8 de marzo: Día Internacional de la Mujer

Ellas también estuvieron allí

Investigadoras del CONICET y de la Universidad de Buenos Aires crearon un archivo de palabras e imágenes de mujeres argentinas con el objetivo de revalorizar su lugar en la historia nacional.


En 1901 Elvira López se doctoró en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires al presentar la que sería la primera tesis sobre feminismo escrita en Argentina y Sudamérica. Su título era “El movimiento feminista. Primeros trazos del feminismo en Argentina”. Cien años después investigadoras del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género (IIEGE, FFyL, UBA) en el marco de sus Jornadas de Homenaje se propusieron buscar una imagen suya entre las miles de fotos que alberga el Archivo General de la Nación (AGN). En un principio no tuvieron éxito: fue necesario buscar fotografías de los varones de su familia y recién ahí apareció en una de ellas Elvira López como acompañante.

En ese momento, casi como una necesidad surgió la idea de conformar un Archivo para recuperar y conservar palabras e imágenes de mujeres anónimas argentinas que, como Elvira López, hicieron historia. En ese marco se formó el Archivo Palabras e Imágenes de Mujeres (APIM). Su directora, la historiadora Mirta Zaida Lobato junto a Cecilia Belej, investigadora adjunta del CONICET, y Lizel Tornay, investigadora del IIEGE, explican la propuesta y desafíos de esta iniciativa.

 

¿Cómo surgió la creación del Archivo?

Mirta Zaida Lobato: Tiene un doble origen. Uno más institucional que se dio cuando se formó el Instituto hace más de 20 años y en el estatuto de su creación se formulaba la necesidad de crear un archivo. Y el otro más académico, porque se gestó en un grupo formado en la Universidad. Trabajamos con un equipo de investigación muy vocacional – sin becas ni recursos económicos – para hacer un Archivo con un objetivo claro: discutir las marcas de género presentes en la catalogación de un archivo sea éste nacional, provincial o municipal.

 

¿Por qué?

ML: No pudimos encontrar directamente a Elvira López en el AGN, así como tampoco podíamos encontrar a ninguna mujer que no sea “de”, es decir la esposa de un varón. Eso pasaba porque los archivos tienen marcas androcéntricas de catalogación desde que se crearon a fines del siglo XIX para conservar los papeles de los estados nacionales. Esto se repite en toda América y Europa.

 

¿Cuál es el objetivo del APIM?

Cecilia Belej: Darle mayor visibilidad a las mujeres en la historia a través de palabras, y para ello realizamos entrevistas a protagonistas como las Reinas del Trabajo de los años ’40 y feministas de los ‘70, y una búsqueda de sus imágenes. La invisibilización de las mujeres en los archivos llegaba a tal punto que por más que estuviesen en las fotos, al no figurar en la descripción es como si no existieran. Por ejemplo, si la foto es de un banquete se nombraban de izquierda a derecha a los comensales y si hay una mujer se saltea y continúan nombrando al resto de los hombres. La figura pública masculina tenía un nombre pero las mujeres no.

 

¿De dónde obtienen los materiales de Archivo?

Lizel Tornay: Gran parte de las fotografías se obtienen en el AGN. Fuimos buscando a Elvira López, después para otras temáticas, y pudimos ir desplegando historias interesantes producto de una búsqueda intensiva y también de casualidades. Así descubrimos a las Reinas del Trabajo que era un tema del que no se había escrito mucho. Aparecieron 70 fotos e información en ellas que nos llevó a otras fuentes escritas como la prensa de época y hasta pudimos llegar a algunas reinas en un trabajo casi detectivesco. Para nosotras fue una sorpresa encontrarlas y para ellas también, porque se sentían descubiertas.

 

¿Quiénes eran las Reinas del Trabajo?

ML: Entre 1947 y 1955, y en 1974 y 1975, se organizaron certámenes para elegir a las reinas de los trabajadores para el 1º de mayo. Esta elección de ‘la reina’ fue parte de un cambio de sentido de la conmemoración del 1º de mayo como parte de las ideologías de izquierdas del peronismo, que incluía una movilización sindical y política que culminaba con la elección de la reina. Pero también significó un cambio importante en la representación de la mujer trabajadora. El tema detrás de esos concursos es cómo belleza, poder y política iban juntas en la configuración de la cultura diferenciada entre hombres y mujeres. Sin embargo, la simbología y uso político es muy distinta en los dos períodos. Las últimas están marcadas por la confrontación interna del peronismo entre los grupos más y menos radicalizados. En ese momento, la idea de las reinas estaban más asociadas a lo carnavalesco y al principio tenía que ver con una reivindicación del sindicalismo y del sentido festivo del 1º de mayo.

 

¿Qué hicieron con todo ese material?

CB: Compilamos un libro que atraviesa una serie de concursos, algunos contemporáneos a las reinas del trabajo y otros más antiguos (incluimos a las reinas de la Vendimia, las reinas del Trigo y a los premios a la Virtud) donde se problematiza el lugar de la mujer y qué es lo que se premiaba en los certámenes. Y como parte de esa experiencia hicimos una exposición fotográfica en la Casa de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.

ML: El AGN, como consecuencia de nuestro trabajo, incluyó en el catálogo a las “Reinas del trabajo”. Parece pequeño y anecdótico pero es un avance. Las instituciones tienen sus lógicas y esto muestra que hay intenciones de repensar estas cuestiones desde la mirada de género.

 

¿Qué otras temáticas abordaron?

CB: El archivo fue avanzando a partir de investigaciones concretas que después se traducían en exposiciones fotográficas. La primera fue “Mujeres Universitarias. Nosotras también estábamos allí”. El ‘nosotras’ tiene el sentido político de ubicarnos como mujeres en una historia que nos incluye. En otra de las muestras que hicimos, “Huellas de mujeres”, se abordó su participación en la política y el movimiento sufragista y las luchas por la obtención de derechos sociales y políticos desde fines del siglo XIX hasta la sanción del sufragio femenino. También una sobre los años ‘70 que incluía panfletos y fotografías de los grupos feministas, que se llamó “De pantalones anchos y de vincha”. A partir de esas experiencias avanzamos en una cronología en imágenes de la historia de las mujeres en el país que era algo muy poco trabajado hasta el momento.

 

Produjeron materiales para trabajar en la escuela, ¿cómo fue ese proceso?

ML: El motor de la transformación en las problemáticas de género es la educación y a partir de eso hicimos un CD con distintas temáticas y problemáticas históricamente relevantes para las mujeres y que podíamos poner en imágenes, por ejemplo la lucha por los derechos civiles.

LT: Armamos una línea de tiempo que es diferente a la de la historia tradicional al hacer foco en acontecimientos relevantes para las mujeres. Por ejemplo, no se toma el año de la Revolución de Mayo (1810) sino los cambios que afectaron la vida de las mujeres. El cambio de período lo colocamos entonces en la fecha de sanción de la Real Pragmática (1776), conjunto de normas que legalizaron la inferioridad jurídica de las mujeres regulando las conductas que se consideraban “desviadas” para ellas y que las colocaba bajo la tutela de sus padres o maridos.

ML: Empieza en el 12.000 a.C – por supuesto antes de la construcción del estado nacional – pero también cuenta qué le pasó al país. En esa línea de tiempo planteamos la historia de las mujeres en paralelo con la historia nacional para poder ver cambios y continuidades. Además, el CD tiene materiales complementarios como textos, mapas, imágenes emergentes, un glosario y actividades para trabajar en clase. Hicimos un CD para alumnos y otros para profesores que repartimos en capacitaciones docentes en distintos puntos del país.

 

¿Por qué es importante plantear cuestiones de género desde la escuela?

CB: En este momento que está siendo cuestionada la utilidad de las Ciencias Sociales me parece que el trabajo de APIM es muy relevante ya que permite ampliar el conocimiento sobre la historia de las mujeres y repensar a las mujeres, y también a los hombres, además de preguntarse sobre las historias de lucha y resistencia que se enlazan con la actualidad. Estas investigaciones son lentas pero producen resultados que aspiran a comprender y a modificar la sociedad en tiempos en los que la opresión y la violencia hacia las mujeres aparecen con una brutalidad extrema.

ML: Esta experiencia une investigación, docencia y transferencia. Lo importante es pensar cómo intervenir prácticamente, porque la escuela necesita cambios profundos.

 

¿Qué otras temáticas van a trabajar a futuro?

ML: Tenemos un proyecto para hacer un libro sobre infancias argentinas a través de la imagen y a lo largo principalmente del siglo XX, las fotos están y se está terminando. Cada una de las personas del equipo del APIM trabaja un tema y convocamos a otros especialistas de las universidades y del CONICET. La idea a futuro es también hacer alguna exposición. Hay otro proyecto que es sobre las emociones y cómo se construyen los afectos en los sectores populares. Otros sobre las representaciones de la mujer moderna en la década del ‘30 y en murales que se produjeron entre los ‘30 y ‘40. Un proyecto lleva a otro.

 

Viendo las imágenes de esas mujeres de la historia, ¿cuál consideran que es el lugar de la mujer hoy?

ML: La transformación de una sociedad no es progresiva, hay momentos de cambio activos y otros más ‘dormidos’. No tengo dudas que la posición de la mujer en el mundo contemporáneo ha cambiado por muchas razones pero las representaciones de las mujeres siguen siendo muchas veces contradictorias. Lo más interesante es que cada vez la sociedad se interroga más sobre el lugar de las mujeres en la sociedad, en la política, en el trabajo, en las protestas.

CB: La historia no es lineal, pero si pensamos en períodos de larga duración, las mujeres no estamos igual que hace 50 años, sin embargo se avanzó desigualmente. Entre las mujeres existen profundas diferencias atravesadas por cuestiones étnicas, de clase o el nivel educativo, entre otras, que limitan las libertades y la posibilidad de acceder a espacios tradicionalmente masculinos. De todas maneras, veo con mucho optimismo el empoderamiento de las mujeres en colectivos feministas y, por ejemplo, en las manifestaciones como el ‘Ni Una Menos’ y el paro del 8 de marzo en las que mujeres de distintas clases sociales e ideologías y muchos hombres dicen basta a la violencia de género y reivindican los derechos de las mujeres.

Participan en APIM:
– Mirta Zaida Lobato (Directora).
– Cecilia Belej. Investigadora adjunta. Instituto de Investigación en Arte y Cultura “Dr. Norberto Griffa” (IIAC, UNTREF/ UBA).
– Cecilia Tossounian. Investigadora asistente. Departamento de Humanidades. UDESA.
– Lizel Tornay.
– María Damilakou.
– Ana Laura Martín.
– María Fernanda Lorenzo.
– Ana Lía Rey.

Por Cecilia Leone.