Vinculación Tecnológica
Los desarrollos nanotecnológicos del CONICET se mostraron en Nanomercosur 2015
Expertos en la materia, empresas e instituciones de I+D presentaron sus capacidades y proyectos innovadores.
Bajo el slogan “Hacia la consolidación de la Nanotecnología”, desde el martes 6 al jueves 8 de octubre se realizó la quinta edición de Nanomercosur, uno de los más importantes eventos dedicados a presentar las tendencias y avances en nanotecnología en la región y el mercado mundial, y a vincular a los principales actores abocados a la materia.
Como desde la primera edición, el CONICET apoyó el evento y contó con una importante participación a través de la presencia de veintidós institutos que tuvieron su lugar en el stand institucional del organismo coordinado por la Dirección de Vinculación Tecnológica del Consejo (DVT).
Juan Soria, Director de la DVT sostuvo: “Nanomercosur es un encuentro organizado por la Fundación Argentina de Nanotecnología y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación con el auspicio de múltiples organismos e instituciones públicas y privadas. Para el CONICET, es un espacio muy importante que nos permite vincularnos y dar visibilidad a los desarrollos y capacidades en nanotecnología de los investigadores del Consejo”.
Este año contó con las exposiciones de más de sesenta empresas y especialistas, y dentro de su órbita se realizaron de manera paralela el Brokerage Event, organizado por la Enterprise Europe Network en Argentina conformado por el CONICET junto a otras organizaciones, el denominado “Nanotón”, maratón de innovación en nanotecnología, y un workshop sobre “tintas conductivas y electrónica impresa funcional”.
La mesa inaugural “Nanotecnología en la química verde, envases y embalajes inteligentes”, dio lugar a las exposiciones de tres investigadoras del CONICET: las Dras. Silvia Goyanes, Noemí Zaritsky y Analía Vázquez que compartieron algunas de sus experiencias de transferencia sobre la materia.
Polímeros biodegradables
La Dra. Silvia Goyanes, investigadora principal del Consejo en el Instituto de Física de Buenos Aires (IFIBA, CONICET-UBA), presentó la charla “Innovación y tecnología en nanomateriales al servicio del desarrollo industrial” en la que mostró los desarrollos de su trabajo en nanopartículas de almidón, polímeros hidrofóbicos, y polímeros hidrofílicos, lo que denominó como “la evolución en el área de materiales de lo macro a lo nano”.
Por su parte, Goyanes explicó que uno de los grandes problemas que tenemos como sociedad es la contaminación. “La tendencia de la nanotecnología es clara, nos dice que hay que pasar de los polímeros derivados del petróleo hacia los naturales o los polímeros verdes. El almidón es un polímero biodegradable y es una de las alternativas más fuertes en ese sentido. Con almidón podemos hacer films sin aluminio; envases solubles en agua, biofilms comestibles y biodegradables, envases con filtros nanométricos que filtran bacterias y virus para obtener agua limpia”. Son avances fascinantes” aludió.
Quitosano proveniente de residuos pesqueros
La Dra. Noemí Zaritsky, investigadora superior del CONICET y Directora del Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología de Alimentos (CIDCA, CONICET-UNLP), expuso la investigación que desarrolló junto a la investigadora asistente Cynthia Sequeiros (CENPAT-CONICET) y la becaria Jimena Dima (CENPAT-CONICET), sobre aprovechamiento de residuos de crustáceos provenientes de las industrias pesqueras radicadas en la ciudad de Puerto Madryn, a partir de los cuales obtuvieron quitosano, biopolímero que puede ser utilizado para remoción de cromo hexavalente de aguas residuales.
La investigadora, distinguida recientemente con el premio Bunge y Born, comentó: “Los desembarcos de crustáceos representan varios miles de toneladas por año en Argentina, y en el caso de Puerto Madryn son de aprox. 45.000 toneladas/año que se corresponden a las capturas de langostinos, centollas camarón y cangrejo. En el procesamiento industrial de estas especies quedan residuos de muy difícil disposición; son caparazones que no son biodegradables y que generan problemas de contaminación ambiental. La ventaja es que estos residuos son muy ricos en quitina de la cual podemos obtener nanopartículas de quitosano que tiene múltiples aplicaciones industriales”.
La investigación no quedó plasmada sólo en papers científicos sino que sus resultados tuvieron alcance industrial. “Estamos trabajando junto al Gobierno del Chubut para poder instalar una planta industrial en Puerto Madryn productora de quitosano, un recurso de alto valor agregado que es muy costoso en el mercado ya que se importa”, explicó la investigadora.
Una Empresa de Base Tecnológica desde la visión de una científica
La Dra. Analía Vázquez, investigadora superior en el Instituto de Tecnología en Polímeros y Nanotecnología (ITPN, CONICET- UBA) compartió con los asistentes la experiencia de su equipo en desarrollar una Empresa de Base Tecnológica (EBT) junto a la empresa West Lubricantes, cuyo objetivo es la producción de nanocelulosa bacterial.
Aclarando que su exposición no era científica y que el emprendimiento aún está en vías de desarrollo, Vázquez comentó: “Intentamos producir nanocelulosa a partir de bacterias pero ¿para qué se usa esta nanocelulosa? tiene muchísimos usos; es un nanoinsumo que sirve en medicina para la creación de arterias artificiales o para regeneración ósea. Además, sirve como apósitos para heridas tanto de quemaduras como en úlceras de pacientes diabéticos; también se usa en extracción de petróleo como fluido de fractura y en membranas acústicas, y en alimentos se usa como espesante de aderezos”.
Centrándose en el caso de la empresa West comentó que el desarrollo está relacionado a la creación de un biolubricante a partir de la formación de un consorcio asociativo público privado (CAPP) entre el CONICET, los investigadores y la empresa. Su alocución prosiguió detallando los pasos de constitución de una EBT. En primer lugar, explicó que lo que se debe hacer es análisis de vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva, para saber si realmente se está frente a nicho o no, y si este es nacional, regional o internacional. “Debemos saber hacia donde debemos apuntar” señaló. En segundo término, el proyecto del equipo del ITPN desarrolló las pruebas de concepto en laboratorio. “Hasta ahí es donde hemos llegado hasta la fecha. Nos falta el estudio de factibilidad y el patentamiento de nuestro primer producto para el cual ya hemos iniciado el trámite en el CONICET; luego seguirá el análisis de costos y el plan de negocios definitivo que nos va a llevar a la constitución de la EBT”, sostuvo Vázquez.
“Lo más importante es tener ganas y energía para esto. Es un proyecto de cambio de escala, implica pasar del laboratorio a la industria o, en nuestro caso, a una planta piloto”, sentenció Vázquez.
Institutos presentes en Nanomercosur 2015
Instituto de Nanobiotecnología (NANOBIOTEC-CONICET-UBA); Centro de Investigaciones en Ciencias Aplicadas “Dr. Jorge J. Ronco” (CINDECA, CONICET-UNLP); Instituto de Investigaciones Físico- Químicas Teóricas y Aplicadas (INIFTA, CONICET-UNLP); Instituto de Física del Litoral (IFIS Litoral, CONICET-UNL); Centro de Investigación de Métodos Computacionales (CIMEC, CONICET-UNL); Instituto de Química del Sur (INQUISUR, CONICET-UNS); Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV, CONICET-UNC); Instituto de Investigaciones en Ciencia y Tecnología en Materiales (INTEMA, CONICET-UNMDP); Instituto de Química Física de los Materiales, Medioambiente y Energía (INQUIMAE, CONICET- UBA); Instituto de Química de San Luis (INQUISAL, CONICET- UNSL); Planta Piloto de Ingeniería Química (PLAQUIQUI, CONICET-UNS); Instituto de Física de Buenos Aires (IFIBA, CONICET-UBA); Instituto Química y Metabolismo del Fármaco (IQUIMEFA, CONICET- UBA); Instituto de Materiales de Misiones (IMAM, CONICET-UNM); Instituto de Física Enrique Gaviola (IFEG, CONICET-UNC); Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología de Pinturas (CIDEPINT, CONICET-CIC La Plata); Instituto de Investigaciones en Físico-Química de Córdoba (INFIQC, CONICET-UNC); Centro de Tecnología de recursos Minerales y Cerámica (CETMIC, CONICET- CIC La Plata); Centro de Investigaciones en Bionanociencias “Elizabeth Jares Erijman” (CIBION-CONICET); Centro de Investigación y Desarrollo en Fermentaciones Industriales (CINDEFI, CONICET-UNLP); Instituto de Tecnología en Polímeros y Nanotecnología (ITPN, CONICET- UBA) e Instituto de Tecnologías y Ciencias de la Ingeniería (INTECIN, CONICET-UBA).
Por Ingrid Lucero Parada