BECAS
PALETTI ROVEY MarÍa Fernanda
artículos
Título:
Control químico de Tizón bacteriano en trigo. Experiencia II.
Autor/es:
ALBERIONE, E.; DONAIRE, G.; SALINES, N.; CONDE, M. B.; MIR, L.; BESSONE, F.; PALETTI ROVEY, M. F.; SOTELO, J.; CAREZZANO, E.; OLIVA, M. M.; MARCOMINI, P.; RAMADORI, L.
Revista:
Trigo
Editorial:
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria
Referencias:
Año: 2018
ISSN:
2469-2042
Resumen:
El Tizón bacteriano en trigo (Triticum aestivum L.) es una enfermedad originada por el agente bacteriano Pseudomonas syringae pv. Syringae (Duveiller, et al., 1997). En Argentina, el impacto sobre la producción no es aun conocido. Sus síntomas (manchas acuosas y luego secas sobre las hojas) reducen el área verde activa provocando interferencia de la radiación solar útil para la producción de foto asimilados. Su desarrollo epidémico se ve favorecido por condiciones ambientales particulares: abundante humedad (alta humedad relativa y/o lluvias), bajas temperaturas (heladas) y acción del viento que hacen que se provoquen daños en los tejidos foliares, permitiendo el ingreso de la bacteria al tejido vegetal que dará lugar al inicio de la infección con la posterior manifestación de síntomas.El manejo de la enfermedad no resulta fácil entre otras cosas porque no se cuenta con genotipos de trigo que manifiesten resistencia a la enfermedad, existen muchas especies hospedantes (entre ellas maíz y sorgo), su principal vía de transmisión es a través de la semilla infectada y su sobrevivencia es como un epífito sobre la superficie de las hojas (Alberione et al,. 2017). En cuanto a control químico y biológico no hay experiencias satisfactorias en trigo (Reis et al., 2016; Yuba et al., 2012). Con el objetivo de evaluar por segundo año consecutivo los efectos `bactericidas y/o bacteriostáticos´ de productos en base a cobre se condujeron durante el año 2017 en la EEA INTA Marcos Juárez dos ensayos de evaluación sobre cultivares de ciclo de crecimiento distintos caracterizados como susceptibles a esta enfermedad. Se generó así nueva información sobre el comportamiento de estos productos sumada a la del año 2016 (Alberione et al., 2017).