BECAS
STEDILE LUNA VerÓnica
artículos
Título:
Cómo vivir juntos: método y utopía en el primer curso de Barthes en el Collège de France
Autor/es:
VERÓNICA STEDILE LUNA; TORRES RECA, GUILLERMINA
Revista:
Boletín del Centro de Teoría y Crítica Literaria
Editorial:
Cetycli - IeCH Rosario
Referencias:
Lugar: Rosario; Año: 2023 p. 156 - 171
ISSN:
1852-0391
Resumen:
Cómo vivir juntos: simulaciones novelescas de algunos espacios cotidianos es el primer curso que Roland Barthes dicta en el Collège de France, entre enero y mayo de 1977. Se trata entonces de un curso inaugural, permeado, sobre todo en sus primeras sesiones, por las expectativas que el crítico tenía de ese nuevo espacio de enunciación, las que había explicitado en la Lección, proferida apenas unos cinco días antes, el 7 de enero. Como el título deja prever, el tema es el de la convivencia en el marco de una espacialidad delimitada por la cercanía de lo conocido. En torno a esto se despliegan vías de exploración, inquietudes o, para decirlo con uno de sus términos, “excursiones” (Lección 114): el vínculo con los otros en la postulación no contradictoria de evocar simultáneamente –y sin tener que elegir– el “estar-con” tanto como el deseo de “estar-solo”; la pregunta acerca de cuán posible es una comunidad sin causa ni fin; la circulación de deseos sutiles que, sustraída del conflicto, conserve la producción de diferencias entre los sujetos. A esos intereses, Barthes les consignó un nombre y una fuerza: la fuerza es la del Fantasma como aquello que puede ser interrogado a través del señuelo de lo imaginario y que por lo tanto está en relación de aparición con el Deseo –cuál es mi Fantasma o qué Fantasma me orienta; y el nombre de ese Fantasma es el de la Idiorritmia, la forma de una vida en común como administración reglada de las distancias, que permita a cada quien vivir según su ritmo, sin tironeos ni violencia. Ahora bien, si el vivir-juntos es el tema a cuyo seguimiento se abocará Barthes a través de “simulaciones novelescas” , el Fantasma de la Idiorritmia es indisociable de la búsqueda que lo estimula, inscripta en el acto mismo de dictar un curso, y que había sido formulada en la Lección Inaugural: Lo que quisiera yo poder renovar en cada uno de los años que me sea dado enseñar aquí es la manera de presentar el curso o el seminario; en pocas palabras, “sostener un discurso” sin imponerlo: esa será la postura metódica, la quaestio, el punto por debatir. Puesto que lo que puede resultar opresivo en una enseñanza no es finalmente el saber o la cultura que vehiculiza, sino las formas discursivas a través de las que se lo propone. (Lección 113)La preparación de los cursos que siguen a la primera conferencia está impulsada entonces por el deseo de encontrar y debatir una “postura metódica” que atañe más al acto mismo de “exponer” ante un grupo de estudiantes que al desarrollo de un objeto sobre el que un curso podría versar. Si hubiera un objeto, ese sería en todo caso la ocasión del surgimiento de un Deseo que se persigue, como al fantasma, en la puesta en escena del curso; por lo tanto, lo que “esta enseñanza tiene por objeto” es el “discurso tomado en la fatalidad de su poder” (Ibíd.) y la exploración de un método como posibilidad de “desbaratar, desprenderse o por lo menos aligerar dicho poder” (114). Estas preocupaciones configuran un nudo particular para el ingreso a Cómo vivir juntos, que se presenta en la primera sesión desde la pregunta por el método, y concluye con un retorno auto-reflexivo a ese problema. Sin duda se trata de una pregunta que desborda al curso, lo antecede y lo continúa, al igual que la indagación por el Fantasma y el Deseo, y que Barthes reformula o esboza, cada vez, en textos y clases que escribe en los años 70: el ensayo “En el seminario”, publicado en 1974; muchas de las entradas de El placer del texto; el seminario que dicta en simultáneo “¿Qué es `sostener un discurso´? Investigación sobre el habla investida”; el libro Fragmentos de un discurso amoroso; las entradas del Diario de duelo; la conferencia “La imagen” en el coloquio de Cerisy-la-Salle; y también el curso del año siguiente en el Collège, titulado Lo neutro. El señalamiento a esas recurrencias no quiere marcar una homogeneidad, sino percibir el matiz de inflexión singular que Cómo vivir juntos introduce en la deriva de una inquietud insistente.