El CONICET lamenta el fallecimiento de Alcides F. Rega



Alcides Francisco Rega era Investigador Superior del CONICET en el Instituto de Química y Fisicoquímica Biológicas (IQUIFIB, CONICET-UBA), del cual fue uno de sus creadores. Doctor en Farmacia y Bioquímica por la Universidad de Buenos Aires, fue mentor de numerosos científicos.

Sus colegas, los investigadores del CONICET, Dr. Rolando Rossi y Dr. Juan Pablo Rossi, destacan su formación, su carácter de referente como investigador y su rol de mentor. Lo recuerdan y describen con las siguientes palabras:

El Doctor Alcides Francisco Rega nació en la Ciudad de Buenos Aires y se formó como Farmacéutico, Bioquímico y Doctor en Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires.

Realizó estudios de posgrado sobre oligosacáridos de la leche bajo la dirección de Pablo A. Verdier y Raúl E. Trucco en Buenos Aires (1956) y posdoctorales sobre proteínas de membranas biológicas en la Universidad de Rochester, USA.

Fue Profesor de Química Biológica en esta Facultad y organizó, junto con el Dr. Patricio J. Garrahan, la cátedra de Fisicoquímica Biológica, de la cual fue Profesor Titular Plenario y luego Profesor Emérito de la Universidad de Buenos Aires. Fue investigador Superior del CONICET, donde realizó una importante tarea de gestión y participó en la creación del Instituto de Química y Fisicoquímica Biológicas (IQUIFIB, UBA-CONICET). Fue mentor de numerosos becarios y tesistas.

Fue cofundador de la Sociedad Argentina de Biofísica, de la cual posteriormente fue presidente y Socio Honorario. Fue miembro de la International Cell Research Organization (ICRO-UNESCO) y de la International Commission on Education and Development in Biophysics de la International Union of Pure and Applied Biophysics (IUPAB).

Sus trabajos con Patricio Garrahan sobre la bomba de calcio de membranas plasmáticas, fueron fundacionales y publicados en prestigiosas revistas tales como Science y Nature, y posteriormente reunidos en un libro que obtuvo el primer premio de la Secretaría de Cultura de la Nación.

Sus amigos y discípulos lo recuerdan por su inteligencia y rectitud moral, y por su incansable aplicación al trabajo, haciendo experimentos y reparando aparatos. No dudaba en arremangarse para mantener el orden y la limpieza del Departamento de Química Biológica. Su buen humor se destacaba en las fiestas y en la vida diaria.

Mostraba con orgullo su formación como Maestro Normal y quienes han sido sus discípulos supieron ver en él una adecuada conjunción entre la sabiduría de la experiencia y el afecto de un padre.