El CONICET lamenta el fallecimiento de Alcira Argumedo
Fue investigadora del CONICET en el Instituto Latinoamericano de Estudios Trasnacionales (ILET) y en el Instituto de Investigaciones Gino Germani (CONICET-UBA), y una destacada figura de las Ciencias Sociales en el país y América Latina.
La doctora Carolina Mera, investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones Gino Germani, describe la vida académica, trayectoria científica y compromiso a lo largo de su carrera de la Dra. Argumedo. La recuerda con las siguientes palabras: Nació en Rosario el 7 de mayo de 1940. En 1959 se instaló en la Ciudad de Buenos Aires para estudiar sociología. Fue la graduada número 28 de la reciente Carrera de Sociología de la UBA recién creada por Gino Germani.
Estudió entre los años 1959 y 1965, cuando la Sociología estaba hegemonizada por la impronta del creador de la Carrera, signada por el funcionalismo norteamericano y las posiciones más cientificistas de la sociología de la época. En reacción a esa hegemonía, Alcira, desde muy temprano, participó de los movimientos de estudiantes que luchaban por sociologías críticas.
Como ella misma recordaba, el Plan de lucha de la CGT en 64 sería un punto de inflexión. Comenzó a participar de movilizaciones en la calle y se acercó cada vez más al peronismo. A partir de entonces, su compromiso político se irá convirtiendo en eje fundamental de su carrera profesional, de su orientación intelectual y crítica, y de su vida personal y afectiva.
En esa época de grandes debates teóricos, Alcira entabló diálogos, intercambios y agudos debates con quienes se asumían como la “elite” de la sociología. Eliseo Verón, Silvia Sigal, Juan Carlos Portantiero, Miguel Murmis, Liliana De Riz, son algunos de sus contemporáneos, en diálogo con quienes iría construyéndose una experiencia alternativa de reflexión intelectual, atravesada por la militancia política y el pensamiento crítico. En aquellos años, también inició con José Luis Romero y Gregorio Selser un recorrido por el pensamiento latinoamericano que al igual que la reflexión sociológica encontrará sentido en la experiencia de los movimientos populares de América Latina, y los movimientos de crítica cultural efervescentes de las luchas populares de la época.
La dictadura de Onganía y la intervención a la universidad en 1966 interrumpieron esos climas de debates, pero a la vez fortalecieron el posicionamiento de aquellos intelectuales críticos. En 1967 inicia la experiencia de las Cátedras Nacionales en el marco de la Carrera de Sociología de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Fueron los sociólogos Justino O´Farrell y Gonzalo Cárdenas quienes, a partir de recuperar las vacantes en la carrera de sociología tras la intervención, comenzaron a incorporar nuevos docentes, y bibliografía de pensadores nacionales y latinoamericanos. A partir de entonces, se propusieron impulsar una sociología que diera cuenta de los problemas sociales argentinos y latinoamericanos. Las grandes transformaciones de la época evidenciaban la insuficiencia de los estudios sociológicos y filosóficos provenientes de Europa y Estados Unidos, y la necesidad de recuperar tradiciones y corrientes de pensamiento latinoamericanas. Alcira Argumedo, junto con Jorge Carpio, Susana Checa, Gunnar Olsson, Gonzalo Cárdenas, Roberto Carri, Horacio González, Fernando Álvarez, Pedro Krotsch, Ernesto Villanueva, Amelia Podetti, entre otros, crearon cátedras y equipos de investigación que articularon reflexión y práctica política como eje fundamental del proyecto académico.
En 1973, recuperada la democracia en el país, Alcira será designada Directora del Instituto del Tercer Mundo “Manuel Ugarte”, dependiente de Filosofía y Letras y luego del Rectorado de la Universidad. Entre los años 1973 y 1974, tendrá una enriquecedora experiencia como Secretaria de Cultura de la Provincia de Buenos Aires en la gestión del Gobernador Oscar Bidegain. En aquella convulsionada segunda mitad de la década del 70, Alcira trabajó en el INDEC, continuó la docencia universitaria, pero sobre todo fortaleció su militancia política y revalorizó cada vez más el vínculo entre la producción de conocimiento académico y el saber de lo popular.
Pero los vaivenes de la democracia golpearían una vez más al país y también a los proyectos académicos autónomos y revolucionarios. Como la mayoría de sus colegas, Alcira debió exilarse durante la dictadura cívico militar y lo hizo en México. Allí trabajó con Gregorio Selser en el Instituto Latinoamericano de Estudios Trasnacionales (ILET) donde inicia las reflexiones sobre la comunicación y la información como derecho en el mundo, y participa de importantes proyectos internacionales.
A su regreso en 1983, Alcira retoma su vínculo con la academia. Fue designada Directora de la sede del Instituto Latinoamericano de Estudios Transnacionales en Buenos Aires. Se reincorporó a la Carrera de Sociología, cuando tenía su sede en el Pabellón 3 de Ciudad Universitaria, dictando la materia La Teoría Social en un mundo en crisis y se integró a la Comisión para la creación de la carrera de Ciencias de la Comunicación. Ambas se reunirían más tarde, en 1988, en la nueva Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Por entonces se incorporó como Investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
Ya en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, continuó como Profesora de la Carrera de Sociología. Alcira tuvo un rol formador para muchas generaciones de sociólogos/as a quienes les inculcó el interés y la pasión por el pensamiento latinoamericano, y esa búsqueda constante de construir lecturas desde América Latina. Fue investigadora del CONICET con sede en el Instituto de Investigaciones Gino Germani. En 1989 obtuvo el Doctorado en Ciencias Sociales y en 2006 fue designada Profesora Consulta Titular de la Cátedra Teoría Social Latinoamericana. Más tarde seguiría sus prácticas docentes en el Doctorado de la Facultad.
Desde fines de la década del 90 se desempeñó también en otras unidades académicas como en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata, la Maestría en Estudios Latinoamericanos en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Cuyo, el Doctorado en Ciencias Políticas de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario, el Doctorado de la Universidad de la Ciudad de México, y en la Escuela de Planificación del Ministerio de Planificación de la República Bolivariana de Venezuela. La docencia de grado y posgrado se centró en temáticas vinculadas a la teoría social latinoamericana, la comunicación y la cultura.
Como investigadora dirigió proyectos y equipos en el Instituto Latinoamericano de Estudios Transnacionales (sede Buenos Aires), en el Instituto de Investigaciones Gino Germani de FSOC UBA, en la Universidad Nacional de Luján y en el Instituto del Conurbano de la Universidad Nacional de Gral. Sarmiento.
En 2007, recibió la Beca como Investigadora Senior del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) para la Promoción de la Investigación Social en el tema “Las deudas abiertas en América Latina y el Caribe”.
Su experiencia académica e intelectual, desde la vuelta del exilio, llevó a Alcira a recuperar más activamente su vínculo con Pino Solanas. Trabajó en los proyectos fílmicos Sur, en El exilio de Gardel y más tarde en Memorias del saqueo. Esta relación fortaleció su participación política y partidaria. Fundó con él el Frente Grande en 1993 y Proyecto Sur en 2007. Fue electa diputada en 2009 y en 2013 por el Frente UNEN, donde centró su labor parlamentaria fundamentalmente en tema de derechos sociales, la tendencia al Calentamiento global, la profunda crisis social y civilizatoria reflejada en el crecimiento exponencial de la pobreza, el desempleo, la polarización y concentración de la riqueza y la depredación de la naturaleza.
Además de su intervención en revistas académicas y políticas, Alcira tiene una enorme obra intelectual, entre las que se destaca: Monopolios y Tercer Mundo. Buenos Aires: CEAL, 1975; El Tercer Mundo: historia, problemas y perspectivas. Buenos Aires: CEAL, 1971; Comunicación Trasnacional y Conflicto Político Cultural en 1982. Editorial Desco; Los laberintos de la crisis (América Latina: poder transnacional y comunicaciones). Folios/ILET, 1985; Un horizonte sin certezas: América Latina ante la Revolución Científico-Técnica. Puntosur/Ilet, 1987; Los silencios y las voces en América Latina: notas sobre el pensamiento nacional y popular, Colihue, 1993. “Las matrices del pensamiento teórico-político” (Los silencios y las voces en América Latina. Notas sobre el pensamiento nacional y popular, 2004) en Antología del pensamiento crítico argentino contemporáneo, Caggiano y Grimson coordinadores, CLACSO 2015.
Una gran pérdida para las ciencias sociales. Pero sus enseñanzas y su contribución a las corrientes de pensamiento crítico integral, colectivo y transdisciplinario ya han marcado generaciones de sociólogos y comunicólogos que seguirán su legado.
Su vida fue una carrera dedicada a la reflexión y a la construcción de una narrativa del pensamiento social y político de América Latina y el Caribe para abonar a una “matriz autónoma de pensamiento” latinoamericano, donde nombres como Tupac Amarú, Bolívar, Martí, Hernández Arregui, Mariátegui, entre tantos otros, seguirán trayéndonos sus ideas, su tono amable, su diálogo ameno, su habla clara y sobre todo esas sonrisas que irrumpían luego de cada chispa de humor que dejaba filtrar entre grandes conceptos teóricos y debates políticos.