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Helena Hirata: “La precarización laboral afecta más a las mujeres”

La socióloga especialista en género en el mercado laboral dio una conferencia en el Centro Cultural de la Ciencia (C3).


“La bibliografía de Helena Hirata es fundamental. Escribió textos clásicos de lectura inevitables y es una figura de referencia central de los estudios feministas y de economía de trabajo y mercado”, señaló Dora Barrancos, miembro del Directorio por el área de Ciencias Sociales y Humanidades del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en el salón del Centro Cultural de la Ciencia (C3). Barrancos presentó así a Helena Hirata, socióloga y directora de investigación emérita de la Centre National de la Recherche Sientifique (CNRS), que brindó una charla sobre “Mercado laboral y género”, su especialidad.

Para comenzar, Hirata mencionó que se encuentra realizando un estudio comparativo del cuidado en América Latina, tomando Uruguay, Chile, Colombia, Brasil y Argentina como países del análisis. Luego se dispuso a abordar la cuestión de género desde la sociografía del trabajo, la evolución de los empleos del cuidado y mediante la presentación de un paradigma interseccional.

En primer lugar se refirió a los cambios y continuidades en el ámbito de trabajo. “Hay una complementariedad entre el mercado de trabajo, el proceso de trabajo y el sujeto sexuado”, dijo, “se dio un crecimiento del trabajo remunerado desde los setenta y actualmente hay tres características que se profundizaron entre 1990 y 2010: la bipolarización del empleo femenino, la precarización en los empleos creados y la expansión de los oficios vinculados al cuidado”.

Y continuó: “De 1901 a 2011 las mujeres pasaron de ser un tercio a la mitad de la población activa en Francia, y en Brasil ascendió un 24 por ciento la actividad femenina en la última década”. Con ejemplos, subrayó cómo hay una polarización cada vez mayor del empleo femenino, del trabajo burgués versus el trabajo proletario. Señaló cómo en educación, servicios, salud y comercio el número de mujeres ascendió, y en profesiones bien remuneradas se dio la oportunidad solo a mujeres blancas, no migrantes y con características “burguesas”.

Otra tendencia que indicó son las diferencias salariales: en Francia las mujeres ganan un cuarto medio que los hombres. “Y la mayor desigualdad se da en la distribución del trabajo doméstico”. Asimismo, indico que la precarización laboral –que se traduce en contratos precarios y temporales- afecta más a las mujeres que a los hombres”. En tal sentido mostró estudios comparativos de Japón, Francia y Brasil: mientras en el país nipón el 30 por ciento de los trabajadores del cuidado en ancianos son de género masculino, en Francia y Brasil el 90 por ciento de las cuidadores son mujeres, generalmente migrantes, negras, lo que también esconde desigualdad de género, raza y clase”.

El último tramo de su charla lo destinó a la “interseccionalidad”, un concepto variable cuya base es “la no jerarquización de las opresiones”, explicó. “Sirve para que el género no sea la única categoría de explicación: analiza la raza, la clase y otras variables para estudiar las identidades solapadas en los sistemas de opresión”. Mostró, en tal sentido, la tapa de la Revista ELLE del 8 de marzo pasado –Día Internacional de la Mujer-, en la que la modelo era una mujer  blanca, rubia y joven que posaba con una remera que decía “todos deberíamos ser feministas”.  “La interseccionalidad puede ser vista como un arma política, es un proyecto de conocimiento”, concluyó.

Después de la conferencia, el debate se abrió a los asistentes de la charla, que polemizaron y plantearon inquietudes sobre los temas abordados.