CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES

Indígenas como servidumbre: estudian su influencia en sociedades del Nordeste

Investigadores del CONICET buscan reconstruir cómo se relacionaban las etnias guaraníes y chaqueñas con los habitantes de las ciudades y cuáles eran los roles de hombres y mujeres.


Estudiar la época colonial y las relaciones que establecían los habitantes de las ciudades rioplatenses durante el siglo XVII resulta clave para entender las características de las sociedades actuales. En la región del Nordeste, poblaciones como la de Corrientes o la desaparecida Concepción del Bermejo ofrecen un marco interesante para la observación de los comportamientos cotidianos, ya que en esos espacios convivían diversos actores e instituciones que dirimían las cuestiones políticas, administrativas, económicas y religiosas, y constituían diversos escenarios, con vínculos y prácticas específicas.

En ese entonces, la encomienda era uno de los regímenes más frecuentes a los que estaban sometidos los indígenas que poblaban las actuales provincias del Nordeste. Mediante este sistema los varones en situación de tributarios servían durante toda su vida, en algunos casos, sujetos a igual rigor que los esclavos.

En el Instituto de Investigaciones Geohistóricas (IIGHI, CONICET–UNNE) de la provincia del Chaco, un grupo de investigadores y becarios analiza la historia colonial de la región del Nordeste y del Paraguay. A través de sus trabajos, que consisten en el análisis de valiosos fondos documentales y bibliográficos disponibles en distintos archivos de la zona, logran reconstruir la estructura social de los siglos pasados, interesándose específicamente por los grupos subalternos.

En el marco de las actividades que se desarrollan en el Núcleo de Estudios Históricos Coloniales (NEHC) del IIGHI, se rescatan documentos antiguos dispersos en diversos repositorios para editarlos y ponerlos a disposición de otros investigadores. María Laura Salinas es investigadora adjunta del CONICET y es la encargada de coordinar a los becarios que integran este grupo. “Me dedico a estudiar la población indígena sometida en regímenes como la encomienda. He abordado el caso específico de Corrientes durante el siglo XVII, tema que nos lleva también a analizar la sociedad de la época con sus diferentes actores”, explica.

En los pueblos de indios de la región a cargo de franciscanos, la encomienda se aplicó como institución y sistema de trabajo, a diferencia de lo que ocurría en las reducciones jesuíticas. En uno de sus trabajos, Salinas indica que “los denominados originarios o yanaconas vivían con sus encomenderos en sus casas o chacras, confrontando en algunos de los aspectos con los denominados mitarios, (mitayos) quienes vivían en los pueblos de indios y reducciones a cargo de religiosos”.

Las diferencias que existían entre las dos formas, explica la investigadora, radicaban en el modo y el tiempo de servicio a sus encomenderos. Mientras que los originarios servían durante toda su vida, los mitarios residían en pueblos, asistían al encomendero sólo dos meses al año y tenían la posibilidad de dejar de servir a los 50 años. De acuerdo a la legislación vigente en la época, a esa edad pasaban a la categoría de reservados, pero en la práctica pocas veces se concretaba ese beneficio.

En la época colonial, la situación era similar en todo el territorio que actualmente comprende a las provincias de Corrientes y Chaco e incluso a la ciudad de Asunción, a la cual estaban vinculadas a través del Río Paraná. Sin embargo, los testimonios de la época marcan algunas diferencias en lo que hace a la organización con respecto a las mujeres.

En la región en general las mujeres no tributaban ni pagaban tasas. En Asunción se registran casos en los que estaban abocadas a las tareas domésticas y servían a la familia del encomendero. En tanto, los testimonios de la época referidos a Corrientes rescatan la presencia de indios solos.

Tanto los originarios como los mitarios reportaban distintos reclamos vinculados al sistema de encomienda, entre los que se mencionan el tiempo de servicio ilimitado, el mal tratamiento físico y verbal, los castigos corporales y la poca alimentación. Los testimonios también incluyen denuncias por haber sido sacados de sus pueblos y por incluir a las mujeres y niños en el sistema de trabajo.

“Las consecuencias de este funcionamiento nos acercan a un sistema que desestructuró la organización familiar de muchos indígenas, que debían abandonar sus lugares de origen, sus pueblos y vínculos para iniciar un recorrido interminable por diversos territorios. En ese contexto se relacionan con los habitantes de las ciudades en algunos casos, muy pocos, utilizando sus oficios, pero en general terminaban sirviendo a sus encomenderos en el caso de los que eran traídos a los pueblos, no solo los varones como establecían las ordenanzas, sino toda la familia, en un sistema muy cercano a la servidumbre”, indica la investigadora.

A modo de conclusión, Salinas considera que es necesario continuar indagando tanto en el terreno de lo público como de lo privado de los pueblos de los indios, para mostrar con mayores detalles el complejo mundo de las relaciones sociales en estos espacios.

“Existen temas claves como la religiosidad, las devociones, fiestas religiosas, cofradías, diversiones y las formas de sociabilidad para seguir profundizando. Se abre un abanico de posibilidades en este aspecto: la alimentación, la dieta y los nuevos hábitos alimenticios son temas que contribuirán a un mejor conocimiento del mestizaje cultural desarrollado en estas reducciones como así también el trasplante de modelos y la pervivencia de mentalidades entre España y América”, agrega.

 

Concepción del Bermejo, la ciudad desaparecida

Entre la segunda mitad del siglo XVI y la primera mitad del siglo XVII -durante el mismo periodo de fundaciones de Buenos Aires, Corrientes y Santa Fe-; sobre las márgenes del Río Bermejo existió una ciudad que había sido emplazada con el objetivo de comunicar Asunción con las ciudades limítrofes del Tucumán. Aunque su presencia fue breve en el tiempo y solo existió durante 45 años, cuenta con una riqueza histórica que ha dejado innumerables facetas para su abordaje.

Por diversos motivos, Concepción del Bermejo –una población que tenía entre 70 y 100 hombres y que en ese entonces era solo superada en habitantes por Buenos Aires-, debió abandonarse y los encomenderos, junto con algunos de sus indios encomendados, migraron a la ciudad de Corrientes. Los testimonios históricos que menciona Salinas en sus trabajos indican que algunas de las dificultades que llevaron a la desaparición de la ciudad fueron la presencia de etnias chaqueñas hostiles, su ubicación geográfica alejada, la escasa comunicación con otros centros urbanos y los problemas para consolidarse económica y comercialmente.

“Sin lugar a dudas, el impacto del abandono de sus chacras, casas y pertenencias habrá repercutido durante largos años en la vida de los migrantes. Debemos seguir contrastando las fuentes para profundizar en algunos casos y conocer con mayor profundidad el significado de esta circunstancia en la conformación de la sociedad correntina”, señala Salinas.

Por Cecilia Fernández Castañón. CCT Nordeste.