El CONICET lamenta el fallecimiento de Luis Bagatolli



Fue Investigador Principal del CONICET en el Instituto de Investigación Médica Mercedes y Martín Ferreyra (INIMEC, CONICET-IMMF-UNC) y Profesor Asociado de la Universidad Nacional de Córdoba en la Facultad de Ciencias Químicas. Referente en el campo de la biofísica tanto en Argentina como en el exterior.

Su amiga, colega e investigadora del CONICET Roxana Toriano, lo recuerda con las siguientes palabras:

El viernes 3 de junio falleció el Doctor en Ciencias Químicas Luis Bagatolli. Con más de un centenar de publicaciones en revistas especializadas, la mitad de las cuales lo tiene como primero o último autor, Bagatolli ha sido señalado como parte del pequeño porcentaje de científicos que, en el universo de la ciencia mundial, tienen mayor impacto en el área de su disciplina. Escribió, además, una veintena de capítulos de libros, que honraban su idea de que la enseñanza de grado y de posgrado es parte indivisible de la investigación científica. En este marco, escribió un libro señero en su disciplina que -dada su convicción sobre la necesidad de la educación pública- fue enviado gratuitamente desde Ecuador -en donde escribió la versión en español- a universidades nacionales de Argentina, Cuba, Uruguay, México y Chile. 

El recorrido científico de Luis Bagatolli fue largo, profuso y fundante. Comenzó en Córdoba con su doctorado en la Facultad de Ciencias Químicas (UNC). Siguió en Estados Unidos con un postdoctorado en el Laboratory for Fluorescence Dynamic (University of Illinois at Urbana, Champaign). Ensayó un primer regreso a la Argentina en 2000, desde donde -sin encontrar un lugar para su forma de hacer ciencia- volvió a irse en 2002. Continuó en Dinamarca en el Center for Biomembrane Physics at the University of Southern Denmark, en donde -desde 2003- lideró el grupo de Biofísica y Biofotónica de Membranas. Para recalar finalmente en Argentina en 2017, con la fundación de un nuevo equipo de investigación en el Instituto Mercedes y Martín Ferreyra, del que fue director en 2020 y en 2021, a fines del cual se descubrió su enfermedad.

Pero Luis era mucho más que su producción científica y su itinerario como investigador. Luis era un hombre vital, optimista, apasionado, lleno de energía, enamorado de la biofísica y del rock, generoso para compartir sus preguntas y sus saberes, consistente a la hora de argumentar sus ideas. Un hombre con la certeza de que la Ciencia es un camino para mejorar el mundo. Y parado en esa certeza, convencido de que la Ciencia es una construcción cuyas verdades deben ponerse a prueba desde la misma investigación científica, tuvo la convicción y el coraje de cuestionar dogmas científicos hegemónicos, rescatar teorías valiosas, plantear nuevas hipótesis, llevar adelante experimentos que permitieran confirmarlas o refutarlas, poner -en definitiva- todo su conocimiento y su experticia por fuera del lugar confortable y al servicio de esa verdad inacabada que es el conocimiento científico. Esto es, probablemente, lo que más fuertemente quede impreso en quienes lo conocimos y -ojalá- en la comunidad científica de la que formó parte. 

Acompañamos con este texto -a modo de homenaje- a sus hijos e hijas, a sus becarias y becarios, a sus colegas.

Querido también fuera del país, es recordado con mucho cariño por sus colegas de la Sociedad Brasilera de Biofísica, del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS) de Francia y del Latin America Bioimaging, del cual fue uno de sus impulsores.