El CONICET lamenta el fallecimiento de Susana Torrado



Fue Investigadora Superior del CONICET en la Cátedra de Demografía Social de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. También se desempeñó como Decana en la carrera de Sociología de la UBA y fue una referente de la Demografía y las Ciencias Sociales de Argentina.

Hasta siempre Susana Torrado

Ha fallecido una de las más importantes cientistas sociales de América Latina. Se formó como socióloga en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y completó en Francia su pos graduación orientándose decididamente hacia la investigación demográfica. Le debemos textos de enorme significado, como “La familia como unidad de análisis en censos y encuestas de hogares” (1982), “Estructura social de la Argentina”(1992), “Historia de la familia en la Argentina moderna (1870-2000)” (2003), “Procreación en la Argentina. Hechos e Ideas” ( 1993). Hacia el Bicentenario organizó una obra en dos volúmenes en la que participamos numerosos colaboradores, y que estimo resulta indispensable para interpretar los procesos sociales de la Argentina durante el siglo XX; se trata de “Población y bienestar en la Argentina del primero al segundo Centenario” (2007).

Imprimió a los análisis demográficos la convicción de que eran imprescindibles los marcos sociales para la interpretación, y fue esa la clave con que distinguió la formación de un discipulado numeroso. Torrado fue designada al frente de la carrera de Sociología – que había sufrido tortuosas localizaciones durante la dictadura -, en el interregno de la recuperación democrática, que culminó con la creación de la Facultad de Ciencias Sociales donde esos estudios fueron incorporados.

Era singularmente inteligente, muy creativa, y aunque pudiera disentirse con algún punto de vista sobre los procesos socio poblacionales, entendía la perspectiva cuando mediaban procesos de análisis rigurosos que, finalmente, hasta celebraba. Me encuentro entre las personas beneficiadas por los intercambios no sólo intelectuales, sino afectivos que no dudaba en prodigar. Era una académica notable, pero también un gran ser humano. La diatriba que le dedicó el ex Ministro Domingo Cavallo la catapultó como un adalid en la causa de una ciencia social entrañada con el compromiso de interpretar la pobreza y la exclusión, y que suscitó el desprecio patriarcal que le dedicó aquel funcionario cuando la mandó a lavar los platos.

Susana Torrado ha dejado un camino de investigaciones innovadoras que se han multiplicado en los días que corren gracias a la plaza que han tomado las ciencias sociales. Nos duele su partida, como ocurre cuando nos abandona una auténtica maestra, una didacta noble y empecinada en creer, profunda pero críticamente, en el oficio de crear conocimiento.

Recuerdo de Susana Torrado por Dora Barrancos