MESA DE TRABAJO CIENCIA Y JUSTICIA

El aporte científico a la investigación criminal

El Programa Nacional Ciencia y Justicia del CONICET y el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) convocaron a científicos y actores judiciales para dialogar sobre las potencialidades de la ciencia en la colaboración con la investigación criminal compleja.


Organizada por el Programa Nacional Ciencia y Justicia del CONICET y el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) se llevó a cabo en el Centro Cultural de la Ciencia, el jueves 23 de mayo, una mesa de trabajo conjunta entre abogados, jueces, fiscales y científicos dedicados a la práctica forense. El objeto del encuentro fue exponer sus visiones sobre la temática y dialogar sobre el funcionamiento ideal de esta interacción en el marco de las investigaciones criminales complejas.

La apertura del Taller estuvo a cargo del vicepresidente de Asuntos Tecnológicos del Consejo, Miguel Laborde; el director del Equipo de Antropología Forense, Luis Fonderbrer; el gerente de asuntos Legales y  responsable técnico del Programa Ciencia y Justicia, Alan Temiño; el investigador independiente del CONICET e integrante del Consejo Asesor del Programa, Rodolfo Pregliasco; y el coordinador del programa, Germán Stalker.

“La idea es iniciar este diálogo entre Ciencia y Derecho, para comenzar un período donde podamos acercarnos más; tenemos muchas incomprensiones entre abogados y científicos. Es importante que empecemos a conocernos y hablar un lenguaje común”,  expresó Fondebrider como apertura de la jornada.

Entre las visiones expuestas, el científico Pregliasco explicó su parecer recurriendo a una referencia del matemático húngaro George Polya, quien habló sobre la lógica de la construcción de una demostración. “Existe una forma de ir construyendo los teoremas. La demostración del  teorema, que es el resultado final de un trabajo, implica la lógica deductiva. Pero en la construcción del problema uno está haciendo inducción, no deducción, y en esa inducción aparecen las probabilidades. Aparecen dos contextos: el de la demostración, y el contexto de la inducción, en la investigación; las reglas que aplican a este último son distintas”.

Esta interacción entre  ciencia y Justicia a través de la pericia, explica el investigador, es  el resultado del teorema demostrado, y agrega: “Es muy importante que empecemos a interactuar en la etapa de la investigación, que tiene otras reglas de juego-. Que  las pericias no sean solicitadas para que se presente un informe perfecto, sino que haya una interacción entre los actores sobre cuáles son los datos, cómo encararlos, y luego sí, construir juntos un espacio de investigación”.

“Lo que queremos es aunar el conocimiento que hay en el país, a través de los institutos del CONICET, de los científicos que no son de las áreas tradicionales del campo de la ciencia forense y la criminalística. Que los jueces, abogados y fiscales tengan la posibilidad de que (si) lo que les dice un perito en criminalística o toxicólogo, antropólogo, no le alcanza o no  es suficiente, sepa que hay otra opción. Un mundo muy diverso con diferentes lógicas y modos de trabajar, que está ahí y que no estamos usando todo el potencial de la ciencia en la administración de Justicia en este país”, finalizó Fondebrider.

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