INVESTIGADORES
NUÑEZ MONTELLANO Maria Gabriela
artículos
Título:
Nidificacion del Surucua amarillo, Trogon rufus chrysochloros, en el noreste de la provincia de Misiones, Argentina
Autor/es:
NÚÑEZ MONTELLANO, MARÍA GABRIELA; ROTTA, GUSTAVO; CANO, PAULA DANIELA
Revista:
Revista Nuestras Aves
Editorial:
Aves Argentinas/ Asociacion Ornitologica del Plata
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2009 vol. 54 p. 8 - 11
ISSN:
0326-7725
Resumen:
El orden Trogoniformes está compuesto por aves que nidifican en cavidades (Skutch 1981), con especies que utilizan huecos ya existentes y otras que excavan en árboles de madera blanda o en nidos de termitas u otros insectos sociales (Brightsmith 2000, Collar 2001). En Argentina habita una de las seis subespecies del Surucuá Amarillo (Trogon rufus chrysochloros) cuya distribución abarca la selva Atlántica en Paraguay, este y sudeste de Brasil y noreste de Argentina (Collar 2001).Es una especie rara en Misiones (Collar 2001) pero localmente común en el Parque Nacional Iguazú (Collar 2001, Saibene et al. 1996) y áreas del norte y centro-este de la provincia (A Bodrati y K Cockle in litt.). Si bien es una especie que no se encuentra amenazada, es muy sensible a la tala selectiva con una marcada tendencia a desaparecer de áreas disturbadas (Collar 2001). En nuestro país no se contarían con datos detallados de su biología reproductiva, si bien de la Peña (2005) y Chebez (2009) reportaron nidos, los mismos no presentan datos de posturas o detalles de comportamiento por lo cual podrían no haber sido nidos, ya que los miembros del orden Trogoniformes, en muchas ocasiones empiezan a hacer huecos pero no los terminan o no los utilizan (K Cockle in litt.). Aquí aportamos información sobre la nidificación de T. rufus chrysochloros en Argentina, con datos descriptivos del nido, huevos y período de permanencia de los pichones en el nido. El 10 de Diciembre de 2006 se encontró un nido de T. rufus chrysochloros con 3 huevos en la Reserva de Vida Silvestre Yacutinga, extremo norte del departamento General Belgrano, provincia de Misiones, Argentina (25º35’35”S, 54º05’09”O). La reserva se encuentra bordeada por el río Iguazú, en la margen opuesta al Parque Nacional do Iguaçú de Brasil, y cubre 570 ha de Selva Paranaense en buen estado de conservación. El nido se hallaba en una cavidad del tronco de un árbol seco de 55 cm de diámetro a la altura del pecho, a orillas de un sendero y a 20 m de una vivienda. En el microhábitat inmediato al nido crecían Chusquea ramosissima y Piper gaudichaudianum en el estrato más bajo y algunos ejemplares de Cecropia pachystachya, Euterpe edulis, Bastardiopsis densiflora y Balfourodendron riedelianum en el estrato más alto. La boca de entrada del nido se encontraba a 2,15 m del suelo, altura mucho menor a la encontrada por de la Peña para un nido sin postura a 6 m del suelo, hallado en la localidad de Capioví, sur de Misiones (de la Peña 2005). La boca de entrada del nido presentaba una forma ovalada irregular de 17,8 cm de alto por 6,8 cm de ancho, bordeada en su parte inferior por enredaderas. La cámara del nido presentaba un diámetro interno de 10,4 m y una profundidad de 26,5 cm y parecía haber sido excavada por esta misma especie o por algún miembro de la familia Picidae. Si bien T. rufus habitualmente nidifica en huecos poco profundos dejando expuesta la mayor parte del ave que incuba (Collar 2001), esta cavidad ofrecía lugar para la larga cola, la cual fue llevada hacia atrás por encima de la espalda descansando sobre la pared posterior del nido mientras que su cabeza, asomaba desde la abertura podía ser observada desde el exterior (Figura 1). Este comportamiento fue registrado también por Skutch (1959). El nido contenía 3 huevos de color blanco, de 25 x 21 mm, 27 x 22 mm y 29 x 23 mm, mientras que Collar (2001) y Skutch (1959) hacen referencia a posturas de dos huevos. En la cámara de postura se pudo observar sólo un colchón de aserrín del mismo árbol y la pared posterior de la cavidad presentaba signos de haber sido picoteada para desprender este material. Esto coincide con la mayoría de los registros para la familia, donde el recubrimiento de la cámara de postura con estructuras suaves es inusual (Collar 2001). El nido fue examinado cada 4-5 días, con observaciones de 15 minutos y registros fotográficos. Si bien la incubación de los huevos es realizada por ambos padres (Skutch 1959, Sick 1993, Collar 2001), generalmente pudo observarse a la hembra incubando los huevos y empollando los pichones. Aún así, cabe destacar que durante algunos de nuestros acercamientos al área del nido, el macho provenía del árbol utilizado para anidar y se perchaba en una rama visible realizando vocalizaciones, por lo que posiblemente se encontraba incubando y ante nuestra presencia se ausentaba del mismo para su defensa. El 23 de Diciembre de 2006 se observaron dos huevos y un pichón en el nido (Figura 2). El pichón medía 60 mm de largo aproximadamente y no presentaba plumón en el cuerpo. El pico era de color gris azulado con las comisuras y el extremo amarillentos. Cinco días después, el pichón presentaba pequeñas vainas gris-azuladas en las alas, en la zona central del dorso y en la cola. Las pérdidas de nidos sufridas por los surucuáes son altas, siendo las hormigas una causa común de abandono de nidos, mientras que ardillas y serpientes predan sobre huevos y pichones (Collar 2001). El 28 de Diciembre, alrededor del mediodía, pudimos observar una serpiente Spilotes pullatus muy cerca del nido la cual fue perseguida insistentemente por el macho de Surucuá con despliegues agresivos, realizando vuelos directos y vocalizaciones, logrando ahuyentarla. El día 6 de Enero de 2007 sólo se hallaron 2 huevos en el nido, pero se observó un volantón siendo alimentado por sus padres aunque no pudimos registrar si se trataban de insectos o frutos. El período de permanencia del pichón en el nido fué de aproximadamente 15 días, lo cual coincide con registros de Collar (2001). En días subsiguientes, el nido presentaba un avanzado estado de putrefacción y aún contenía los dos huevos que fueron abandonados. Si bien en este trabajo registramos los meses de Diciembre a Enero como el período de reproducción, Belton (1984) colectó en Rio Grande do Sul un macho de T. rufus chrysochloros, con gónadas bastante desarrolladas en Septiembre, aunque también colectó dos hembras con ovarios inactivos. Por otro lado, Collar (2001) menciona Mayo como período reproductivo para Brasil y de la Peña (2005) Octubre para la localidad de Capioví, Misiones. Desafortunadamente, se conoce muy poco sobre la ecología de la mayoría de las especies de aves que anidan en huecos en el Neotrópico, por lo que es necesario obtener más información para entender su biología reproductiva e historia natural (Cornelius et al. 2008). Este artículo reporta una serie de observaciones interesantes de T. rufus chrysochloros, especie cuya biología reproductiva es casi desconocida en Argentina.