UBA-CONICET
El estrés, un mal que afecta también a los peces
Las jerarquías son fundamentales en la organización social de los animales y son una fuente de estrés permanente.
En los peces cíclidos, un grupo de peces de agua dulce con más de 2 mil especies descriptas, los rangos e interacciones sociales son causantes de estrés. Un estudio publicado en la revista General and Comparative Endocrinology muestra que en los machos subordinados el núcleo de las células interrenales, productoras de cortisol, la hormona del estrés, es más grande.
Matías Pandolfi, investigador adjunto del CONICET en el Instituto de Biodiversidad y Biología Experimental Aplicada (IBBEA, CONICET-UBA) y coordinador de la investigación, aclara: “Es interesante porque abre la puerta a dos cosas: por un lado a poder estudiar a futuro las células de la glándula interrenal en cultivos celulares y analizar mejor la regulación del estrés y los factores involucrados en ella. Por otro lado, facilita la estimación de los niveles de estrés de manera indirecta en peces pequeños, en los que no puede obtenerse el volumen de sangre necesario para medir cortisol”.
Durante la investigación se estudiaron ejemplares de la especie Cichlasoma dimerus, popularmente conocida como “chanchita”, que habita en la cuenca de los Ríos Paraná, Uruguay y Paraguay.
Estos peces viven en un ambiente inestable ya que ocupan cuerpos de agua cuyo caudal varía, por esta razón se plantean numerosos conflictos territoriales. Se establece entre los machos una jerarquía lineal entre subordinados y dominantes, la cual se determina por la agresividad que manifiestan entre sí. La principal causa de este comportamiento es la búsqueda de nuevos hábitats, lo que repercute en sus niveles de estrés.
“El estrés tiene dos facetas: el de tipo agudo mediado por la adrenalina, que es lo que ocurre por ejemplo cuando uno individuo se asusta y el cuerpo genera una respuesta de lucha o huída. El otro es el estrés crónico, que es el cotidiano y, en el caso de los peces, puede ser vivir en una situación de subordinación”, analiza Pandolfi.
Y es que los machos de menor rango social están sometidos a una condición de estrés fisiológico permanente, causada por los machos dominantes, que tiene un efecto perjudicial sobre el estado fisiológico del animal.
Según los investigadores, en los machos subordinados las células interrenales que producen el cortisol – que interviene en los mecanismos de estrés crónico – son de mayor tamaño que las de los machos dominantes. El cortisol actúa deprimiendo el sistema reproductor – al inhibir la síntesis de testosterona – y el inmunológico, que consumen grandes cantidades de energía.
Los resultados sorprendieron puesto que revelaron que la glándula interrenal se encuentra ubicada exclusivamente en la parte más posterior del riñón cefálico – el equivalente a la médula ósea en los peces – , en contraposición con los trabajos previos que indicaban que se encontraba dispersa por todo el órgano.
“A partir de la identificación de la ubicación exacta de la glándula, se puede determinar, en peces de pequeño tamaño, si distintas condiciones experimentales o ambientales les generan estrés, estudiando la morfología de sus células, sin la necesidad de realizar una extracción de sangre”, agrega Leonel Morandini, becario doctoral del CONICET en la Universidad de Buenos Aires y primer autor del documento.
Para Pandolfi este hallazgo permite empezar a trabajar ya en cultivos para conocer los mecanismos moleculares de la fisiología de las células interrenales. Esto permitirá a futuro mejorar las condiciones de cría de especies ornamentales de difícil cuidado, pequeño tamaño y costosa reproducción.
El estudio fue distinguido como el segundo mejor trabajo del área Comportamiento Animal de la XV Jornada Anual de la Sociedad Argentina de Biología que tuvo lugar en la ciudad de Chascomús del 4 al 6 de diciembre del año 2013, con el auspicio de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM).
- Por María Cecilia Leone.
- Sobre investigación
- Matías Pandolfi. Investigador adjunto. UBA.
- Leonel Morandini. Becario doctoral. UBA.
- Renato Massaaki Honji. USP.
- Martín Roberto Ramallo. Becario doctoral. UBA.
- Renata Guimarães Moreira. USP.