INVESTIGADORES
GENE Mariana
artículos
Título:
La densa alquimia de las alianzas
Autor/es:
GENÉ, MARIANA; DIKENSTEIN, VIOLETA
Revista:
Anfibia
Editorial:
UNSAM
Referencias:
Lugar: San Martín, Provincia de Buenos Aires; Año: 2014
ISSN:
2344-9365
Resumen:
Aún con sus matices y equilibrios cambiantes, durante todo el siglo XX la Argentina fue un país de fuerte tradición bipartidista. Sin ir más lejos, desde el retorno a la democracia, los presidentes que se alternaron en el poder pertenecieron invariablemente a la Unión Cívica Radical o al Partido Justicialista. En este contexto, las coaliciones entre partidos de gran envergadura tendieron a ser más bien una excepción. De todas ellas, la más conocida y ?exitosa? fue la denominada Alianza por el Trabajo, la Justicia y la Educación, que reunió a la UCR y el Frepaso entre 1997 y 2001. El hecho de que su final fuera abrupto y traumático no quita que se tratara de una experiencia coalicionaria robusta, en un país que no suele mantener este tipo de agrupamientos. En efecto, consistió en la única alianza entre partidos grandes que logró ganar elecciones parlamentarias y, más tarde, llegar a la presidencia de la Nación. Su caso, por lo tanto, es ilustrativo de las potencialidades y dificultades de este tipo de iniciativas y permite reflexionar sobre algunas experiencias más cercanas, aunque, claro está, no sirve para predecir el devenir de esos nuevos intentos. Desde 1983, distintos partidos políticos se crearon e intentaron desafiar, con suerte desigual, el dominio de los dos partidos mayoritarios sobre el escenario electoral (entre otros, el Partido Intransigente, el Frente Grande, Recrear, el ARI, el PRO?). En todos los casos, su crecimiento a escala nacional constituyó un gran desafío, pues la fuerza de estos terceros partidos en algunos grandes centros urbanos se combinaba con la dificultad para ganar pregnancia en el resto del territorio. Para este tipo de agrupaciones, entonces, el ensamble de una coalición política podría resultar una buena estrategia a la hora de ganar votos y presencia nacional. Recientemente, con las elecciones primarias del año 2013 entró en escena una nueva coalición: el Frente UNEN, que en 2014 sumó nuevas fuerzas y se convirtió en el Frente Amplio-UNEN. Dicho espacio albergó en su seno a una serie de partidos de distinto tamaño y peso en la política argentina (la Unión Cívica Radical, el Partido Socialista, Libres del Sur, el Partido Socialista Auténtico, la Coalición Cívica ARI, el Frente Cívico y Generación para un Encuentro Nacional) y a sus correspondientes líderes (Elisa Carrió, Hermes Binner, ?Pino? Solanas, Ernesto Sanz, Julio Cobos, Ricardo Alfonsín, Martín Lousteau, entre otros). Su debut electoral fue auspicioso, obteniendo el segundo lugar en la Capital Federal (con el 32,2% de los votos frente al 34,5% del PRO) y logrando cinco bancas de diputados nacionales y una de senador. Sin embargo, a casi un año de su creación, sus partes se encuentran en un problemático proceso de fragmentación y reposicionamiento. En este sentido, los sucesos vertiginosos que signan la experiencia de FA-UNEN remiten casi instantáneamente a lo ocurrido con la Alianza hace poco más de una década. Es que, en efecto, los parecidos son muchos, aunque también revisten importantes diferencias. Lejos de encontrarse anclados en el pasado, los acontecimientos históricos se resignifican ante ciertos acontecimientos y permiten repensar sus aristas. La historia nos sigue hablando. Así, recuperar el recorrido que llevó a la conformación de la Alianza y a su llegada al gobierno, puede arrojar luz para comprender los desafíos de otras alianzas en ciernes.