BECA L’ORÉAL – UNESCO “POR LAS MUJERES EN LA CIENCIA”
María Molina: nanogeles multifuncionales contra las bacterias
La investigadora del CONICET trabaja en el desarrollo de materiales antimicrobianos inteligentes que permitan superar el obstáculo de la resistencia a los antibióticos.
El desarrollo de antibióticos como método para eliminar microorganismos infecciosos transformó la historia de la medicina y permitió la salvación de millones de vidas. No obstante, su masiva utilización generó sus propios límites al permitir el surgimiento de bacterias resistentes a los antibióticos
En este contexto, se vuelve imperioso desarrollar estrategias terapéuticas antimicrobianas alternativas que permitan matar a las bacterias por otros medios. Entre ellas se encuentran las llamadas terapias fototérmicas que posibilitan la eliminación de microorganismos a través de la hipertermia localizada. Es decir de la aplicación de temperaturas pon encima de lo normal en zonas puntuales.
María Alejandra Molina, investigadora adjunta del Consejo en el Departamento de Química de la Facultad de Ciencias Exactas Físico-Químicas y Naturales de la Universidad Nacional de Río Cuarto y flamante ganadora de la Beca L’Oréal-UNESCO, participa de un proyecto para desarrollar geles nanométricos termosensibles, que permitan el funcionamiento sinérgico y simultáneo de dos estrategias antibacteriales: la liberación de antibióticos y el tratamiento fototérmico.
“Los nanogeles son sustancias poliméricas que se utilizan habitualmente como capsulas para la liberación controlada de diferentes fármacos. En este caso nosotros planteamos cargarlos con antibióticos que se liberen al encogerse el gel como consecuencias de su calentamiento por medio de la radiación infrarroja. Esto a su vez habilitaría el funcionamiento paralelo de una segunda terapia antimicrobiana que permitiría matar a las bacterias resistentes a los antibióticos, consistente en la aplicación de temperaturas muy elevadas en zonas localizadas”, explica Molina.
Este doble efecto es posible gracias a que los nanogeles están compuestos por polímeros conductores que permiten absorber la luz infrarroja y convertirla en calor. Esta composición del nanocompuesto posibilita además mantener un control sobre la zona de eliminación de bacterias.
“Nosotros tenemos que irradiar estos compuestos con una luz de una determinada longitud de onda en un punto específico para que se libere el antibiótico y funcione la fototerapia; así controlamos que funcione sólo dónde nosotros queremos que funcione y no que se active ante una falla”, comenta la investigadora.
Los nanogeles multifuncionales en desarrollo están pensados en principio para ser aplicados en superficies, aunque los investigadores no descartan que en un futuro puedan ser usados en seres humanos.
Por Miguel Faigón