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Franchi participó del acto de reparación de legajos de trabajadores y trabajadoras víctimas del terrorismo de Estado de la Comisión Nacional de Energía Atómica

En un emotivo acto realizado en el Centro Atómico Constituyentes, se entregaron los legajos reparados de 11 integrantes de la Comisión Nacional de Energía Atómica. La presidenta del CONICET, participó de la ceremonia.


La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) avanza en la reparación histórica de los legajos de trabajadores y trabajadoras entregando a sus familiares las copias de dichos legajos donde ahora está registrado que fueron secuestrados/as y desaparecidos/as .Ya fueron reparados cinco y ahora se suman otros once.

La apertura del acto fue encabezada por la presidenta de la CNEA, Adriana Serquis; el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla Corti; la secretaria de Coordinación Legal y Administrativa de la Jefatura de Gabinete de Ministros, Rita Tanuz y de la Comisión de Trabajo por la Reconstrucción de Nuestra Identidad, Silvina Atencio. Participaron por parte del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) su presidenta Ana Franchi, la vicepresidenta de Asuntos Científicos, Claudia Capurro y el integrante del Directorio, Alberto Baruj.

Los legajos que fueron reparados este año son los de: Graciela Mabel Barroca, Jorge Israel Gorfinkiel y Gerardo Strejilevich, del Departamento de Reactores Nucleares del Centro Atómico Constituyentes; Daniel Eduardo Bendersky, del Departamento de Materiales del CAC; Susana Flora Grynberg y Daniel Lázaro Rus, del Departamento de Combustibles Nucleares del CAC; Miguel Schwartz, del Departamento de Ensayos No Destructivos del CAC; Secundino Garay y José Luis Badillo, de Atucha I; María Cristina Onis, de las plantas químicas del Centro Atómico Ezeiza, y Miguel Ángel Gil, delegado gremial de ATE en la Regional Cuyo.

La presidenta del CONICET Ana Franchi destacó y consideró de gran valor que los organismos de ciencia y tecnología, en este caso la CNEA, realicen el trabajo de investigar y reparar los legajos de las compañeras y compañeros desaparecidos. “Este es un momento de mucha emoción. Es un homenaje que debe ser permanente para que nos permita recordar a estas personas, reconocer sus tareas y que no abandonaron su lugar de trabajo, sino que fueron exonerados, secuestrados, detenidos, desaparecidos”.

Y reflexionó: “Es también un cierre en la historia para sus familias y es un inicio y continuidad, particularmente desde los organismos de CyT, de asumir la responsabilidad de lo sucedido y a través de las investigaciones de las comisiones de la memoria aportar a la construcción de políticas de Memoria, Verdad y Justicia”.

Por su parte, la presidenta de la CNEA Adriana Serquis expresó su “agradecimiento por el trabajo histórico de la Comisión de Derechos Humanos del Personal de la CNEA, porque conocemos su resiliencia: desde 1984 vienen en la lucha inquebrantable por la memoria, la verdad y la justicia. Las autoridades de CNEA no siempre fueron receptivas a esta lucha. En nombre de la CNEA vengo a pedirles perdón por la complicidad que esta institución tuvo con la dictadura y por la falta de cooperación en estos 40 años de democracia. Reparar estos legajos no es reescribir la historia, sino escribir lo que realmente pasó”.

“La historia de nuestra institución vio pasar dictaduras, cesanteados, el desguace de los 90, nos mandaron a lavar platos… Si la CNEA sobrevivió a todo esto fue porque salimos a dar batalla cada vez que hizo falta. Estos compañeros y compañeras desaparecidos cuyos legajos hoy se reparan, luchaban por la defensa de la soberanía tecnológica y energética. Eso es lo que seguimos levantando como bandera”, concluyó Serquis.

En qué consiste la reparación de legajos

La posibilidad de la reparación documental de legajos fue establecida por el decreto 1199/2012, que dispone la inscripción de la condición de detenido/a-desaparecido/a en los legajos de los trabajadores y trabajadoras que revistaban como agentes de la Administración Pública Nacional. A partir de la reparación, se deja constancia de que no dejaron de ir a trabajar por su propia voluntad, sino que fueron secuestrados/as y desaparecidos/as.

Durante la dictadura fueron secuestradas 32 personas que se desempeñaban en CNEA, dos de ellas mientras se encontraban en sus lugares de trabajo dentro del organismo. Hubo 10 que fueron pasadas a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, 2 fueron asesinadas y 20 siguen desaparecidas.

Además, hubo 107 trabajadores de la institución a los que se les aplicó la Ley 21.274 de Prescindibilidad, por la que perdieron su puesto laboral. Otros 120 fueron cesanteados. Por la persecución institucional y política, renunciaron 370 agentes. En aquellos años, según se supo después, las autoridades de la CNEA tenían más de 500 legajos paralelos que daban cuenta de la ideología de las y los empleados.

Todos estos datos fueron recopilados por la Comisión de Derechos Humanos del Personal de la CNEA (CDHPCNEA), una agrupación creada en 1984 y reconocida como entidad de representación del personal de la CNEA en temas referidos a Derechos Humanos en febrero de 2023. Está formada por un grupo de trabajadores y trabajadoras de la institución que, con apoyo de los gremios del sector, busca que se conozca lo que ocurrió dentro del organismo durante la dictadura. Todo ese material fue organizado y digitalizado para asegurar su guarda y preservación. Actualmente, está siendo procesado para ponerlo a disposición de quienes lo requieran en el Archivo Nacional de la Memoria y el Repositorio Digital de CNEA.

Los primeros legajos reparados fueron los de los físicos Federico Álvarez Rojas, del departamento de Metalurgia del Centro Atómico Constituyentes (CAC); Antonio Anselmo Misetich y Roberto Ardito, del departamento de Física de la sede central de CNEA, la técnica química Rosa Delfina Costa y José María Estévez, del departamento de reactores del Centro Atómico Ezeiza.