TECNÓPOLIS
Más de 60.000 personas ya visitaron el espacio del CONICET en Tecnópolis
Además de las actividades con científicos y los espacios que muestran los diferentes desarrollos e investigaciones de los profesionales del Consejo, la nueva sala de Glaciares es uno de los espacios más visitados.
Ubicado a pocos metros de la entrada principal, el espacio del CONICET en Tecnópolis busca ofrecer no sólo un panorama del trabajo que investigadores, profesionales y personal de apoyo y becarios realizan en todo el país, sino también propuestas educativas y audiovisuales únicas.
Ya más de 60.000 personas recorrieron las salas del espacio CONICET: Futuros científicos, donde en cuatro estaciones interactivas invitan a experimentar en las cuatro grandes áreas de conocimiento del Consejo; Diálogos y Cine, un auditorio donde se dictan charlas y talleres, y se proyectan documentales científicos producidos por CONICET Documental; Desarrollos, en la que algunos de los objetos innovadores realizados por profesionales del Consejo están al alcance de la mano para sentir y experimentar; y la sala Glaciares, inaugurada el jueves 27 de julio.
Este último espacio, Glaciares, fue uno de los que más público atrajo: con pantallas táctiles, dispositivos de realidad aumentada, videos y maquetas, los visitantes pueden conocer más sobre los glaciares y vivir la experiencia de estar frente a estas increíbles masas de hielo.
La ciencia detrás de la sala Glaciares
Durante la inauguración Lucas Ruiz, investigador asistente del CONICET en el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA, CONICET – UNCu – Provincia de Mendoza) explicó a los asistentes que los glaciares son una masa de hielo lo suficientemente grandes para poder moverse y que hay diferentes condiciones que se deben dar para su existencia.
“Necesitamos una montaña, una zona elevada donde se deposite nieve que no se derrita en el verano para que pueda acumularse año tras año. Cuando se comienza a compactar se transforma en hielo y cuando alcanza un volumen determinado empieza a fluir”, contó el experto.
Una vez que se comienza a formar el tamaño que puede alcanzar, aclaró, está dado por el equilibrio entre el flujo de glaciar – es decir su ‘movimiento’ – y el clima. Relató también cómo son las campañas que realizan para hacer mediciones en estas masas de hielo y poder determinar su dinámica, y comentó que son el eje de la serie de cuatro episodios “Glaciares. Guardianes del Agua” realizada por CONICET Documental y que se va a estrenar en la TV Pública. El documental cuenta la aventura científica de mujeres y hombres que, desde el estudio de las imágenes satelitales hasta el trabajo de campo en las zonas más peligrosas del glaciar y en las condiciones climáticas más adversas, llevan adelante el Inventario Nacional de Glaciares.
Estuvo presente en el evento el Dr. Antonio Ambrosini, Director de Relaciones Institucionales del Consejo.
¡Manos a la obra!
Todos los días profesionales del Consejo organizaron actividades para el público. La cristalografía volvió a hacerse presente en el espacio del CONICET en Tecnópolis. Con dos charlas a sala llena, el investigador Diego Lamas y su equipo desplegaron un laboratorio donde muchos niños pudieron experimentar sus primeros pasos en la cristalografía. De esta manera, jugando, y paso a paso, los asistentes aprendieron la receta para poder hacer crecer sus propios cristales en casa.
A su vez, Leonela Schwerdt, becaria doctoral, y Ana Elena de Villalobos, investigadora del CONICET, vinieron desde Bahía Blanca para ayudar a demoler mitos sobre las arañas; contar cómo son, dónde viven y cómo se reproducen y, así, desmitificar algunas leyendas populares que las señalan como peligrosas.
La investigadora Valeria Edelsztein hizo que el público experimentara con los sentidos. En su charla: ‘¿La química tiene sentido?’ grandes y chicos pudieron entender cómo funcionan el olfato y el gusto a través de simples pruebas: cómo comer un caramelo con los ojos vendados o poner sal solo en la punta de la lengua, y qué pasa en nuestro cuerpo cuando los ponemos en acción.
‘Del kiosco a la farmacia’ se llamó la actividad propuesta por los becarios e científicos santafecinos Federico Salvadores, Carlos A. Busatto y María E. Taverna. Con su ayuda y la de los adultos, los niños lograron identificar los hidrogeles que se encuentran presentes en elementos cotidianos como pañales, medicamentos y golosinas, entre muchos otros. Además de experimentar y aprender sobre química, los asistentes jugaron y crearon su propio souvenir con hidrogeles.