CIENCIAS BIOLÓGICAS Y DE LA SALUD

La nueva actividad de Virest

Científicos del CONICET patentaron este compuesto que además de actuar como antiviral y antiinflamatorio, inhibe la formación de vasos sanguíneos, proceso clave en el desarrollo tumoral.


En el año 2014 Laura Alché, investigadora independiente del CONICET en Instituto de Química Biológica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA (IQUIBICEN, CONICET-UBA) junto a un equipo de virólogos y químicos orgánicos de esa Facultad y bioquímicos de la Facultad de Medicina de la UBA, recibió el premio INNOVAR categoría Investigación Aplicada y el premio Distinción INNOVAR 2014 por Virest. Esta molécula prototipo pertenece a una familia de más de cuarenta y presenta una actividad dual: antiviral y antiinflamatoria, y es por eso que tiene una potencial aplicación en el tratamiento de patologías oculares como la conjuntivitis viral. Por estas características, el compuesto fue patentado en EE.UU.

“Hacía muchos años que veníamos trabajando con compuestos naturales de origen vegetal que tenían una actividad dual: eran antivirales y tenían efecto citoprotector –protegen a las células-. Esto motivó que, en colaboración con Javier Ramírez, investigador independiente del CONICET en la Unidad de Microanálisis y Métodos Físicos Aplicados a Química Orgánica (UMYMFOR, CONICET-UBA) y Lydia Galagovsky del Departamento de Química Orgánica (FCEyN-UBA), pensáramos en la importancia de obtener una molécula con una estructura conocida que pudiera concentrar estas dos actividades. Ellos habían sintetizado análogos de brassinoesteroides, que son hormonas vegetales, y en nuestro laboratorio se encontró que tenían actividad antiviral. Fue entonces que pensamos en diseñar esta molécula que podría concentrar ambas actividades en su estructura, porque tiene un esqueleto muy parecido al de los corticoides, que son antiinflamatorios, y conserva la actividad antiviral encontrada en los brassinosteroides. Y así fue que surgió el Virest”, cuenta la investigadora.

Recientemente, los científicos del equipo reportaron que esta molécula además tiene actividad antiangiogénica por lo que obtuvieron otra patente, también en EEUU. La capacidad de Virest de inhibir el crecimiento de vasos sanguíneos podría implicar una potencial aplicación en el tratamiento de tumores. Como todas las células, las tumorales necesitan oxígeno y nutrientes para sobrevivir por lo que su crecimiento y desarrollo depende en gran medida de una buena vascularización, es decir de la formación de vasos sanguíneos nuevos a partir de los que ya existen. Estos vasos además le sirven a las células tumorales para diseminarse y hacer metástasis.

“Con Alejandro Berra de la Facultad de Medicina (UBA) hicimos los ensayos in vivo de queratitis herpética en ratones de donde surgió la posible actividad antiangiogénica. Uno de los signos de esta enfermedad es la neovascularización de la córnea, es decir, la aparición de vasos nuevos en esta capa externa del ojo. En presencia de Virest la aparición de neovasos disminuía. Así surgió la idea de que estas moléculas podían llegar a tener una actividad antiangiogénica que evaluamos a través de ensayos in vitro. El Virest resultó activo y mostró actividad antiangiogénica en células endoteliales que crecen en una matriz para dar lugar a la formación de estructuras símil vasos”, explica Flavia Michelini, investigadora asistente del CONICET en el Instituto de Química Biológica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA (IQUIBICEN, CONICET-UBA) y parte del equipo de Alché.

Michelini advierte que el efecto final es que los vasos quedan complemente desarmados en presencia de la molécula. Virest además es capaz de disminuir los niveles del factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF por sus siglas en inglés), que es un mediador angiogénico y un estimulador de la permeabilidad vascular y, por tanto, un factor muy importante para el crecimiento de los vasos sanguíneos.

Algunas de las moléculas que forman parte de la familia del Virest y que fueron ensayadas no presentaron actividad antiangiogénica. Este resultado es importante ya que la actividad antiangiogénica podía haber sido consecuencia de la actividad antiinflamatoria ya reportada y característica de esta familia de moléculas. El hecho de que dentro de la misma familia del Virest hubiera algunos compuestos que funcionaran como antiinflamatorios pero que no tuvieran actividad antiangiogénica refuerza la teoría de que ésta es una actividad nueva que el Virest tiene per se.

“Sabemos que Virest actúa sobre las células afectando vías de señalización intracelular. Esto podría explicar las actividades antiinflamatoria y antiangiogénica. Es probable que por afectar vías de señalización que están comprometidas tal vez en más de un efecto entonces puedan, como en este caso, ser beneficiosos para el tratamiento de enfermedades humanas de diferentes etiologías. La expectativa que tenemos respecto de que estos compuestos puedan ser utilizados efectivamente como antivirales y antiinflamatorios, también la tenemos para que algún día estas drogas puedan colaborar para el tratamiento de tumores pero estamos todavía lejos de ello”, concluye Alché.

Todas estas líneas y hallazgos son parte de un convenio de investigación y desarrollo que establecimos con Instituto Massone S.A. a través de CONICET. El Consejo es el dueño de las patentes y el Laboratorio es el licenciatario por un lapso determinado.

“La mayor parte de la inversión que se hizo hasta ahora la hizo el Estado a través de subsidios del CONICET, ANPCyT y la UBA. Los resultados son el producto de más de 15 años de trabajo. El Consejo sigue apostando a la innovación mediante convenios públicos-privados”, dice Alché.

Sobre investigación:

Javier Alberto Ramírez. Investigador independiente. UMYMFOR (CONICET-UBA).
Laura Alché. Investigadora independiente. IQUIBICEN (CONICET-UBA)
Flavia Michelini. Investigadora asistente. IQUIBICEN (CONICET-UBA).
Lydia Raquel Galagovsky. FCEyN-UBA.
Alejandro Berra. FMED-UBA.

Por Cecilia Leone.