INVESTIGADORES
PAGE Carlos Alberto
artículos
Título:
La librería Jesuítica. Historia del expolio de un emblemático patrimonio cultural de Córdoba
Autor/es:
PAGE, CARLOS A.
Revista:
Estudios
Editorial:
Centro de Estudios Avanzados - Universidad Nacional de Córdoba
Referencias:
Lugar: Córdoba; Año: 2000 p. 9 - 32
ISSN:
0328-185X
Resumen:
La decisión de la Compañía de Jesús de crear el Colegio Máximo de Córdoba en los albores del siglo XVII, trajo aparejado altos significados que marcaron a gran parte del continente. Se inició una gesta cultural de grandes proporciones que tuvieron como centro neurálgico a la Universidad donde se formaron los grandes espíritus misioneros que llevaron adelante la evangelización americana. Uno de los instrumentos o herramientas esenciales para los jesuitas fueron los libros que, por el espacio de poco más de un siglo y medio, formaron la prestigiosa biblioteca, con textos que no solo se ubicaban en la "Librería Grande" del Colegio, sino también en el Noviciado, en cada una de las estancias, en las misiones y hasta incluso en la famosa botica del Colegio. Los libros eran generalmente introducidos por los padres procuradores que viajaban a Europa a presentar informes anuales a los superiores. De esta manera y poco a poco se fue formando una colección que llegó a concentrar una importante cantidad de textos que reúnen una rica variedad temática dentro de un amplio arco del saber, desarrollado principalmente entre los siglos XVII y XVIII. Entre ellas, lógicamente prevalecen las materias teológicas-filosóficas, e involucran libros de devoción, biografía de hombres y mujeres identificados con la iglesia, historia de la iglesia y todo tipo de disquisiciones del amplio debate desarrollado en aquel tiempo. Pero también se suma una importante cantidad de textos que versan sobre derecho, medicina, geografía, historia, arte, matemáticas y por cierto diccionarios de toda índole.     De aquel maravilloso legado ha llegado hasta nosotros el Index Librorum Bibliotheca Collegii Maximi Cordubensis Societates Iesus realizado en 1757 y que constituye un detallado catálogo del material bibliográfico existente por aquel entonces. El manuscrito cuenta además con el Reglamento para Bibliotecarios que establecía cómo los libros debían ser registrados y conservados. Incluso el cuidado del ámbito y las estanterías. Estas últimas se han perdido, pero sabemos que fueron realizadas en el pueblo misionero de Santa Bárbara y que hicieron escribir a un contemporáneo que sus molduras, florames, cabezas de ángeles y columnas con capiteles semejan a los grandes retablos de las iglesias. Al ser expulsados los jesuitas en 1767 se inició un sistemático expolio del patrimonio acumulado en 168 años de permanencia en Córdoba. Todos sus bienes corrieron suertes similares y en el caso de los libros, fuente de inspiración fundamental de la Orden, se decidió en primer lugar separar aquellos que molestaban a la corona. Entre los libros que había que desterrar y que fueron tildados de “doctrinas relajadas o laxas” figuraban las obras de San Agustín y Santo Tomás, además del célebre autor Francisco Suárez SJ cuyas teorías se reconocen como inspiradoras de la independencia Americana. También se separaron con destino incierto los diccionarios de lenguas aborígenes.  Muchos libros se vendieron o se utilizaron para pagar honorarios a quienes inventariaban, otros se repartieron e incluso robaron, mientras que la voluminosa "Librería Grande", luego de diversos traslados, quedó a merced de la Junta de Mayo que decidió llevarse la mayoría de ellos a Buenos Aires para conformar lo que muchos años después fue la base fundamental de la Biblioteca Nacional. La Universidad quedó sin su preciado tesoro, comenzándose a gestionar inmediatamente la devolución de sus libros. Sólo una parte de los mismos se restituyen y en 1818 se refunda el germen de la actual Biblioteca Mayor de la Universidad Nacional de Córdoba. La recuperación de los libros jesuíticos no dejó de ser siempre una pretensión que para fines del siglo XX parecía rayar la utopía. Pero una fuerte convicción por la valoración del patrimonio cultural y el reconocimiento explícito a la labor desplegada durante 400 años por la Compañía de Jesús hizo devolver los sueños de redimir esta emblemática joya cultural de los cordobeses. Sus cerca de cinco mil ejemplares hoy nuevamente forman parte del ámbito original que los cobijó y se exponen como uno de los más poderosos estandartes de la conciencia sobre los valores que construyen nuestra identidad nacional.