INVESTIGADORES
BIDASECA Karina Andrea
artículos
Título:
Post 19 y 20. Por una revolución democrática
Autor/es:
BIDASECA, KARINA
Revista:
Ciencias Sociales UBA
Editorial:
UBA
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2011 p. 1 - 6
ISSN:
1666-7301
Resumen:
Ni bien me aproximo a ensayar una reflexión, siempre precaria, sobre el tiempo que abre el acontecimiento conocido como el 19 y 20, sobrevuela este interrogante: “¿Qué habremos hecho con aquello que hicimos?”. ¿Cómo narrar lo sucedido a través de las pisadas que no llegan a ser historia aún? Sin más, frente al discurso Uno que imperaba dominando las esferas de lo social y lo político, el tiempo suspendido, contingente, auguraba otros discursos y temporalidades: la palabra y la corpolítica. La palabra es el único medio que el ser humano posee para manifestar lo justo y lo injusto, señala Aristóteles en La Política. El orden de las palabras y el de los cuerpos, desobedientes para el orden hegemónico, subvirtieron el lugar asignado por el estado de sitio. Apenas proclamado por el ex presidente Fernando De la Rúa, la memoria de la corpolítica trascendió el límite frágil que separa lo privado y lo público . Inscribió una voz unísona en la eternidad del orden instituido: Que se vayan todos. Una identidad totalizante potenciaba la máxima del feminismo: lo personal es político. La corrupción de la clase política nos animaba aponer en práctica la democracia directa; de pensarnos “sin Estado” (Ignacio Lewkowicz), elevando a la asamblea a la expresión más sublime de la soberanía y de nuestro compromiso con el cambio social, ahora ya impostergable. Frente a una sociedad que asistía a su colapso simbólico, lo importante no era la caída sino el aterrizaje. Despojados de nuestras adscripciones e identidades (de clase, étnicas, religiosas, genéricas, sexuales…), de nuestras posiciones de enunciación, experimentamos lo que hacía tiempo: un momento de totalización. Disímil a otro, el del ansiado retorno a la democracia de 1983, surcado sobre el aniquilamiento de una generación que soñó lo imposible. Nuevos modos de subjetivación política se constituían en la configuración de las relaciones entre los “modos del hacer, los modos del ser y los modos del decir” que definen la organización sensible de la comunidad” (Rancière, 1996: 58).