INVESTIGADORES
WECHSLER Diana Beatriz
artículos
Título:
Peças para outra história da arte moderna
Autor/es:
WECHSLER DIANA B.
Revista:
Concinnitas
Editorial:
Universidad Federal de Rio de Janeiro
Referencias:
Lugar: Rio de Janeiro; Año: 2008 p. 47 - 57
ISSN:
1415-2681
Resumen:
Algunas consideraciones iniciales La provocadora afirmación de Didí Huberman fue elegida como apertura para este texto ya que permite situarlo rápidamente en el sitio de la polémica historiográfica. Sin embargo, no es el problema de la historia del arte en general sobre el que se intentará avanzar aquí. Este ensayo tiene un propósito más acotado: sobre el alcance de uno de los relatos particulares de esta historia, el que se refiere al último tramo del siglo XIX y más intensamente a las dos primeras décadas del XX. La intención es problematizar las historias del arte del siglo XX, atravesadas por una cuestión que se presenta de manera casi excluyente: la del arte moderno signado por la emergencia de las vanguardias, hitos de renovación entendidos como las claves de un discurso instituido que tiñe la lectura de los procesos artístico culturales del siglo pasado soslayando - desde este recorte a saltos de innovaciones-, otros procesos no menos modernos que los de las vanguardias. En este sentido la lectura que se propone en este artículo como fragmento de un trabajo más extenso es la de revisar las perspectivas canónicas del arte moderno, a partir de la incorporación de algunas fuentes para pensarlas como indicios de la que podría haber sido otra historia del arte moderno: poblada de matices, enriquecida por numerosas presencias y por ciertas coloraciones que la escritura del gran relato ha eludido. La tradición de la historiografía artística europea y norteamericana moderna de post guerra marca en su recorrido un sendero que excluye o en el mejor de los casos, deja en segundo plano, los procesos de los espacios culturales llamémoslos provisoriamente periféricos dejando de contemplar aspectos que hacen a la dialéctica propia de lo moderno como las interacciones, las migraciones, los viajes, las redes de relación entre artistas e intelectuales, la convivencia de unos y otros en espacios metropolitanos...e incluso, no advirtiendo, en la centralidad otorgada a las vanguardias, su propia condición periférica en el momento de su emergencia, dentro de París, Berlín o Milán, por ejemplo. Son justamente estos elementos los que constituyen el centro de atención del trabajo que desarrollo desde hace varios años. Dentro de él, este artículo es una piezas breve de un montaje más extenso. En él se intenta recuperar, a través de un análisis del movimiento moderno en algunas de las metrópolis culturales de América Latina y de la revisión de ciertos itinerarios dentro de otros espacios como París, por ejemplo, la dimensión densa de estos procesos activando los lazos de articulación entre metrópolis. Así, el propósito de la investigación es poner la noción de arte moderno a debate, a partir de la consideración de nuevas coordenadas de análisis, lo que implica revisarla, incluir otras preguntas, aportar otras miradas. En este sentido, el estudio del impacto de la modernidad en Latinoamérica, la apropiación y coproducción de los lenguajes de las vanguardias y los procesos de entre guerras ponen en conflicto la perspectiva habitual de las historias del arte moderno escrito en la segunda mitad del siglo XX. La consideración de las condiciones, búsquedas, percepciones e inserciones diferenciales que durante el viaje estético realizan los artistas de las metrópolis de América Latina a Europa durante las primeras décadas del siglo XX y el estudio de las elecciones, recorridos, recepción e inclusión de los artistas europeos que migraron a estas tierras a partir de los años veinte, revela un mapa enriquecido del Arte Moderno permitiendo recuperar un red de interacciones internacionales dinámica y rica. Tienen lugar en este marco interactivo, procesos en donde se desarrollan diversas selecciones, apropiaciones, elaboraciones y reelaboraciones de lenguajes. Dentro de este panorama, los casos de las metrópolis culturales latinoamericanas -San Pablo, Montevideo, Buenos Aires y México- son puestos en foco partiendo de la consideración de que en ellas el arte moderno ofrece un derrotero singular signado por migraciones, tránsitos fluidos e intercambios de gentes, imágenes, obras, muestras, libros, catálogos, revistas, etc. El análisis de este tipo singular de migraciones (entre las metrópolis latinoamericanas y las europeas y viceversa) abre nuevas alternativas para la lectura del movimiento moderno recuperando una dialéctica que el gran relato canónico ha diluido. Los periódicos y las revistas de las metrópolis de las periferias se hacían eco del movimiento moderno en París, Londres, Milán, Venecia, Berlín, Munich, Madrid; en fin, de todos aquellos hechos que permitieran que las páginas de arte y cultura estuvieran "al día". Un afán de actualización que inundó también a artistas e intelectuales, que poblaban más o menos compulsivamente sus bibliotecas con revistas, libros, catálogos, postales, en suma: todo tipo de material impreso que los informara acerca de lo que ocurría al otro lado del océano, con la angustiante sensación, sin embargo, de que de todas formas todo este esfuerzo era en vano y como es recurrente leer en las autobiografías aquí no llegaba nada. Sin embargo, estas lecturas les permitían armar un mapa imaginario a transitar en el momento de poder concretar el ansiado viaje a Europa. Y Europa, al fin, podía comenzar por cualquier parte a la hora de poner el primer hito en el plano: podía ser el sitio de llegada del vapor a Londres, Génova, Vigo, Hamburgo o del nexo más fuerte (ligado a la tradición familiar, a las enseñanzas recibidas por los maestros, al contacto previo con algún otro colega que hubiera estado o incluso que permaneciera aún en ese sitio). Al parecer lo que en definitiva importaba, por sobre todo, en esta experiencia del viaje era la posibilidad de confrontarse con el otro y en esa confrontación "verse", medirse y evaluar el camino a seguir. Pero estos caminos forman parte de otros trabajos. Volvamos nuevamente a los papeles, para afirmar que la imagen del arte moderno comenzaba y se constituía, para los artistas latinoamericanos, a partir del material impreso que llegaba a sus manos antes del iniciático viaje. Un material que orientaría a su vez los rumbos a seguir y las relaciones a establecer. Propongo entonces a modo de ensayo, centrar este breve texto en algunos artículos referidos al arte moderno publicados en la revista quincenal de arte y crítica libre Martín Fierro, editada en Buenos Aires entre 1924 y 1927. Allí se habrá producido seguramente el primer encuentro de muchos de nuestros artistas con ciertas imágenes, nombres, estéticas y debates. También en sus páginas los lectores pudieron acercarse a algunas de las formas tempranas de la escritura de la historia del arte moderno. Un tipo de escritura realizada "en caliente", procurando dar forma a los procesos que contemporáneamente se desarrollaban. Estos primeros trazados adelantemos la hipótesis- dan una perspectiva plural y sin dudas más dialéctica de ese tramo de la historia del arte. Es posible imaginar a partir de aquellos textos y de las presencias de artistas y obras en publicaciones como la que aquí será objeto de análisis, un arte moderno que responde a la dialéctica de los fluidos intercambios, la convivencia en los espacios metropolitanos, y pone a prueba la idea de pensar en un proceso de construcción del ámbito del arte moderno como una coproducción en donde las imágenes y representaciones se fueron constituyendo en la sumatoria de voces y miradas diversas.