INVESTIGADORES
COREMBERG Ariel Alberto
artículos
Título:
Salarios, costo laboral, productividad y excedente de la economía argentina 1993-2006
Autor/es:
ARIEL COREMBERG Y MARIELA MOLINA
Revista:
SSPyTEL-MTESS
Editorial:
SSPyTEL-MTESS
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2007 p. 1 - 30
Resumen:
El objetivo de este documento fue analizar el impacto de los incrementos salariales otorgados desde el año 2003 en los costos laborales y en el excedente empresario, tanto a nivel macroeconómico como sectorial, tomando en cuenta las series de producto, salarios y empleo de las Cuentas Nacionales. Esta base de datos permite realizar un análisis consistente del costo laboral, excedente y productividad de la economía argentina, no sólo por provenir de la misma fuente de información sino por incluir series de producción, empleo y salarios tanto del sector industrial como de los sectores primarios, tales como el sector agropecuario, la pesca y la minería o los sectores de servicios. Para ello, se presentó una breve descripción de los indicadores de costo laboral, ya sea ajustado por precios de producción (costo laboral unitario) o por unidad de producto (ajustado por productividad), del indicador de productividad laboral, principalmente medido en horas de trabajo, y los indicadores de excedente empresario que, a su vez, reflejan la importancia del excedente empresario en el producto y la participación de la masa salarial en el mismo. Los principales resultados son los siguientes: Entre 2001 y 2006, el salario promedio de la economía argentina creció por encima del incremento de los precios al consumidor, permitiendo una recuperación del poder adquisitivo hasta los niveles previos a la devaluación. Si bien todos los salarios promedio crecieron por encima de la inflación minorista en casi todos los sectores de la economía –con excepción de los sectores de intermediación financiera y servicio doméstico–, los salarios en los sectores transables y transporte y comunicaciones crecieron a tasas muy superiores al promedio de la economía. Sin embargo, la recuperación salarial no impactó plenamente en los costos laborales por unidad de producto. En parte, los costos laborales fueron compensados vía incrementos de los precios de la producción, sea por la devaluación o por mejores precios internacionales de las commodities, aunque este efecto se fue moderando desde el año 2003. Dado que los precios al productor se incrementaron más que los precios al consumidor, entre 2003 y 2006, el poder adquisitivo del salario aumentó en mayor proporción que los costos laborales. Por otro lado, durante el período 2003-2006 la recuperación salarial (72%) impactó mucho menos sobre el costo laboral unitario ajustado por precios de producción (27,7%), ya que fue compensada parcialmente por el incremento en los precios del productor (35%). Sin embargo, el costo laboral por unidad de producto (ajustado por productividad) se incrementó aún a menor ritmo (17,9%) gracias a las ganancias de productividad (8,3%) que sirvieron para amortiguar el crecimiento de los costos unitarios. Como reflejo de esta dinámica, el costo laboral relativo o ratio masa salarial/PBI se incrementó en 7 PP, pasando de 34,3% del PBI en 2003 a 41,3% en 2006. Por otra parte, si se compara la situación del año 2006 con la situación previa a la crisis de 2001, puede observarse que el costo laboral por unidad de producto todavía se encontraba levemente por debajo del año 2001 (-7,2%), así como también el excedente empresario presentaba una participación porcentual en el producto (3,3%) por encima del año previo a la devaluación. En otros términos, a pesar de los aumentos salariales otorgados por el sector privado y la autoridad pública desde mayo de 2003, la rentabilidad empresaria en 2006 continuaba en niveles algo superiores respecto de los predevaluación, no sólo en los sectores transables sino también en casi todos los sectores no transables, con excepción de hoteles y restaurantes, comercio y suministro de servicios públicos. Cabe destacar que, a diferencia de la década pasada, las importantes ganancias de productividad laboral generadas desde 2003 se dieron en un contexto de generación del empleo, permitiendo que la recuperación salarial no impacte plenamente sobre los costos laborales. Mientras que durante el período 1993-1997 la productividad laboral aumentó a un ritmo del 3,6% anual, la generación de puestos de trabajo creció solamente un 0,7% promedio anual; en cambio, durante el período 2003-2006, la productividad laboral de la economía argentina creció a un ritmo del 2,7% promedio anual, con un dinamismo en la creación de puestos de trabajo del 5,7% promedio anual. A partir del año 2004, las ganancias de productividad laboral a nivel agregado tuvieron un notable dinamismo y comenzaron a desempeñar un papel más importante en la compensación del incremento de salarios sobre los costos, al tiempo que continuó la compensación vía mejores precios de producción (traslado de la devaluación a precios y mejores precios internacionales de los productos exportables). Si bien a nivel agregado el costo laboral ajustado por productividad presentaba en 2006 niveles algo menores a los de 2001, los sectores transables tenían claras ventajas de costos laborales reducidos principalmente por los mejores precios de producción y sus respectivas ganancias de productividad. En los próximos años, resulta posible un escenario en el cual la recuperación del nivel de los salarios continúe su tendencia ascendente en un contexto de inflación acotada. Dicha dinámica permitiría recuperar el sustancial atraso del poder adquisitivo de los ingresos laborales, aunque impactando en los costos laborales y reduciendo el excedente como porcentaje del PBI. Sin embargo, los incrementos salariales no necesariamente afectarían plenamente a los costos laborales y la competitividad de la economía argentina ni generarían inflación, si se continúan generando ganancias de productividad y siguen mejorando los precios internacionales de los productos exportables, en un contexto de crecimiento económico y de superávit de cuenta corriente y fiscal. Por otra parte, la reducción de la participación del excedente empresario en el producto puede seguir siendo compatible con el financiamiento de la inversión, hasta ahora financiada con retención de utilidades, si al mismo tiempo se acompaña el crecimiento económico con un desarrollo sustancial del sistema financiero en un contexto de estabilidad y certidumbre macroeconómica.