar en tanto "eso lo oí yo". No obstante, en la construcción de la historia provincial en Chubut -en la Patagonia argentina, donde muchas de estas historias fueron escuchadas-, para la elaboración de la curricula y manuales escolares, guiones de museos, selección de sitios, artefactos y eventos patrimoniables y sus respectivos circuitos turísticos, estos recuerdos no han sido tenidos en cuenta. Por el contrario, sí se ha utilizado como fuente otro tipo de memorias, particularmente aquellas pertenecientes a los llamados “antiguos pobladores”: los colonos galeses que hacia la década de 1860 habían empezado a arribar desde Europa. Luego de permanecer en la oralidad por cierto tiempo, estas historias puestas por escrito por sus descendientes han sido consideradas como un insumo para los historiadores. Una de estas historias de los pioneros galeses refiere un episodio de fuga de un pequeño grupo de exploradores que hacia 1884 fue perseguido -sin motivo explicitado- por la gente del lonko Foyel. Estos son asesinados y descuartizados por sus perseguidores a excepción de John Daniel Evans quien logra escapar gracias a su caballo malacara que salta una gran grieta. Pero es en la misma crónica de Evans donde se describe un campo de concentración en Valcheta, en plena meseta riongerina, donde luego de las campañas de 1878-1885 el gobierno había concentrado a la mayor parte de la población originaria sometida. El galés describe a Valcheta como una gran área con espacios en los cuales, rodeados de alambrados de tres metros de alto, los indígenas deambulaban y morían de hambre al rayo del sol bajo la mirada de sus guardias militares. Esta última historia ha sido hasta no mucho tiempo atrás excluida de cualquier relato histórico mientras que la primera, ha sido reiterada una y otra vez, no solo en los libros de texto y las efemérides provinciales, sino que el mismo caballo malacara posee un mausoleo y el sitio supuesto de su salto una marca conmemorativa, formando parte ambos de los circuitos turísticos de la provincia. Esto evidencia, en primer lugar, la posibilidad dispar que han tenido una y otro tipo de memorias para acceder a formar parte del corpus hegemónicamente legitimado al momento de elaborar relatos de origen provincial y nacional; en segundo lugar, se expresan los recortes que sobre las mismas memorias se han venido efectuando -recortes que tienen, como veremos adelante, su correlato con aquellos realizados en la separación de los campos disciplinares en nuestro país-; y en tercer lugar, que el resultado de estas operatorias ha sido no sólo el silenciamiento de determinados hechos sino de otras claves de lectura de los mismos. En efecto, si entendemos que la memoria transmite claves de lectura (de contextualización según Gumperz 1991) heredadas de generación a generación -más que descripciones fácticas-,  las memorias orales no son, entonces, tan sólo "versiones indígenas de los mismos hechos", sino de otros "hechos" y desde otras experiencias sociales. Con respecto a estos index históricos (Benjamin 1969, en Ramos 2010), me interesa aquí abordar dos aspectos. En primer lugar, los principales eventos narrados como “historias verdaderas” que remiten a una experiencia de sufrimiento, tristeza y locura. Estos ngtram transmiten una experiencia social precisa y triste; más allá de la literalidad, lo que estas historias implican es que "se lloraba al recordar". A través de la memoria se pudieron reconocer lugares y prácticas, lo que permitió dirigir esfuerzos de grupos de investigación en los últimos años para darle profundidad documental a la narración histórica.[1] En efecto, la memoria social señalaba que algo había sucedido y que esto formaba parte de la “historia no contada”[2]. El evento tenía una densidad que evidentemente para nosotros aun no tenía ni visibilidad ni sentidos. En segundo lugar, me detendré en los agentes y los mecanismos operados tanto en los procesos de selección y circulación de las memorias hegemónicamente legitimadas como en sus claves de lectura, en tanto pistas de contextualización de la memoria social, con el objeto de analizar cómo se condensan en las representaciones las agencias históricas. Finalmente, me gustaría compartir algunas reflexiones con respecto al modo en que nuestras propias elecciones teórico-metodológicas, con respecto al estudio del caso del sometimiento e incorporación de los pueblos originarios a la matriz estado-nación-territorio, se relacionan y forman parte, en uno u otro sentido, de los procesos de legitimación social de la memoria. [1] Me referiré aquí en gran parte a los avances de los proyectos de investigación que hemos venido co-dirigiendo con la Dra. Diana Lenton: Memorias y Archivos sobre el genocidio. Sometimiento e incorporación indígena al estado-nación, Secretaría de Investigaciones, UBACYT F810,  FFyL, UBA. Y con la Dra. Diana Lenton y el Dr. Diego Escolar: Genocidio, diáspora y etnogénesis indígenas en la construcción del estado nación argentino,  Pict 2006-01591, Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica, Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología. [2] Mauricio Fermín, Vuelta del Río, 2005.