NOTICIAS INSTITUCIONALES

La Plataforma PENCO realizó su primer evento abierto a la comunidad

En el evento se presentaron los miembros de la plataforma y se expusieron temas relacionados a la infancia y la vejez.


La Plataforma de Neurociencias Cognitivas y Ciencias de la Conducta (PENCO) realizó el lanzamiento de la red en el auditorio del Centro Cultural de la Ciencia (C3). El evento contó con la participación del Dr. Alejandro Ceccatto, presidente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET); del Dr. Agustín Ibáñez, director del Instituto de Neurociencia Cognitiva y Traslacional (INCYT, CONICET-Fundación Favaloro-INECO) y coordinador de PENCO; y de los principales miembros de la plataforma.

En la apertura de la jornada, el Dr. Ceccatto expuso el contexto histórico del conocimiento científico. Tomando como punto de inflexión la revolución del siglo XX, con la relatividad general, realizó un recorrido por las diferentes revoluciones tecnológicas –energía nuclear, biotecnología, telecomunicaciones- que terminaron por hacer asumir al hombre que el horizonte del conocimiento siempre estaría en expansión. Al llegar a la actualidad, el Dr. Ceccatto indicó que las investigaciones que se están realizando sobre inteligencia artificial crean una idea de singularidad tecnológica. “Es un concepto desafiante, cuyas implicancias son importantes de analizar. Estamos insertos en esa revolución tecnológica que tiene que ver con las neurociencias, con la idea de que hay que juntar a los que quieren saber cómo funciona el cerebro y los que quieren construir un cerebro para tener resultados positivos. La idea de PENCO tiene que ver con recoger esta cuestión tan desafiante y que de alguna manera nos haga pensar en esta revolución en la cual estamos inmersos”.

Por su parte, el Dr. Ibañez realizó una introducción del estado de las neurociencias en el país y remarcó que “en Argentina, las neurociencias cognitivas en humanos y las ciencias cognitivas no tenían un ente que integrara y pudiera contar a los ciudadanos qué se está haciendo en el país”. En este contexto, mencionó que el rol de PENCO es fundamental ya que “tiene más de cincuenta miembros entre los que se encuentran directores de institutos y diversos grupos de trabajo que abordan alguna arista de la cognición: filósofos, ingenieros, físicos, psicólogos, matemáticos, biólogos, que desde perspectivas diferentes tratan de articular el conocimiento”, expresó.

Luego, el investigador del CONICET Pedro Bekinschtein (INCYT, CONICET-Fundación Favaloro-INECO) estuvo a cargo del inicio del primer bloque de exposiciones. A partir de varios ejemplos ilustrativos de cómo funciona nuestro cerebro –como la imagen viral del vestido azul o blanco, o juegos mentales de atención focalizada- hizo hincapié en que la ciencia nos permite conocer estos procesos, estudiarlos y entender qué es lo que sucede. “Estos procesos mentales son los que van a construir nuestra realidad y, si queremos cambiar la realidad, la única manera de hacerlo es entender cómo funciona para basar nuestras políticas en evidencias”.

Los protagonistas de PENCO

La jornada continuó con un segundo bloque, donde se realizó la presentación de los siete grupos de trabajo que funcionan dentro de la Plataforma. La Dra. Patricia Agostino -investigadora del CONICET en el Laboratorio de Cronobiología de la Universidad Nacional De Quilmes (UNQ)- expuso en nombre del equipo de Neurociencia Traslacional: “Realizamos experimentos en modelos animales, con potencial aplicación a seres humanos”, dijo, y explicó que la finalidad es lograr la prevención y tratamiento de déficits cognitivos, factores de vulnerabilidad ontogenética y adicciones y nuevos blancos terapéuticos en neurodegeneración, entre otros.

Pablo Barttfeld -investigador del CONICET en el Centro de Investigaciones y Estudios sobre Cultura y Sociedad (CIECS, CONICET-UNC)- estuvo a cargo de la presentación del grupo Infraestructura y Equipamiento. Dentro de las actividades realizadas destacó el relevamiento de las capacidades técnicas para llevar a cabo experimentos de ciencias cognitivas en el país a partir de neuroimágenes. Comentó que, dentro del eje, desarrollaron una red de laboratorios, clínicas y otras instituciones que tengan acceso a estas tecnologías para que esté a disposición para nuevos experimentos neurocognitivos.

Del grupo de Modelado y Tecnología Cognitiva, fue vocero el investigador Rodrigo Laje, quien trabaja en la Universidad Nacional de Quilmes. Remarcó que “dada la naturaleza compleja del funcionamiento del cebero, hace falta desarrollar nuevas perspectivas y herramientas para hacer puente entre la interacción de neuronas y la riqueza del comportamiento que observamos en humanos”. Para ello, dijo, el grupo se aboca al desarrollo de modelos matemáticos de fenómenos neurocognitivos, de modelos tipo redes neuronales artificiales, de modelos dinámicos y probabilísticos, entre otros desarrollos.

El investigador Adolfo García expuso sobre el equipo de trabajo de Salud. En su discurso, apuntó a que “hay una paradoja: el éxito de la ciencia y la medicina ha generado un cúmulo de problemas nuevos. Gracias a ellas vivimos más tiempo, pero cuanto más longevos somos más frecuentes y diseminadas están las enfermedades relacionadas a la vejez. La toma de conciencia sobre esto no es nueva, pero este espacio promueve que la investigación se realice de manera interdisciplinaria y se deje de lado el monólogo intradisciplinario”.

Por su parte, la investigadora María Roca (INCYT), representante del eje Extensión, Academia y Sociedad, resaltó que este área -a diferencia de otras- no trabaja con problemas, sino que entiende, como todos, que el conocimiento científico solo cobra sentido cuando es devuelto a la comunidad. Por esto, trabajan en conjunto con periodistas, medios y funcionarios para que el conocimiento tenga un impacto positivo en la vida de los individuos.

Asimismo, la Dra. Arleen Salles, investigadora del Centro de Investigaciones Filosóficas (CIF) y coordinadora del grupo Filosofía y Ética, hizo hincapié en el rol fundamental de esta área en todo el proceso de un experimento, especialmente si es cognitivo. “Partimos de la base de que todo emprendimiento científico es una actividad social y que afecta a personas y sociedades”, manifestó.

Alejandro Wainselboim, investigador del CONICET en el Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales (INCIHUSA-CONICET) y miembro del grupo Educación y Desarrollo, también expuso el rol fundamental de la educación formal y no formal en el desarrollo de los humanos. Destacó cómo un entorno interactivo y estimulado genera una diferencia en el desarrollo cognitivo de las personas.

El cierre del evento estuvo a cargo del Dr. Agustín Ibáñez, quien realizó un resumen de los tres puntos más relevantes a abordar por las investigaciones dedicadas a neurociencias cognitivas y ciencias de la conducta. Entre ellos se encuentran las políticas públicas y su aplicación dentro de la sociedad. Remarcó la falta de integración de estas a nivel regional y planteó que “las políticas públicas generan planes para cambiar ciertas conductas, pero las encuestas evidencian el problema de que estas no llegan a la gente porque usan estrategias basadas en un supuesto de actor racional”.

El segundo factor importante para abordar dentro de los estudios cognitivos, según el coordinador de la PENCO, es la infancia y el desarrollo. “La pobreza y la vulnerabilidad implican un costo importante para el desarrollo cognitivo”, expuso y agregó que entre los puntos claves hay que tomar los efectos de la pobreza, la vulnerabilidad escolar como predictora y, sobre todo, un enfoque especial en la capacitación de los padres para mejorar interacciones. Por último, se destacó la problemática del envejecimiento, teniendo en cuenta que “uno de los grandes problemas para Latinoamérica es la demencia” y  que “no hay cura para esta enfermedad si no la aprendemos a prevenir”. En esta temática, PENCO está participando de un proyecto del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que tiene como objetivos: realizar el primer BIG (behavioral intervention group) regional aplicado para servicios públicos más eficientes, rentables y fáciles de usar; generar un programa parental para medir y mejorar la cognición y el lenguaje en niños pequeños en condiciones vulnerables y el desarrollo de una plataforma regional de demencia.