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El Museo Argentino de Ciencias Naturales certificó normativa que regula gestión de servicios al visitante
Esto garantiza mejores condiciones de calidad, seguridad y ambiente para quienes deseen recorrer sus salas.
El Museo Argentino de Ciencias Naturales ‘Bernardino Rivadavia’ (MACN, CONICET) certificó recientemente su adecuación a una norma establecida en el año 2009, conjuntamente por el Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM) y la entonces Secretaría de Turismo de la Nación (SECTUR), que fija lineamientos básicos para el manejo adecuado de museos en lo que hace a la experiencia de los visitantes. Se trata de la norma IRAM-SECTUR 42400. La certificación fue acompañada además por una distinción otorgada por el Ministerio de Turismo de la Nación.
Para llevar adelante el proceso de adaptación a la regulación, Pablo Tubaro, director del MACN e investigador principal del CONICET, creó un Comité de Calidad del Museo integrado por Vanesa Iglesias (Jefa División Museología y Diseño), Olga Vaccaro (Jefa División Educación), Ignacio Legari (Jefe División Colección Museológica, Archivos y Conservación de Exhibiciones) y Agustín Piatti (Auxiliar División Colección Museológica y Archivos). Este comité realizó los procesos de adecuación con la asistencia de personal especializado del Ministerio de Turismo.
“Para cumplir con la norma tuvimos que establecer un sistema de encuestas mediante las que los visitantes registran sus experiencias. Con esos datos elaboramos estadísticas que utilizamos para el sistema de mejoras continuas”, explica Vanesa Iglesias.
En este sentido, los miembros del Comité de Calidad toman registro formal de cada que queja o inconformidad que se formule, por pequeña que sea la misma, y se plantean qué puede hacer para darle respuesta. Aunque también las encuestas posibilitan saber qué cosas ya se están haciendo bien: “Como las mejoras en las exhibiciones, el nivel de limpieza en salas, la atención al visitante, y la creación de una tienda, entre otras”, resalta Iglesias.
Entre los procesos que la norma IRAM obligó a realizar al Comité uno fue el estudio de carga que permitió conocer el número máximo de personas que puede haber en cada sala al mismo tiempo si se pretende que las condiciones para su vista sean óptimas. Esta información resulta útil para administrar mejor el movimiento por los salones cuando hay varios contingentes de colegios visitando el MACN.
“La norma también establece la necesidad hacer capacitaciones periódicas al personal del Museo. No sólo de los guías sino también de la gente que trabaja en limpieza y seguridad”, comenta Ignacio Legari.
Aunque la certificación IRAM tiene una validez de tres años, la institución encargada de otorgarla deber realizar verificaciones anualmente. Al cumplirse este período existe la posibilidad de renovar el certificado.
“Nosotros apostamos al largo plazo. Tener el sello de IRAM-SECTUR es valioso porque es garantía de calidad y nos da una mayor visibilidad, pero lo más importante es que la normativa nos otorga una variedad de herramientas para mejorar la gestión de calidad de los servicios que ofrecemos a los visitantes”, concluye Legari.