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“Estamos al horno” convocó a 130 jóvenes que debatieron sobre crisis climática y crearon un manifiesto colectivo

Durante tres días, vivieron una experiencia científica-artística-educativa única en torno a la crisis ambiental donde especialistas del CONICET brindaron diversas charlas. De allí surgió el manifiesto jóvenes C3 que fue entregado a la presidenta del CONICET, Ana Franchi y a los/as ministros/as Filmus y Vizzotti.


Lo único que se habló en el Centro Cultural de la Ciencia C3 desde el jueves 29 de septiembre al 1 de octubre fue de cambio climático. El motivo fue “Estamos al horno”, un foro -organizado por el C3 dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación- que reunió a 130 adolescentes, de 16 a 18 años, de distintos lugares del país para conversar, debatir y escuchar(se) sobre cambio climático con la participación de expertos/as quienes compartieron conocimientos y experiencias. Como cierre de las jornadas, se creó un manifiesto jóvenes C3, el cual fue entregado el último día a la presidenta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Ana Franchi, al titular de Ciencia, Daniel Filmus, y su par de Salud, Carla Vizzotti. Para conocer el manifiesto ingresar acá.

La presidenta del CONICET Ana Franchi celebró la inciativa, llamó a que se multpliquen y destacó el compromiso de los y las jovenes. Y agregó “Es indispensable que la ciencia sirva siempre para mejorar la calidad de vida de todos y todas. Tenemos que construir un mundo mejor, es el unico que tenemos y para eso es indispensable que trabajemos con compromiso y en conjunto”.

Filmus expresó luego de recibir el manifiesto: “Una alegría estar acá. Estamos para felicitar, agradecer, reflexionar y comprometernos. Hay un trabajo enorme que se ha hecho. Es importante la reflexión de las propuestas y que haya cosas concretas porque como están no nos gustan. Cualquiera que escucha esto está de acuerdo. Pero ¿qué pasa que estamos de acuerdo y no se hace? Hay que dar una lucha para que estas cosas sean ciertas porque cuando discutimos del otro lado hay intereses. Esta semana no salió la ley de humedales y hay intereses que no quieren que salgan estas cosas; hay que dar una lucha”, y subrayó “el aporte de la ciencia y la tecnología nos permite ser más cuidadosos con el ambiente. Nosotros le pertenecemos a la Tierra”.

“Hoy la salud es colectiva, es transversal y trasciende al equipo de salud. La salud ambiental es un ejemplo muy claro de eso e involucra a todos los sectores. Lo vimos en la pandemia, pudimos hacer esa articulación en la pandemia y lo queremos sostener más allá de la pandemia, la salud ambiental en esto es muy importante” sostuvo la ministra Carla Vizzotti. Por último, resaltó la importancia de una convocatoria de este calibre: “Estar acá, con un Estado que convoca a la juventud, que convoca miradas diversas, federales y que escucha es algo que nos tiene que enorgullecer como integrantes del gabinete nacional. Encontrar interlocutores con compromiso como ustedes, que tienen esas propuestas y esa participación activa también es muy relevante.”

Por su parte, la directora de Desarrollo de Museos, Exposiciones y Ferias del Ministerio de Ciencia, a cargo de la dirección del Centro Cultural de la Ciencia C3, Guadalupe Díaz Costanzo, señaló: “Es muy emocionante lo que han hecho. Dos días donde 130 jóvenes estuvieron trabajando con especialistas de áreas muy diversas. Este foro nació con esa ambición que tiene que ver con habilitar espacios públicos para legitimar estos debates y consensos del que todos y todas debemos ser parte para poder enfrentar el cambio climático”.

#ManifiestoColectivo. El texto fue creado por los y las participantes inspirado en el cambio climático y los impactos que está sufriendo el mundo. “Sabemos que enfrentar el cambio climático no será fácil si no es prioridad en la agenda política, si no se destinan recursos, por la indiferencia de algunas personas, por la represión a activistas, la falta de compromiso, el lobby y los intereses personales, sectoriales y económicos, por la falta de aplicación de leyes de cuidado ambiental”, señalan en el texto.

El manifiesto incluye qué esperan, qué hacen, qué exigen y qué proponen como solución; en palabras de ellos/as, “queremos un planeta con justicia ambiental, sin desigualdades, inclusivo, con aire fresco y verde, ecofeminista, democrático, seguro e igualitario, pluricultural, que la población reciba el beneficio de la ciencia y que la ciencia sea comprometida e interdisciplinaria”. Una ventana de aire fresco frente al cambio climático.

Un foro único que dejó mucho para procesar

Distintos momentos y actividades estuvieron pautados para los tres días del foro. Los y las adolescentes provenientes de Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Moreno, Lanús, Berazategui, Pilar, Quilmes, Morón, José C. Paz, La Matanza y Allen (Provincia de Río Negro) participaron de charlas científicas a cargo de especialistas, talleres de producción con la mediación de comunicadores de la ciencia, rondas de conversación en clave creativa y a medida que adquirían conocimiento se iba confeccionando el manifiesto para llevarlo finalmente a una puesta en común. Además, hubo espacios musicales y de distención, ya que las ideas no llegan solas y había mucho por elaborar.

El foro contó con la apertura del divulgador científico Diego Golombek y el acompañamiento de los copilotos (guías del C3) Gonzalo Rodriguez Rizk y Clara Sacks, y numerosos educadores junto al grupo Iconoclasistas, laboratorio de comunicación social formado por Julia Risler y Pablo Ares. Tuvo dos grandes charlas científicas abordadas por especialistas del CONICET desde una mirada interdisciplinaria que permitieron a los/as participantes empaparse de información para luego bajar lo aprendido en instancias de diálogo como así también rondas de conversación con talleristas. La iniciativa buscó potenciar el diálogo entre jóvenes y el sistema científico y tecnológico, y constituir una red de intercambio entre ellos ya que serán los agentes de cambio.

Momento ciencia

Charla I. El primer panel titulado “¿Cómo llegamos hasta hoy?” contó con las presentaciones de Inés Camilloni (Ciencias de la Atmósfera), María Inés Carabajal (Antropología), Viviana Alder (Biología), Julieta Frediani (Geografía), y Marina Orman (Salud) y ante la atenta escucha de los y las adolescentes.

Camilloni hizo un repaso en la línea del tiempo de cómo fue que literalmente se llegó a la actualidad respecto al cambio climático. “Hay que hacer un poco de historia, remontarnos a 1820”, y mencionó los aportes fundamentales de los trabajos de los científicos Joseph Fourier, John Tyndall respecto al efecto invernadero y el científico estadounidense Charles Keeling en la medición del dióxido de carbono. “Actualmente llegamos a una cantidad de dióxido de carbono de alrededor (CO2) de 420 partes por millón (ppm); antes de la revolución industrial era de 280 partes por millón. Este aumento en CO2 está acompañado por el aumento de la temperatura de la tierra”, explicó y “no solo el planeta se está calentando, sino que se registran más lluvias, bajo nivel del mar, mayor intensidad de tormentas y consecuencias como olas de calor, sequías, inundaciones, e impacto sobre la salud humana, la producción de alimentos por citar algunos”.

En palabras de la climatóloga: “La raíz de donde vienen los gases que producen el cambio climático son producto del conjunto de acciones humanas”, señaló. “Una de las soluciones para mitigarlo es transformar la forma en que producimos energías, en la que nos transportamos, consumimos, reciclamos, y los residuos que generamos. Depende de nuestras acciones hoy”.

Por su parte, Carbajal se centró en la cuestión ético-política que conlleva el cambio climático e instó a “pensar nuevas maneras de habitar el planeta y cómo nos vinculamos con la naturaleza”. La antropóloga mencionó el concepto Antropoceno, “que hace referencia a los seres humanos como fuerza de transformación en el mundo y que rompe con ciertos equilibrios en el planeta”, y donde parte de las responsabilidades recae en el capitalismo y la producción de consumo. Según la antropóloga, esto plantea una crisis de habitabilidad e impacta en el cambio del clima, la alteración de la biodiversidad, la extinción de especies y la extracción de recursos naturales. “Hay que dejar el antropocentrismo de lado y brindarle derechos a la naturaleza”, manifestó.

A su turno, Alder abordó la biodiversidad y el clima climático. “La biodiversidad se vincula a la diversidad de genes, de especies y de ecosistemas. Tres conceptos diferentes y unidos”. La bióloga expresó que “la crisis de la biodiversidad está declarada. Hay 8 millones de especies y 1 millón está en etapa de extinción porque sus poblaciones están reducidas”.

Por último, Frediani habló sobre la relación entre el cambio climático y las ciudades, en donde el 50% de la población mundial vive en ciudades, en Latinoamérica representa un 80% y en Argentina, alrededor del 90%. “La producción de gases de efecto invernadero es la principal causa y es necesario dimensionar la problemática. Las ciudades han crecido expansivamente y consumen recursos; las ciudades difusas son altamente costosas y no tienen por qué ser ocupadas ya que permeabilizan el suelo y en su lugar podrían usarse como reservorios de agua, espacios verdes, forestación”, explicó la geógrafa. A su turno, Orman explicó que “tenemos un vínculo con el entorno que afecta a nuestra salud y es necesario tomar medidas”.

Charla II. Titulada “¿Qué podemos hacer?” reunió a los/as especialistas Leandro Díaz (Ciencias de la Atmósfera), Laura Yahdjian (Ciencias Agrarias), Juan Ignacio Arroyo (Economía), Dalila Grinkraut (Tecnología), Cecilia Nicolini (Políticas Públicas).

Díaz explicó que “si queremos que no se caliente más el planeta más de 1,5 grados centígrados deberíamos reducir emisiones de gases” hasta llegar progresivamente al cero neto para “lograr la carbononeutralidad, que lo que se emite sea lo mismo a lo que se absorbe”.

“Cada décima de grado que aumenta el tema se pone peor y hay puntos de no retorno” y añadió que “los países más desarrollados son los que más emitieron. Hay asimetrías y es necesario un cambio en las reglas de juego”. El investigador incentivó a la audiencia a seguir carreras científicas porque “se va a necesitar mucha gente trabajando en ciencia en cambio climático, hay que construir una ciencia distinta y con compromiso, que no mire al costado”.

Laura Yahdjian señaló que los extremos climáticos son cada vez más intensos y su estudio radica en cómo se van a modificar y cómo van a responder los ecosistemas y las especies frente a los impactos del cambio climático “que los humanos generamos” y brindó ciertos ejemplos positivos para tener en cuenta para mitigar los efectos. “Alrededor del campo de cultivo se puede dejar una franja de vegetación natural donde pueden vivir los polinizadores, que favorece el cultivo. Cuando cosechamos los restos favorece el suelo, se mineraliza necesitando menos fertilizantes”, relató. Asimismo, los cultivos de cobertura o de servicio (entre cultivos) para fijar parte del carbono.

“Nuestros cultivos son responsables del 25% de gases” y en este sentido, la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES) -que reúne a expertos del mundo- está buscando soluciones ante la pérdida de la diversidad y deterioro de la naturaleza. Un caso exitoso que brindó a los/as jóvenes fue respecto al agujero de ozono y cómo se restituyó. Se encontró que el uso de contaminantes como los clorofluorocarburo (utilizados en la industria de aerosoles, por ejemplo) era nocivo y modificar su producción ayudó a mitigar. “El conocimiento científico permitió detectar las causas del problema y encontrar las soluciones”, detalló.

Por su parte, Arroyo indicó que “hay que descarbonizar la economía” y reemplazar los combustibles fósiles por otras fuentes de energía que puedan abastecer sin emitir gases. El cofundador del medio de divulgación “Ahora Qué?” señaló que la energía q usamos proviene de un 80% de combustibles fósiles y en Argentina es más grande el número. El economista conceptualizó el tema con ´los esclavos energéticos´ “un concepto de la fuerza que tienen los combustibles y cuántas personas se precisarían para hacer el mismo trabajo”.

A su turno, la directora ejecutiva estratégica de Fundación INVAP, Grinkraut, manifestó que “hay que descarbonizar la matriz energética, tenemos la tecnología y la capacicdad para hacelo. Hay que pensar en energías alternativas sostenibles para lo que se viene”. Mientras que Nicolini, expresó que “la ciencia es la que nos va a dar la respuesta” e instó a que los/as jóvenes les exijan a autoridades públicas “las políticas y las transformaciones que tenemos que dar”.

Acompañaron. Numerosas personalidades, activistas, expertos/as pasaron por el foro entre ellos, cinco organizaciones (Ahora Qué?, Eco House Global, Jóvenes por el Clima, Sustentabilidad Sin Fronteras y Prensa La Libertad), el apoyo de Fundación YPF y Fundación Williams, y la colaboración deL CONICET, TEC, Fundación INVAP, Fundación Siemens, los Municipios de Berazategui, Quilmes, Pilar y La Matanza, Universidad de Quilmes y José C. Paz, los cuales convocaron a chicos/as de sus partidos a participar de estas jornadas.

 

El foro #CrisisClimática ESTAMOS AL HORNO se enmarca dentro de la iniciativa Generación Jóvenes C3 de la Dirección de Desarrollo de Museos, Exposiciones y Ferias del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación como parte de las políticas para jóvenes que promueven un contacto con la comunidad científica y sus desafíos para estimular vocaciones científicas y posibilitar su participación en los debates del presente.