IMPaM
Mapa genético de la tenia: una ruta hacia la cura
Conocer el genoma de este grupo de parásitos podría contribuir al desarrollo de nuevos fármacos que permitan combatirlos.
Un grupo de investigadores del CONICET secuenció junto a científicos de diferentes países el genoma de cuatro especies de tenias, parásitos que afectan a animales y humanos. “Hasta ahora no se conocían estos genomas, y esa información podría ayudar a mejorar las herramientas de terapia, vacunación y diagnóstico”, asegura Mara Rosenzvit, investigadora del CONICET en el Instituto de Microbiología y Parasitología Médica (IMPaM-UBA-CONICET).
Ciertas especies de tenias son causantes de enfermedades endémicas en América del Sur, como la hidatidosis. Esta nueva información permitiría no sólo combatirla, sino entender el comportamiento de su desarrollo en donde intervienen neoblastos, que son las células madres de este tipo de organismos.
Los parásitos estudiados tienen ciertas características vinculadas a su estructura que les permiten desarrollarse, adaptarse y sobrevivir. No tienen intestinos y todos los nutrientes los captan a través de una cobertura que se llama tegumento. Además, su ciclo de vida particular (ver Impacto en la salud) les permite sobrevivir en condiciones ambientales adversas.
Algunas singularidades que distinguen a las tenias, como su plasticidad fenotípica – capacidad de adaptar su morfología y fisiología en respuesta a cambios ambientales – les otorga una gran capacidad de adaptación y proliferación. Según la investigadora, es muy importante estudiar los genes involucrados en procesos de desarrollo y de adaptación, algunos de los cuales son particulares de estos organismos.
“Es muy importante el estudio de genes vinculados a la comunicación con el huesped como transportadores de metabolitos y neurotransmisores, así como los expresados en las células madre de estos parásitos, ya que éstas presentan características particulares probablemente relacionadas con la gran plasticidad de desarrollo de estos organismos”, afirma Rosenzvit.
Impacto en la salud
La investigación publicada en abril de 2013 por la revista científica Nature estudia cuatro especies de tenias, una de las cuales es un modelo de laboratorio y las otras tres son parásitos que producen patologías desatendidas en el hombre como la hidatidosis, una enfermedad grave que se transmite de los animales al humano.
Según el Sistema Nacional de Vigilancia de Salud (SNVS) del Ministerio de Salud de la Nación, los datos de casos notificados de hidatidosis humana en Argentina fueron 613 durante 2012. En zonas endémicas, 500 mil niños están en riesgo de contraerla.
El organismo causante, Echinococcus granulosus, crece en el intestino del perro, donde principalmente por autofecundación produce huevos. Cuando los elimina a través de la materia fecal, estos huevos contaminan aguas y pasturas, y son luego ingeridos por mamíferos, principalmente el ganado y también el hombre.
Al ingresar al nuevo huésped, cada embrión contenido en el huevo puede formar un nuevo quiste, muchas veces del tamaño de una pelota de golf, en las vísceras de los animales infectados. En esos quistes crecen larvas y, cuando el perro come las vísceras de otros animales, esas larvas pueden dar origen a un parásito adulto, que continúa su reproducción.
Según Rosenzvit, esto es frecuente en zonas rurales, donde se usan las entrañas de ovejas y otros ganados para alimentar a los perros. En el hombre el quiste hidatídico se aloja principalmente en el hígado, donde puede afectar su funcionamiento, y en el pulmón, donde puede causar dificultades respiratorias.
Otras localizaciones pueden tener consecuencias graves, como la cerebral o la ósea. Además, si ocurre ruptura del quiste pueden presentarse complicaciones como la hidatidosis secundaria, que es la formación de múltiples quistes a partir de las larvas liberadas del quiste principal.
La investigadora asegura que una de las principales causas de perpetuación del ciclo del parásito es alimentar a los perros con visceras infectadas. “Una medida efectiva sería hervir las vísceras antes de alimentar a los perros, pero las regiones vulnerables son justamente las que no tienen gas o agua por lo tanto el ciclo se mantiene. La hidatidosis es endémica en Argentina al igual que en otros países de América del sur”.
Para Rosenzvit la información obtenida al secuenciar los genomas de las tenias puede ser utilizada para desarrollar nuevas drogas, mejorar herramientas de diagnóstico y perfeccionar por ejemplo la vacuna desarrollada contra la hidatidosis que actualmente se produce para aplicar en el ganado. Si bien es exitosa, es bueno contar con alternativas en caso de que se desarrolle resistencia por parte del parásito.
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Construcción de una base de datos parasitaria
La investigadora de CONICET Laura Kamenetzky, desde el Laboratorio de Biología Molecular de Hidatidosis del IMPaM, es la encargada de generar una base de datos genómica en conjunto con científicos de la Universidad de Mina Gerais en Brasil y de la Universidad Nacional de la República de Uruguay que incluirá datos de las variantes genéticas de patógenos que circulan en la región: Cestodes y Trematodes, parásitos que pueden provocar diferentes enfermedades en el ser humano.
Según Kamenetzky, la creación de esta base de datos también permite formar recursos humanos especializados en bioinformática y adquirir equipamiento informático para la región.
“Nos interesa generar una plataforma específica para las variantes que circulan en nuestro país y en la región porque no hay estudios específicos de las enfermedades provocadas por estos parásitos. Hasta ahora si se buscaba generar una nueva droga antihelmintica, había que basarse en el análisis de datos generados en otras especies”, comenta.
Ahora, con la disponibilidad de los nuevos datos genómicos y su futura incorporación en bases de datos especializadas, será posible focalizar los estudios sobre drogas antihelminticas y mejorar su efectividad.
Para la investigadora estas enfermedades desatendidas, como aquellas causadas por parásitos platelmintos – incluyendo las tenias -, afectan estimativamente a más de 250 millones de personas en el mundo, y un gran número de animales destinados a la producción ganadera.
- Por Alejandro Cannizzaro.
- Sobre investigación
- Mara Rosenzvit. Investigador independiente. IMPaM. UBA-CONIET.
- Laura Kamenetzky. Investigador asistente. IMPaM. UBA-CONICET.